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Joe Biden, en su primera cumbre internacional: “Estados Unidos ha vuelto”

El presidente recalca el compromiso con la OTAN tras el giro aislacionista de Donald Trump

INTERNACIONALES 21/02/2021 Amanda MARS
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfatizó este viernes en su primer gran discurso internacional desde que llegó a la Casa Blanca el retorno a la cooperación con Europa tras el giro aislacionista que significó la Administración de Donald Trump. “Estados Unidos ha vuelto”, proclamó en una Conferencia de Seguridad de Múnich virtual que lo reunió con sus aliados europeos. Biden alertó también de los riesgos que se ciernen sobre las democracias ―“En muchos sitios, incluyendo Estados Unidos y Europa, el progreso democrático se encuentra bajo asedio”, subrayó― y llamó a combatir los “abusos económicos y la coerción” de China.


Biden es un viejo conocido de este foro de Múnich, donde ha participado como vicepresidente de la Administración de Barack Obama (2009-2017) y, antes de eso, durante su larga carrera como senador estadounidense. Sin embargo, el discurso que recordó este viernes fue el que pronunció hace relativamente poco, en 2019, cuando en calidad de “ex” y con un líder como Donald Trump al frente del Gobierno, prometió: “Estados Unidos volverá, no tengan ninguna duda”. Dos años después, con tono de satisfacción, el nuevo mandatario celebró por videoconferencia: “Soy un hombre de palabra. Estados Unidos ha vuelto”.

El cambio de rumbo de la era de Biden respecto a la de Trump en política exterior puede resumirse en un par de frases redondas; el paso del “América, primero”, santo y seña del republicano, al “América ha vuelto”, que no se cae de los labios de su sucesor demócrata. La realidad se antoja más compleja. Washington no ha retirado aún los aranceles que su predecesor aplicó sobre productos europeos y difiere sobre el tono y la estrategia a seguir ante Pekín y Moscú, y lo que identifica como una grave escalada autoritaria. Ambas ideas planearon en el discurso de este viernes, el primero dirigido a la audiencia internacional desde que asumió la presidencia de Estados Unidos.

“La alianza transatlántica ha vuelto y no vamos a volver la vista atrás”, resaltó Biden ante el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, dos líderes que fueron baqueteados por Trump y sus recelos contra Europa en estos últimos cuatro años. Estados Unidos, insistió Biden, está “totalmente comprometido” con la OTAN, organismo que el republicano había denostado. El demócrata recordó, de hecho, que la primera vez que la Alianza recurrió al artículo 5, el que llama a actuar si cualquier aliado es atacado, fue en los atentados del 11-S contra Estados Unidos. Biden declaró también que el país está “decidido a volver a vincularse con Europa”. Esa alianza gira, en su opinión, en torno a unos valores democráticos compartidos y por ello debe traducirse en mano firme ante los impulsos autoritarios que se dan en diferentes partes del mundo.

“En muchos sitios, incluyendo Estados Unidos y Europa, el progreso democrático se encuentra bajo asedio”, alertó. “Nuestra colaboración se ha mantenido y ha crecido con los años porque nace de la riqueza de nuestros valores democráticos compartidos. No son transaccionales ni extractivos”, subrayó. El presidente norteamericano advirtió de que esta crisis sobrevenida y otros retos estructurales, fruto de la cuarta revolución industrial, han situado a los países en un “punto de inflexión”, un pulso entre quienes creen “que la autocracia es el mejor camino” para seguir adelante y quienes, por el contrario, piensan que “la democracia es la mejor manera de afrontar los desafíos”.


China ocupa una posición central en los desafíos que Estados Unidos identifica. Si Trump ponía el acento en los desequilibrios comerciales, Biden suele resaltar las agresiones a los derechos y libertades, pero no olvida la competencia económica, que tacha de desleal. Washington y Pekín atraviesan el momento más difícil de sus relaciones en décadas y esta crisis, de varios frentes, va más allá del cambio de Gobierno. “Debemos prepararnos juntos para una competencia estratégica a largo plazo con China”, advirtió este viernes el actual presidente, y continuó.

El estadounidense argumenta que la firmeza ante el régimen de Xi Jinping no debe llevar necesariamente una política de bloques “Este-Oeste” propia de la Guerra Fría ni tampoco frenar la cooperación en crisis globales tan cruciales como la del coronavirus o el cambio climático. Pero su tono no es ligero respecto al gigante asiático. En la cumbre llamó a hacer retroceder “los abusos económicos y la coerción del Gobierno chino, que socavan las bases del sistema económico internacional”. “Todo el mundo debe jugar bajo las mismas reglas”, recalcó.

También apuntó hacia Moscú. “[Vladímir] Putin busca erosionar nuestra alianza trasatlántica porque para el Kremlin es mucho más fácil atacar y amenazar a los países de forma individual que negociar con una alianza unida”. En esta línea, continuó: “Los líderes rusos quieren que la gente piense que nuestro sistema es más corrupto, o tan corrupto como el suyo”, denunció, “pero el mundo sabe que no es cierto, incluidos los propios ciudadanos de Rusia”. Horas antes, había participado también en la cumbre del G-7, foro al que Washington, de momento, sigue sin querer invitar a Moscú. El primer encuentro multilateral de la era Biden tuvo lugar el mismo día en que se formalizó el regreso al Pacto de París. Estados Unidos ha cambiado, pero sus grandes frentes siguen siendo China y Rusia.

Fuente: El País

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