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La nafta se abarató 12% respecto de enero, pero el sector buscará la paridad de exportación en el segundo semestre

ECONOMÍA Nazarena Lomagno*
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Bajo la política de internacionalizar el litro de combustible local, el sector advierte un abaratamiento de los precios del 12% respecto de los valores alcanzados en enero. Sin embargo, el contexto les indica que alcanzar precios de mercado podría ser posible recién en el tercer o cuarto trimestre del año.

La última suba de los combustibles se dio a principios de esta semana, al aportar otro 4,6% en promedio a nivel nacional. Así, en la Ciudad de Buenos Aires YPF mostró en sus pantallas el litro de nafta súper a $837, la nafta premium $1033, el gasoil común a $883 y el gasoil premium a $1123.

En el marco del reacomodamiento de precios, la recomposición del sector fue marcada. En cuatro meses, acumularon incrementos en un 196%.

Sin embargo, se observa que los dos últimos aumentos previos al de abril, correspondientes a marzo y febrero, corrieron por debajo de la inflación, con subas del 6,5% y 7,5%.

Esto lleva a concluir, según la consultora Economía y Energía, que a lo largo de los últimos dos meses los combustibles se abarataron un 12% en términos reales respecto a los valores que habían alcanzado en enero de este año. La estimación no tiene en cuenta la última suba de la nafta.

Que los combustibles pierdan la carrera contra precios contribuye al proceso de desaceleración, pero no resulta simpático para las petroleras y refinerías que van en busca de la cotización internacional del commodity. Es que la propia consultora admite que la posibilidad de alcanzar un precio de paridad de exportación para el crudo “se alejó”, no sólo por el abaratamiento de los combustibles en el mercado local, sino también por la suba en el mercado internacional.

De esto mismo ya está alertado el sector. El petróleo Brent superó finalmente los u$s 90 el barril en medio de la tensión geopolítica desatada en Medio Oriente que involucra a Irán, el tercer mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Aunque se trate de una suba circunstancialmente alta, amplió más la brecha con los u$s 66 que cotiza el barril criollo en Argentina.

La situación se presenta como una amenaza para la política de hidrocarburos que emplea la actual gestión: la intención del oficialismo no es más que equiparar los precios de la venta del litro de nafta y el barril de petróleo con los de mercado.

Atrás quedó el rol de YPF, que controla el 59% de las ventas de nafta y el 61% de las de gasoil, como productora que utiliza su predominancia para sostener precios diferenciales en el país. El sector es conquistado por su deseo estructural, una filosofía “independiente de los Gobiernos de turno” que le permita “reducir la volatilidad en sus ingresos”. Al menos la que se pueda, considerando que comercializan un commodity.

Por eso mismo, fuentes del rubro confían a Ámbito que apuestan al plan de inversiones que presentó su CEO y presidente Horacio Marín para “hacer caja” y revertir el resultado neto que arrojó su balance 2023, con una pérdida de u$s1.277 millones por la desvalorización de activos.

“Para que YPF pueda comprar el barril a un precio más cercano al internacional a las productoras (PAE, VISTA ENERGY, PLUSPETROL, SHELL, CGC ENERGÍA, entre otras), debe recaudar más. Es por eso que apuesta a subir el piso de referencia en surtidor, lo que también beneficia a las refinadoras si deben pagar un barril más caro, y no lo vayan a comprar a Chile”, explica una fuente.

Respecto de la venta en surtidor, la meta aproximada es vender a u$s 1,2 el litro de nafta súper en las estaciones de servicio. Ese valor, según fuentes del sector, podría cerrar un gap de alrededor del 15%-20% entre el barril criollo y el Brent. La estimación se basa en un escenario de cotización a la baja, pero también dependerá del movimiento en el tipo de cambio oficial, que actualmente corre al 2%.

El objetivo inicial era tener saldada la diferencia en marzo, a costa del recalentamiento inflacionario visto en los primeros dos meses de gestión producto de la actualización desregulada. “Así, recibimos un crudo a u$s 56 y lo llevamos a u$s 66, frente a un Brent de u$s 75 un mes atrás”, explican a Ámbito.

Pero la propia caída de las ventas, admitidas por el sector, obligó a las empresas a quitar el pie del acelerador y buscar subas que sean convalidadas por la demanda. Es que para enero, la caída real de los salarios ya marcaba 18% y los ingresos formales se remontaban a mayo de 2005, según el economista Salvador Vitelli.

De acuerdo al último relevamiento de febrero, para el equipo que dirige Nicolás Arceo presentó una merma de 4,2% interanual y una contracción del 5% en el primer bimestre de 2024. La baja fue particularmente aguda en las naftas grado 3, que verificaron una disminución del 21% respecto a idéntico período del año pasado.

Sin embargo, para Economía y Energía el abaratamiento del costo demuestra que la retracción en la demanda no obedece a una coyuntura de precios excepcionalmente altos, sino “a la disminución persistente en el ingreso real de los hogares durante los últimos años”.

De cualquier forma, el sector estima que los aumentos no podrán tener la misma virulencia que a principios de año. No solo por la caída del poder adquisitivo, sino también por el deseo del ministro de Economía, Luis Caputo, de continuar con la inflación a la baja, situación que contradice la política de no intervención.

Entonces, ¿cuándo podrán las petroleras comercializar su crudo con precios internacionales? Dado el contexto económico, una fuente estima que no será antes del tercer o cuarto trimestre. “Vamos a ir buscando el precio de una forma más lenta, pero ya delineada en el horizonte”, concluye la misma fuente.

* Para www.ambito.com

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