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Crisis en la industria: las tres promesas del Gobierno de Javier Milei y el multimillonario plan de Lula que jaquea al sector

ECONOMÍA Andrés Lerner*
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El secretario de Comercio Pablo Lavigne y su par de Trabajo, Julio Cordero, participaron la semana pasada del encuentro anual de la cadena de valor automotriz. Pese a la grave crisis de actividad que afecta al sector, no hubo anuncios rimbombantes. Los funcionarios dejaron tres promesas para los empresarios: reforma laboral, desburocratización y acceso al crédito. Mientras tanto, el presidente del Banco de Desarrollo de Brasil anticipó a Ámbito el multimillonario plan de Lula para la industria que jaquea a los fabricantes locales.

La crisis en el sector manufacturero se agrava. Hay sectores que acumulan tres y hasta cuatro meses con caídas de dos dígitos en la actividad. El panorama que asoma es complejo: el mercado interno se achica, el efecto de competitividad cambiaria por la devaluación se agotó y Brasil está haciendo desembolsos multimillonarios para fomentar su política industrial.

Con este panorama, los empresarios que tienen sus fábricas instaladas en el país transitan entre la preocupación del corto plazo y la expectativa de que el ordenamiento de la macroeconomía y las reformas estructurales produzcan un cambio en el mediano. Ese clima graficaron cuatro asistentes a Automechanika Buenos Aires 2024, el encuentro anual de la industria automotriz que se realizó en la Rural.

En representación del Gobierno estuvieron los secretarios de Comercio y Trabajo, Pablo Lavigne y Julio Cordero. Ambos tomaron la palabra frente a los empresarios, pero lo hicieron de forma muy escueta. No hubo una descripción detallada de la coyuntura, tampoco un análisis del rumbo estratégico del sector y menos que menos augurios de una recuperación en “v”. Pero dejaron tres promesas: reforma laboral, desburocratización y acceso al crédito.

Las tres promesas

El primero en tomar la palabra fue Cordero, dio a entender que las leyes laborales tienen que ser “realistas” y “aplicables”. Así, se refirió de forma indirecta a la reforma laboral: “hay una decisión en la Secretaría de Trabajo de crear todos los instrumentos para que haya más producción y más trabajo”, dijo.

El paquete laboral del Gobierno fue plasmado en el mega decreto que el presidente Javier Milei firmó en diciembre pasado, pero se encuentra frenado por la Justicia. La Unión Cívica Radical presentó esta semana un proyecto de ley que replica el contenido del DNU, aunque es todavía incierto el camino que pueda tomar esa propuesta en el Congreso.

Por su parte, Lavigne señaló que el Gobierno está creando un nuevo rol para el área de Comercio e Industria: ”No queremos empresarios en los pasillos de la Secretaría, los queremos en las empresas haciéndolas más eficientes”, sintetizó. La palabra clave es desburocratización. Milei quiere que el Estado se corra de la política industrial y eso queda claro en la nula ejecución de las partidas presupuestarias que estaban apuntadas a ese fin.

El plan de Lula

Mientras tanto, Brasil que es el principal socio comercial y también competidor en la región, impulsa un mega millonario plan para atraer inversiones. En un diálogo en exclusiva con Ámbito, el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, Aloizio Mercadante anticipó que Lula pondrá a disposición 271 mil millones de reales en forma de crédito, 21 mil millones en aportes no reembolsables y 8 mil millones en inversiones de capital hasta 2026.

Los fabricantes locales lo saben y es una de las principales preocupaciones. Ven como todos los días los medios internacionales dan cuenta de un nuevo anuncio de inversión en el país vecino. En Argentina, los datos Orlando Ferreres marcan un enorme desplome de la formación bruta de capital en los primeros tres meses de Javier Milei: -16,7%, -14,5% y -12,2%, respectivamente.

El Banco Nación y la baja de tasas

Volviendo al encuentro con empresarios, el secretario de Comercio dijo que el Estado se alejará de su rol de tomador de crédito el año que viene, para que ese financiamiento se vuelque al sector privado. Según pudo saber Ámbito, con la última baja de tasas que dispuso el Banco Central, el Nación tomó la decisión de ofrecer a las pequeñas y medianas empresas líneas con una tasa nominal anual del 42%.

Pese a que abundan los créditos a tasa negativa, por el momento hay poco apetito de financiamiento por parte de las firmas. No hay ventas, no hay producción y el uso de la capacidad instalada cae mes a mes. Parafraseando la publicidad más famosa del sector autopartista, la economía: ¿Arranca o no arranca?

* Para www.ambito.com

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