Javier Milei tiene el peor récord de paros tras el regreso de la democracia: uno cada 75,5 días en el poder
POLÍTICA Agencia de Noticias del InteriorJavier Milei enfrentó este 9 de mayo su segundo paro general con apenas 5 meses de gestión y se constituye -hasta ahora- en el que ostenta el peor récord al tener un promedio de un paro cada 75,5 días de gobierno.
El dato corresponde al informe elaborado por Marcelo Bermolén, director del Observatorio de la Calidad Institucional (OCI) y profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral quien analizó los más de 40 paros que hubo en la Argentina, tras el regreso de la democracia.
Con el de ayer, son exactamente 44 las medidas de fuerza de este tipo realizadas desde 1983. De ese total, 28 paros generales se concentraron en cuatro presidentes no peronistas (Raúl Alfonsín, Fernando De la Rúa, Mauricio Macri y Javier Milei), dos de ellos con mandatos parcialmente ejercidos, uno con mandato completo, y el restante con el mandato apenas estrenado.
En cambio, 16 se llevaron a cabo durante las gestiones de cinco presidentes de origen peronista: a Carlos Menem que tuvo 2 mandatos cumplidos, a Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (2 mandatos cumplidos), y Alberto Fernández, que sumaron en conjunto seis mandatos regulares más un mandato especial por la crisis del 2001.
En términos porcentuales esto representó que 63,7% de las medidas de fuerza fueron ejercidas sobre gobiernos no peronistas, frente al 36,3%. a gobiernos de esta extracción política.
Teniendo en cuenta la secuencia histórica, durante los siete mandatos peronistas -en 28 años de gobierno-, los presidentes de ese signo recibieron 16 paros generales, a razón de 2,29 paros por gestión presidencial.
En tanto que, en los 4 mandatos no peronistas –en 12 años de gobierno- (con uno apenas comenzado de Javier Milei) los presidentes de esas fuerzas recibieron 28 paros nacionales, a un promedio de 7 paros por gestión.
El poder, la política y los paros generales
El estudio de Marcelo Bermolén también revela que, tomando en cuenta los años de cada tendencia en el poder, mientras a las fuerzas peronistas el sindicalismo le realizó un paro cada dos años, a un no peronista -en ese mismo periodo- le realizaron casi 5.
El presidente Javier Milei se constituye -hasta ahora- en el que ostenta el peor récord al tener un promedio de un paro cada 75,5 días de gobierno, desplazando a Fernando De La Rúa que es quien llevaba la peor marca, al recibir en promedio un paro cada 92 días, seguido de Raúl Alfonsín con un paro cada 157 jornadas.
“Además de haber recibido el primer paro general más rápido en la historia de la democracia (a 45 días de iniciado su mandato), Milei comparte el podio -por escasa diferencia de días- con los presidentes que sufrieron el segundo paro más rápido en democracia desde iniciada su gestión", explicó Bermolén, autor del informe.
Y en esa línea agregó: "Encabeza Fernando De La Rúa, quien sufriera la segunda medida de fuerza a escasos 147 días de empezado su gobierno, seguido de Eduardo Duhalde que sufriera su segundo paro nacional a 148 días de su asunción, completando Javier Milei que recibe su segundo paro general a 151 días de comenzado su mandato”, agregó.
¿Por qué un paro en el mes de mayo?
Respecto a la convocatoria para el paro 44 desde el retorno a la democracia, Bermolén destaca dos factores: en primer lugar la particular realización de una huelga general en mayo, un mes tradicionalmente festivo en el que se celebra la gesta patriótica de 1810 y, en segundo lugar, la urgencia, celeridad y hostilidad de la convocatoria.
En ese sentido, según muestra el informe, ningún presidente peronista (electo por mandato popular) recibió paros generales durante el mes de mayo. En cambio, todos los presidentes de gen no peronista recibieron paros durante el mes de mayo en alguno de los años de sus mandatos: el segundo paro general a Raúl Alfonsín fue el 23/05/1985; el segundo paro general a Fernando De la Rúa fue el 05/05/2001; a Mauricio Macri le realizaron el último paro general de su gestión el 29/05/2019. La excepción fue Duhalde, de signo político peronista, quién, investido por la Asamblea Legislativa para ejercer la presidencia, tuvo dos paros generales durante mayo con una semana de diferencia (22/05/2022 y 29/05/2002
Luego del primer paro y perspectivas a futuro
Por otra parte el informe destaca el lenguaje desestabilizante y amenazante de algunos dirigentes sindicales previo y de manera posterior al primer paro en medios de comunicación y cómo esa presión logró un trámite favorable al amparo judicial que frenó las disposiciones del DNU 70/2023, el rechazo del Senado de dicho decreto de necesidad y urgencia, y que la reforma laboral se redujera de 60 artículos a 15 en la nueva versión de la Ley Ómnibus, así como el retiro del Banco Nación de la nómina de entidades privatizables aprobada por Diputados en la versión definitiva de la mencionada ley.
“Este juego de amenazas, dureza y tensiones, ha demostrado ser parcialmente efectivo, por lo que todo el arsenal sindical se dirige al Senado de la Nación a fin de presionar a los senadores (propios y ajenos). El paro del 9 de mayo se constituye en un test decisivo -y una batalla profunda- por la suerte de Ley Bases (para el gobierno) y la aprobación de las reformas (para el sindicalismo)”, sostuvo Marcelo Bermolén.
En cuanto a perspectivas a futuro, según el informe, dado el contexto legislativo por el debate de la Ley Ómnibus, las medidas cautelares en contra del DNU 70/23, los proyectos de reforma del Estado y de reforma laboral, la difícil situación económica y social y la debilidad parlamentaria del oficialismo; cabe esperar, desde el sindicalismo, reacciones más parecidas a las que sufriera Raúl Alfonsín.
“No obstante, la secuencia de paros generales sufrida por Javier Milei -hasta el momento- se parece en mucho a la que atravesó Fernando De la Rúa al comienzo de su mandato. Aunque el contexto parece diferente, al contar el actual mandatario con apoyo de una porción importante de la sociedad y exhibir el sindicalismo cierta flaqueza. Además, los datos duros preanuncian una mayor beligerancia sindical hacia un presidente no peronista con propuestas reformistas, ante una CGT resistente a los cambios o adecuaciones normativas. Con tendencia a repetir comportamientos de las décadas de los 80 y 2000”, concluyó el académico.
Con información de www.perfil.com