Se cae a pedazos un edificio emblemático de Santa Fe

El Convento de Santo Domingo y la Iglesia Nuestra Señora del Rosario están ubicados en 9 de Julio 1491, a una cuadra de Casa de Gobierno. Se trata de un edificio fundacional de la ciudad ya que la Orden de Predicadores, conocida también como Orden Dominicana, estaba instalada en la primera ciudad de Santa Fe -hoy Cayastá- y fue parte de la mudanza a estas tierras en abril de 1649. Allí se le otorgó a esta importante Orden la locación que mantiene hasta hoy en día. 

En el lugar se sucedieron diversos edificios hasta emplazarse el actual convento y la bellísima Iglesia, que por su particular cúpula es también llamada "El Vaticano de Santa Fe". Sin embargo, el paso del tiempo y el abandono por parte del Estado han perjudicado a este lugar emblemático, que hoy luce visiblemente deteriorado tanto en su fachada como en el interior. UNO Santa Fe recorrió el lugar y accedió a imágenes inéditas de la actual situación.

A su vez, por un reordenamiento interno de la Orden, los frailes dominicos que habitaban el espacio fueron trasladados en 2021. Fue allí que el lugar estuvo a punto de cerrar sus puertas, pero en diciembre de ese mismo año el Arzobispo de Santa Fe, Sergio Fenoy, firmó un comodato con el Prior Provincial de la Orden de Predicadores, Fray José Baldini, para continuar con la actividad religiosa. En ese momento se nombró al padre Ricardo Bautista Mazza como Rector del lugar, y de esta forma se mantiene el culto, la celebración de la Sagrada Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación.

Sin embargo los más de cien domínicos de Tercera Orden de la ciudad, también llamados laicos, están esperanzados con un posible futuro regreso de los frailes domínicos al Convento de Santo Domingo que motive a una comunidad que no ha dejado de estar activa pese a los problemas.

Problemas edilicios
En los alrededores del lugar, hay mini basurales, las paredes con grafitis, revoques caídos y se ha sumado un nuevo problema: autos que estacionan en la vereda del Convento, generando severos daños, que quedan ala vista.

"Es una falta de conciencia con la cultura de la ciudad, es un disparate, es la falta de cultura para con un monumento histórico", dijo a UNO Santa Fe el laico domínico santafesino Dalmiro Saux.

La Iglesia es la parte del edificio que más conserva su integridad. La cúpula sufrió algunos desprendimientos y se rompieron los vitró, pero por el momento no entra agua cuando llueve, pero es urgente esa remodelación. El interior del templo dista de la dura realidad: al sumergirse en la Iglesia se destacan las pinturas del italiano Giovanni Cingolani, también conocido como Juan Cingolani, pintor y restaurador de arte italiano que trabajó en el Vaticano y luego emigró a la ciudad de Santa Fe. También es notable la presencia de la figura del Niño Jesús que según los relatos de principios de siglo tuvo un llanto milagroso.

Sin embargo los graves problemas edilicios se encuentran en el Convento propiamente dicho. Las filtraciones por lluvia abundan, la pintura ya es inexistente, y la falta de mantenimiento carcome el lugar. Los pastos superan la altura de las rodillas, y destrozos provocados por las tormentas jamás son reparados, por lo que por ejemplo hay ventanales rotos. El lugar que sobrevive de forma adecuada es donde vive el padre Mazza, quien es el único habitante del lugar tras la salida de los frailes domínicos.

Si bien el lugar fue declarado Monumento Histórico Nacional, Provincial, y Municipal, la comunidad denuncia un abandono total del Estado.

"Hay que embellecerlo, pintarlo, limpiarlo, hacerle revoque, y esto no lo puede hacer la gente de la Iglesia sola, son cifras que disparan cualquier costo. La última vez que el gobierno provincial aportó algo fue Obeid, y fue muy poco, se usó solo para pintar. La provincia argumenta que no tiene plata, que tiene otras prioridades, Nación lo mismo, el municipio apenas paga los sueldos. Esto tiene mucha historia y se esta perdiendo", dijo Saux.

Historia viva
Por ser un edificio fundacional de la ciudad, el convento de Santo Domingo ha vivido hechos históricos durante sus largos años de vida, pero sin dudas el más relevante fue que alojó durante días a uno de los padres de la Patria, el por entonces coronel Manuel Belgrano, quien viajaba a Paraguay en 1810 a una expedición independentista. Algunos historiadores aseguran que se trató de algunos días, otros se animan a decir que fue una semana, lo cierto es que Belgrano se radicó en el Convento de Santo Domingo desde donde reclutó soldados para la campaña. Entre esos infantes se encontraría el brigadier general Estanislao López, caudillo santafesino y gobernador de la provincia entre 1818 y 1838.

También tendría relevancia en ese hecho histórico Francisco Candioti, el primer gobernador de Santa Fe. El "príncipe de los gauchos", como se lo conocía al por entonces gobernador, tenía mucho dinero por la crianza de mulas para las Minas de Potosí, y le dio a Belgrano aportes en animales y en plata.

El propio Belgrano era domínico terciario, y por este motivo está enterrado en el convento de Santo Domingo de Buenos Aires, con hábitos de fraile.

En el lugar descansan los restos de relevantes personalidades locales y nacionales como Domingo Cullen, ministro de Estanislao López y posteriormente gobernador por un corto tiempo -sería fusilado por orden de Juan Manuel de Rosas-. También está enterrado en el Convento quien fuera el primer gobernador constitucional de Córdoba, Juan Bautista Bustos; y la primera patricia argentina, Gregoria Pérez de Denis.

Con información de Uno Santa Fe