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V de VIP: el caso Verbitsky nacionalizó el escándalo de las vacunaciones de privilegio

Alberto Fernández cambió la conducción del ministerio de Salud. Pero queda abierto el interrogante sobre la investigación de fondo. La historia al igual que su protagonista expone costados inquietantes. Y por su magnitud, cambió por completo la agenda política imaginada por el Presidente

POLÍTICA 20/02/2021 Eduardo AULICINO
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Angela Merkel y Emmanuel Macron han instado este viernes en la Conferencia de Seguridad de Múnich a revitalizar la relación transatlántica. Tras el discurso del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la canciller alemana y el presidente francés han aprovechado sus intervenciones por videoconferencia en el foro anual sobre seguridad para recalcar la oportunidad de abrir una nueva etapa en la relación entre Europa y Estados Unidos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha resaltado que Washington y Bruselas deben unir fuerzas para trabajar contra el cambio climático, regular el mercado digital y limitar el poder de las grandes compañías tecnológicas —en lo que también ha incidido Macron—.


El eje franco-alemán también ha mostrado su compromiso con la OTAN. Merkel ha señalado que Alemania avanza hacia el objetivo de gasto en defensa del 2% del PIB que acordaron los socios en 2014. “Sí creo en la OTAN”, ha asegurado Macron, quien sembró dudas a finales de 2019 al decir que la Alianza Atlántica estaba en “coma cerebral”. Aun así, la canciller alemana y el presidente francés han abogado también por reforzar la cooperación en materia de defensa entre los socios de la UE. Merkel ha sostenido que las iniciativas comunitarias pretenden “complementar” a la Alianza, no erosionarla. “Es hora de asumir una mayor carga de nuestra protección. La UE y sus miembros clave tienen que ser parte de la solución de su propia seguridad”, ha sentenciado Macron, quien desde hace años defiende que la UE tenga su propio instrumento militar. El secretario general de la OTAN, por su parte, ha alertado de que los retos que plantean China y Rusia al orden internacional solo pueden abordarse si EE UU, la OTAN y la UE trabajan de manera conjunta. “Tenemos ahora una oportunidad histórica para construir una alianza más fuerte. Para recuperar la confianza y reforzar nuestra unidad”, ha señalado el noruego Jens Stoltenberg.
En la que ha sido su última participación como canciller en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Merkel ha subrayado que “el multilateralismo es la base” de sus decisiones. “Alemania está lista para un nuevo capítulo en las relaciones transatlánticas” ha apuntado la jefa del Gobierno alemán, quien también ha elogiado la “nueva disposición” de su socio en la Casa Blanca. La canciller ha añadido que EE UU y la UE deben trazar una “agenda común” frente a China y Rusia. “Solo juntos podemos hacer frente a grandes retos como el cambio climático o la pandemia”, ha añadido Merkel. Macron, por su parte, ha enfatizado que “el multilateralismo debe ser efectivo para luchar contra el cambio climático, preservar nuestras democracias y defender la libertad de expresión”. “Para que la globalización triunfe, debemos ser capaces de reducir las desigualdades con nuestros vecinos”, ha añadido el presidente francés.

Von der Leyen ha celebrado en su intervención que “Estados Unidos ha vuelto y está más comprometido que nunca”. La presidenta de la Comisión ha abogado por poner coto a las grandes tecnológicas: “No podemos dejar decisiones que tienen un gran impacto en nuestras democracias en manos de programas informáticos sin supervisión humana o en los despachos de Silicon Valley”. Y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha instado a que la relación transatlántica “sea la fuerza motriz de un mundo mejor”.

El primer ministro británico ha sido el último en intervenir. Tras confirmar su presencia en la conferencia el pasado miércoles, Boris Johnson ha resaltado su compromiso “incondicional” con la seguridad europea y ha destacado que el Reino Unido será pronto el segundo contribuyente de la OTAN, tras EE UU. El premier, al que Biden llamó “un clon de [Donald] Trump” en 2019, ha dicho que hará lo posible para “mantener viva la llama de la cooperación global” y ha alabado que EE UU vuelva a ser “el líder del mundo libre”.

La reunión se ha celebrado en un formato virtual y exprés —por videoconferencia y en menos de cuatro horas—, y no ha contado con representantes de China, Rusia u Oriente Próximo, una anomalía en el evento anual en el que desde 1963 se dan cita algunos de los principales líderes mundiales y expertos en seguridad internacional. La edición deslucida de este viernes tampoco ha tenido reuniones bilaterales o francotiradores encargados de proteger el hotel Bayerischer Hof desde su azotea, habituales cada febrero en la capital bávara.


En esa línea, se decía que había comenzado a trascender una investigación periodística sobre ese vacunatorio VIP y que Verbitsky, parte y nombre destacado de la lista, resolvió hacer público su caso, presentado por él mismo como una gentileza personal del ministro y en rigor, finalmente resuelta por la línea de la secretaría ministerial. Una especie de “estrategia de crisis”, un intento de control de daño con mensaje oscuro. En otras palabras: tratar de amortiguar el daño personal, al costo de un escándalo de las dimensiones que está alcanzando.

Por supuesto que no era la única hipótesis que circulaba hasta anoche. El relato de Verbitsky sobre la convocatoria al Ministerio a través de la secretaría y no por boca del ministro tomaba dimensión luego de la carta de Ginés González García, patética, descargando responsabilidades sobre la privada. Pero ese no es el punto mayor. Conociendo al protagonista, las preguntas desconfiadas sugerían un mensaje menos visible, subterráneo, sobre la capacidad de daño no únicamente propia. Se verá.

La rápida coronación de Vizzotti como ministra habría apuntado a mostrar continuidad en el manejo de las políticas sanitarias. Y a despejar especulaciones sobre una nueva disputa sobre espacios en el gabinete nacional.

Por lo pronto, y aún tomando como cerrada la explicación sobre las razones personales de Verbitsky, queda expuesta la existencia de vacunación VIP. La cronología indica una sucesión de casos locales y ahora este escándalo nacional. ¿Hay más, cuáles serían las estribaciones? Las respuestas deberían ser parte de las tareas a encarar por Vizzotti en el arranque de su gestión.

Fuente: Infobae

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