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Crisis diplomática en China: los 10 cables de Kreckler, las vacunas que llegarán en enero y el silencio de Felipe Solá

El embajador informó a Buenos Aires que el Ministerio de Salud había firmado un convenio con la empresa Sinopharm para la provisión de 30 millones de dosis y aguarda que la Cancillería aclare su situación institucional en Beijing

POLÍTICA 26/12/2020 Román Lejtman*

Alberto Fernández desplazó al embajador argentino en Beijing por la información que Felipe Solá acercó a la Casa Rosada: el canciller jura que Luis María Kreckler fracasó en la negociación para obtener 30 millones de dosis de la vacuna china contra el COVID-19 y que se fue a una isla exclusiva alegando “licencia ecológica” por contaminación cuando desde Buenos Aires se exigía cerrar un acuerdo comercial con la empresa Sinopharm.

Pareciera que Solá no contó toda la información al Presidente.

Desde el 22 de agosto, Kreckler envió 10 cables reservados a la computadora del canciller para informar sobre la negociación con la empresas chinas que producen vacunas contra el COVID-19. Y en ningún caso, Solá contestó al embajador argentino en Beijing.

El Cable Número 10, remitido el martes pasado desde las oficinas de Kreckler al despacho del canciller, informa que Ginés González García suscribió con el presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, un memorando de entendimiento que asegura a la Argentina la provisión de vacunas chinas durante 2021.

Ese memo de entendimiento establece:

1. Sinopharm proveerá a la Argentina 30 millones de dosis en 2021.

2. Un millón llegará en enero.

3. 12 millones en marzo.

4. Y el resto a lo largo del año 2021.

5. El precio no está acordado, pero Sinopharm tendrá en cuenta que Argentina aceptó hacer pruebas de Fase 3 con voluntarios locales junto a la Fundación Huésped.

6. El transporte corre por cuenta del Gobierno argentino.

Alberto Fernández sabe de la firma del memo de entendimiento con Sinopharm, se lo informó Ginés González García antes de las fiestas. Es más: el ministro de Salud mantendrá mañana -a las 11- una conferencia remota con las autoridades de ese gigante farmacéutico asiático. Y si no hay trabas burocráticas o políticas, el Gobierno informará el lunes que en enero llegará a Ezeiza el primer millón de dosis de la vacuna china.

Gines González participó de todas las negociaciones, y está crítico de su amigo el embajador Kreckler porque no pudo cerrar el precio por vacuna. Pero se comprometió a informar al Presidente que no hubo fracaso en la negociación como aseguró Sola para coronar su desplazamiento de la embajada de Beijing.

El canciller y el embajador en China tienen pésima relación política y personal. Solá asume que Kreckler pretende su puesto, y Kreckler cree que Solá no tiene pinet para ocupar el Ministerio de Relaciones Exteriores. Este cortocircuito, en medio de las negociaciones con Sinopharm, causaron una crisis diplomática que afecta el vínculo bilateral entre Alberto Fernández y Xi Jinping.

No es habitual en China que se desplace a un embajador de carrera a los seis meses de haber llegado a Beijing. Kreckler está mas acostumbrado a los salones europeos que al rígido verticalismo heredado de Mao y la Larga Marcha, pero en los 10 cables que envió a la Cancillería se evidencia que no estuvo al margen de las negociaciones con Sinopharm.

Solá ahora se encuentra en una laberinto político. Kreckler asegura que negoció con los chinos y tiene como testigo privilegiado al ministro Ginés González. Y aguarda la evidencia a prueba de desmentidas cuando el lunes probablemente se anuncie que Sinopharm enviará a Buenos Aires un millón de dosis antes que concluya enero.

El embajador argentino defiende su rol en las negociaciones con la empresa farmacéutica china. Pero su suerte parece echada.

Alberto Fernández no confía en Solá, y casi no le habla. Sin embargo, el jefe de Estado habría aceptado el desplazamiento de Kreckler por la información del canciller y ciertos datos propios que aportaron en Olivos.

Todo indica que Argentina tendrá nuevo embajador en Beijing. Es avalado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, tiene nombre conocido en la liturgia peronista y es experto en China.

Se trata de Sabino Vaca Narvaja, ex Director General de Relaciones Internacionales del Senado nombrado por CFK y actual Representante Especial de la Argentina para la Promoción Comercial e Inversiones en Beijing. Vaca Narvaja habla mandarín, es licenciado en ciencia política y conoce cómo funciona el poder en China.

Era el candidato ideal de Cristina Fernández, pero en la Cancillería optaron en primera instancia por la carrera diplomática -37 años- de Kreckler. Alberto Fernández aprecia la honestidad intelectual de Vaca Narvaja, y ya tomó la decisión.

Al margen de lo que explica el actual embajador en sus cables a Solá, el Presidente considera que las negociaciones exitosas con Sinopharm pertenecen a Vaca Narvaja. Y lo nombrará embajador en China cuando se conozca oficialmente que desplazó a Kreckler por sugerencia del ministro de Relaciones Exteriores.

Sucederá en los próximos días. Cuando se embalen las vacunas chinas con destino a Ezeiza.

* Para www.infobae.com

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