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España, Italia, Grecia y Malta se unen para rechazar el pacto migratorio de la UE

Los cuatro presidentes envían una carta a Merkel para exigir que no les dejen solos en esta crisis

INTERNACIONALES 27/11/2020 Carlos E. CUÉ | Bernardo DE MIGUEL
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Guerra abierta contra el pacto migratorio a solo unos días de que Alemania, que ocupa la presidencia semestral de la Unión Europea, intente cerrar un principio de acuerdo. España, Italia, Grecia y Malta, los llamados países de primera línea ante la llegada de inmigrantes hacia el sur de Europa, han presentado este miércoles un documento que rechaza frontalmente uno a uno los principales puntos del acuerdo propuesto por la Comisión Europea a finales de septiembre. El texto, refrendado por una carta a la canciller alemana Angela Merkel de los cuatro presidentes de estos países, considera el pacto migratorio no solo insuficiente para garantizar una responsabilidad compartida en la gestión de los flujos de migración irregular, sino contraproducente para los países que, por mera cuestión geográfica, son los más afectados por número de llegadas.


La propuesta de la Comisión establece grosso modo un marco de solidaridad obligatoria entre países en materia de inmigración pero con varias opciones para canalizar el apoyo: reubicar migrantes, apoyar logísticamente a los países con más presión migratoria o gestionar y financiar las expulsiones.


La carta y el documento firmado por los cuatro países del sur de Europa se han hecho públicos en el marco de la cumbre hispanoitaliana celebrada en Palma de Mallorca entre el presidente español, Pedro Sánchez, y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, acompañados de una veintena de ministros de los dos países. España e Italia unen fuerzas en todos los campos europeos y este es uno de los más relevantes.

Tras años de tensión entre ambos países —con Matteo Salvini como ministro del Interior italiano bloqueando la llegada de barcos, mientras España recogía a alguna de estas embarcaciones—, Sánchez y Conte mantienen ahora una fuerte sintonía tras la salida del líder de la Liga del Gobierno italiano. Ambos países están presionando para cambiar por completo el pacto de inmigración, aunque en el texto enviado a Berlín admiten que no será sencillo. La oposición de los países más duros augura muchas dificultades a este acuerdo que la canciller Merkel quiere impulsar.

Los cuatro presidentes del Gobierno —junto a Sánchez y Conte, el griego Kyriakos Mitsotakis, y el maltés Robert Abela— advierten de que la propuesta de la Comisión llevaría a la creación de grandes centros de detención de migrantes y solicitantes de asilo en los puntos fronterizos. Y esa consecuencia, avisan, “es inaceptable”. El fenómeno ya se ha manifestado en Grecia (isla de Lesbos), Italia (isla de Lampedusa) y, en las últimas semanas, en Canarias, lugares que, por su condición insular, se han convertido en la jaula geográfica de miles de migrantes. La crisis en Canarias se ha convertido en un problema prioritario para La Moncloa, que está decidida a no trasladar inmigrantes a la Península, la solución que plantean los dirigentes canarios, porque cree que eso supondría un efecto llamada inmediato.


En su comparecencia conjunta, Sánchez y Conte se han mostrado muy críticos con el documento de la Comisión Europea y han exigido cambios. “No podemos aceptar que la inmigración no sea resuelta de manera global. Hay que respetar los derechos de las personas, hay que luchar contra las mafias, pero también tenemos que trabajar en mecanismos de distribución de los inmigrantes. No puede ser que un país por una cuestión geográfica asuma todo el peso”, ha señalado el italiano. “Es importante el documento que hemos acordado. La comunicación de la Comisión Europea es insuficiente. La solidaridad tiene que estar mucho más clara. Hay países que solo ven un lado de la migración. El control de fronteras de Italia y España es eficaz, pero ¿qué hacemos con los inmigrantes que corren el riesgo de morir en el mar? Nuestro documento es una propuesta valiente, audaz, que plantea un debate necesario”, ha rematado Sánchez.

“Sé que es muy difícil lograr una convergencia en este asunto. Pero también parecía imposible el acuerdo económico de julio. El acuerdo de Dublín sobre migración hay que cambiarlo. Algunos países tienen una ventaja geográfica y se siente al margen. Pero yo les digo que esto podría cambiar. Un día la emigración puede llegar del Este. Por eso hay que establecer mecanismos de solidaridad. Italia y España tenemos la misma visión”, ha señalado Conte.

La declaración de los cuatro países del sur de Europa complica el objetivo de Alemania, que esperaba cerrar a mediados de diciembre un acuerdo político en el Consejo de la UE para continuar en 2021 la negociación del pacto con el Parlamento Europeo. El objetivo es pasar la triste página de la crisis migratoria de 2015, cuando la Comisión propuso un sistema de reparto de migrantes con cuotas obligatorias por países para hacer frente a la llegada de más de un millón de personas desde Siria. El sistema se puso en marcha, pese al claro rechazo de países como Hungría y Polonia, contrarios a asumir su cuota, pero fue incumplido con un resultado muy por debajo de los objetivos planteados —apenas uno de cada cinco candidatos al asilo se desplazaron legalmente desde Grecia e Italia al resto de la UE—.

Desde entonces, los países de la Unión se han repartido de forma voluntaria las personas rescatadas en el Mediterráneo. Pero es un sistema que funciona caso por caso, provoca situaciones humanitarias dramáticas en los barcos de rescate hasta que se pacta el reparto y solo se aplica a los recogidos en alta mar, un problema que prácticamente solo afecta a Italia y Malta, pero no a España o Grecia.

Esos cuatro países hacen ahora frente común para exigir un mecanismo de solidaridad predecible, permanente y que garantice la contribución de todos los Estados miembros. El documento califica de “pura ficción” el hecho de que la Comisión base su pacto en la premisa de que solo entrarán en Europa las personas que tengan derecho al asilo o que lleguen con los papeles en regla. “No es realista y no va a funcionar”, afirman los cuatro países con mayor experiencia en migración irregular por vía terrestre o marítima, que reclaman que ellos solos no pueden asumir esta crisis.

Fuente: El País

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