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Qué obstáculos deberá enfrentar el BCRA para acumular reservas hasta fin de año

ECONOMÍA Juan GASALLA
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El Banco Central va a contar con una abundante oferta de dólares por la liquidación de la cosecha gruesa, un evento que no se dio con toda la magnitud esperada durante abril por la persistencia de las lluvias que empantanaron la llegada a puertos de la producción de soja y maíz. Pero esas divisas estarán disponibles hasta julio y, más allá del retraso, tendrán impacto positivo en las arcas de la entidad monetaria.

Desde el arribo de Javier Milei a la Casa Rosada, el BCRA lleva comprados en el mercado de cambios unos USD 16.000 millones, mientras que las reservas brutas crecieron en USD 7.000 millones y las netas -descontados el saldo de préstamos y depósitos privados en divisas en las entidades bancarias- están por salir de la zona negativa.

De todos modos, el panorama sigue desafiante en los próximos meses y hacia fin de año se prevé un margen acotado para las compras del Central, ante una mayor demanda importadora.

Un tipo de cambio oficial que se va atrasando respecto de la inflación y una recuperación en los niveles de actividad contribuirán en este sentido, mientras que la oferta exportadora tiende a debilitarse dada su estacionalidad.

Un dato a observar es la deuda de los importadores, que se viene acumulando y más temprano que tarde deberá regularizarse. Este monto se calcula en base a la diferencia entre las importaciones registradas por el ICA (lntercambio Comercial Argentino) que informa el Indec y las importaciones asentadas en el Balance Cambiario del Banco Central.

“La deuda flotante sumó aproximadamente USD 11.180 millones desde diciembre a abril. Se trata de un monto equivalente al saldo comprador del Banco Central en el mismo período, lo que expone la fragilidad del proceso de acumulación”, estimó la consultora LCG.

El economista Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra, expresó que “no será tan sencillo mantener el stock actual de reservas internacionales netas para cumplir meta FMI para fin de 2024″ por tres motivos principales:

“El esquema de pagos de importación ya no generaría ahorro de divisas”,
“Se profundizaría el atraso cambiario”, y
“La recuperación económica requerirá de mayores importaciones”.

“El BCRA necesita que sigan entrando dólares financieros para poder acumular reservas netas y crecer sin recurrir a una corrección cambiaria. Aún sin levantar el cepo, el Blanqueo de capitales y el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) incluidos en la Ley Bases podrían ayudar”, apuntó Sigaut Gravina.

Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, explicó que ”las cuentas externas continuaron mostrando a un BCRA que siguió comprando dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), aunque reduciendo el ritmo promedio hacia fines de mes. De cara a mayo, los ojos estarán sobre los flujos de la cosecha gruesa en un contexto en que desde el Gobierno afirman que continuará la apreciación del tipo de cambio oficial. Recordamos que, aunque en abril se ubicaron por debajo de lo esperado, en mayo y junio las liquidaciones del agro aumentan estacionalmente”.

“En tanto, el BCRA logró llevar las reservas internacionales netas a terreno positivo -negativas al cierre post pago FMI-, aunque el ritmo de compras en el MULC cedió a cierre de mes, creemos tanto por motivos estacionales -importaciones- como por cuestiones climáticas y sindicales -liquidaciones del agro-. Así, será clave hacia las próximas semanas monitorear el ritmo de la cosecha gruesa en mayo, mes en que estacionalmente las liquidaciones del agro siguen avanzando, especialmente porque, en materia de flujos, es el esquema de liquidación blend el que vino permitiendo la calma cambiaria en el contado con liquidación, clave para la percepción de estabilidad general”, amplió Franco.

Con relación a las liquidaciones, el economista resaltó: “En la última semana el ministro de Economía Luis Caputo aseguró que la apreciación del tipo de cambio real continuará, creemos tal vez para anclar expectativas e impulsar liquidaciones”.

El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral que elabora el Banco Central alcanzaba los 92 puntos, por debajo del nivel de equilibrio teórico de 100 puntos, lo que significa que la competitividad cambiaria se desplomó 70 puntos (43%) desde el pico de 162 unidades del 14 de diciembre 2023, después de la devaluación que llevó al dólar oficial a 800 pesos.

Por otro lado, la inflación le vuelve a ganar a la devaluación. Las posturas de venta en el segmento mayorista del dólar marcan un precio de $881 por unidad y en el último año el tipo de cambio oficial asciende 653,35 pesos o un 287% desde los $227,65 del 8 de mayo de 2023, apenas debajo de la inflación acumulada en doce meses, del 287,9 por ciento.

