El gran simulador

Algún día se va a juzgar a los políticos que para ganar una elección son capaces de mentiras grotescas para ganarse el voto de la gente y al llegar al poder hacen todo lo contrario y muestran realmente como son sus verdadera intenciones.

Alberto  mintió cuando dijo que se iba a diferenciar de CFK y de que su gobierno no iba a tener nada que ver con el de su misma vice presidenta. 

Se podrá decir que quienes le creyeron gozan de una ingenuidad marcada, se podrá decir que es imposible creer que el ladrón se puede convertir en policía, se podrá decir que era sabida como iba a actuar en el gobierno. Eso es harina de otro costal, quien nos mintió y se debe sentir avergonzado en Alberto Fernández, no los que lo votaron.

Alberto Fernández cometió el peor de los pecados que un político puede cometer y es burlarse de su propio electorado.

Argentina está presidida por un mentiroso que a cualquier precio quiso llegar al poder y no tuvo escrúpulos en amigarse con la persona a la cual denostó y vapuleó por años.

Pero lo peor de todo es que Alberto Fernández se mintió a si mismo y se convenció que iba a ser independiente de Cristina Kirchner cuando en realidad ni lo quiere ser, ni puede serlo.

El Presidente es un verdadero simulador, un político de raza en todo el sentido de la palabra, esos que son capaces de hacer cualquier cosa por llegar al objetivo, hasta dejar de lado sus convicciones, su honra y su honor.

El Presidente nos mintió, el Presidente se mintió, la Argentina así está ....