“Esperamos que el BCRA cierre el año con un stock de reservas netas cercano a USD 4.200 millones -hoy son negativas en USD 1.300 millones-. En mayo y junio, esperamos que el saldo comercial supere USD 2.300 millones por mes, producto de la cosecha gruesa. El mayor nivel de exportaciones del agro se verá parcialmente compensado por un mayor flujo de pagos de importaciones, que estimamos cubra el 80% de lo registrado en Aduana -en marzo la cobertura fue 60%-”, destacó un informe de la consultora FMyA.

Subrayó el análisis de marras que “en julio, el Tesoro deberá pagar un vencimiento de deuda soberana por USD 3.100 millones, USD 1.700 millones de intereses y USD 1.400 millones de capital”, mientras que “en el segundo semestre de 2024 esperamos que las compras de reservas del BCRA sean más moderadas, porque comenzará a pagarse el 100% de las importaciones. Si bien el excedente de dólares será menor, no creemos que sea necesaria una nueva devaluación”.

Los analistas de TSA Bursátil advirtieron que “no debe dejarse de lado que el tipo de cambio probablemente deba ajustarse eventualmente. La discusión entre acelerar el ritmo del crawling peg o llevar a cabo un nuevo salto discreto parece abarcar a todo el arco de analistas económicos. Con los precios de nuestros principales productos de exportación a la baja y constantes reducciones en las estimaciones de cosecha, el incentivo a liquidar la producción no parece claro, siendo esto fundamental para continuar con la recomposición de reservas del BCRA, más aún cuando de a poco comenzaría a normalizarse el flujo de pagos a las importaciones”.

Walter Morales, presidente y estratega de Wise Capital, describió un escenario donde “el ministro Caputo enfrenta un dilema: si baja más la tasa, limpia el balance del BCRA pero se expone a que el agro le juegue en contra. Es que con los precios internacionales en el piso y un tipo de cambio bajo, no nos sorprendería que muchos productores prefieran esperar a liquidar sus cosechas”.

Y agregó Morales: “¿La jugada? Apostar a que el Banco Central acelere el crawling o a que los precios globales repunten. Al ser los principales oferentes de dólares en el contado con liquidación, una demora en la liquidación generaría una expansión de la brecha, que le pondría presión al Gobierno para que suba el tipo de cambio oficial. En esta ruleta financiera, el tiempo juega a favor del que ‘tiene estómago’, y generalmente los del campo tienen de sobra”.

Los economistas del Ieral de la Fundación Mediterránea resaltaron que “el ministro de Economía Luis Caputo confirmó que el gobierno no quiere correr riesgos innecesarios saliendo apresuradamente del cepo. Así, el bosquejo de la hoja de ruta oficial luce más nítido: mantener el deslizamiento del tipo de cambio oficial a un ritmo del 2% mensual; seguir bajando la tasa de interés de política monetaria, aunque ahora la diferencia con la pauta cambiaria se ha achicado a 2,2 puntos porcentuales; tratar de evitar que esa dinámica afecte la demanda de dinero, apuntando a una evolución de la Base Monetaria a un ritmo algo superior al de los pasivos remunerados; continuar con las restricciones para el acceso al dólar libre por parte de las empresas; seguir alimentando la oferta del ‘contado con liqui’ con el 20% de la liquidación de las exportaciones (blend)”.

“Subsiste el ‘temor a des-cepar’ la economía. Influyen las malas experiencias del pasado -el gobierno de Macri terminó reinstalando controles de capitales luego de haber unificado el mercado de cambios- y también riesgos del presente: una eventual presión alcista sobre el tipo de cambio -en caso que se normalicen flujos de oferta y demanda-, que obligue a interrumpir el ciclo bajista de la tasa de interés y a acentuar todavía más el ajuste fiscal, con el consiguiente efecto estanflacionario”, evaluaron desde el Ieral.

Al respecto, un análisis de Aurum Valores coincidió con esta visión, al afirmar que “La relación de cobertura de pasivos monetarios con reservas se deterioró por el pago al FMI. El ratio en estos meses solo mejoró con la devaluación y luego cuando entraron dólares por el préstamo al FMI. Luego no se ve una mejora significativa a pesar de la compra de divisas. En términos históricos sigue reflejando la extrema vulnerabilidad del BCRA y explica porqué el Gobierno le teme tanto a abrir el cepo”.

Fuente: Infobae

 

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