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Dólar, tarifas, impuestos y más: las 6 cartas con las que Alberto apunta a ganar las elecciones

Para ganar, el Presidente quiere evitar cualquier sacudón económico y ya puso en marcha una serie de medidas que deberían ayudarla a cumplir su objetivo

ECONOMÍA 11/03/2021 Claudio Zlotnik*
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La Casa Rosada ya entró en modo campaña electoral. El lanzamiento formal fue el discurso de Alberto Fernández en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Justo es decirlo: la oposición también ya empezó a jugar para mejorar sus chances en las elecciones de medio término. Lo más destacable es que el Presidente ya puso en marcha su estrategia para ganar y consolidar el poder de su administración.

Un triunfo sería una señal hacia afuera del peronismo, claro está, pero también hacia la interna de la coalición gobernante. Una especie de "Alberto empoderado".

Para ganar, el Presidente quiere evitar cualquier sacudón económico. Al contrario, ya puso en marcha una serie de medidas que deberían ayudarlo a cumplir con su objetivo electoral.

Después, será cuestión de los analistas políticos prever si una mejora en el bolsillo de los votantes asegurará el triunfo del oficialismo. Está claro que después de un desplome del 10% del PIB en 2020, este año debería ser el del rebote. Claro está: ningún escenario puede anticiparse en medio de una pandemia.

Lo que planea el Gobierno, en todo caso, es potenciar ese rebote. Que sea lo máximo posible. Que los salarios le ganen a la inflación. Es lo que admiten, en público y en privado, los ministros del equipo económico.

Para lograrlo existe un set de seis decisiones que, en conjunto, deberían jugar a favor de ese objetivo.

1. Dólar electoral

Ya lo admitió el propio Martín Guzmán: el dólar no debería pasar de los $102 hasta fin de año, lo que da cuenta de una desaceleración en el ritmo devaluatorio. A pesar de que la mayor parte de las consultoras avizoran una inflación superior a la del año pasado.

El ministro, en cambio, busca que el tipo de cambio sea el principal ancla antiinflacionario. Puertas adentro, Guzmán sabe que no tiene demasiado margen para atrasar la cotización ya que, si fuera así, el "mercado" anticipará una devaluación para después de las elecciones, lo que claramente jugará en contra de la recuperación económica. La frazada luce más corta que nunca.

El mes pasado, contra una inflación esperada de 3,4%-3,5%, la cotización del dólar subió 2,4%. ¿Será esa la tendencia de acá en más? ¿Viajará un punto por debajo de la inflación? ¿Tomará el mercado esa movida como una señal de una futura devaluación?

Serán todas cuestiones a monitorear en los próximos meses.

2. Menos Impuesto a las Ganancias

Acá también ya es cosa juzgada: el Congreso aprobará que los asalariados paguen menos Ganancias, y lo único que resta saber es la verdadera profundidad de la medida. Si va a incluir también a los autónomos, por ejemplo.

Es decir, lo único que se desconoce refiere al costo fiscal que el Gobierno está dispuesto a poner en juego, en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario, para favorecer a una clase media que en general es crítica del Gobierno.

La medida, polémica, se tomó a pesar de la decisión oficial de dar por terminada la ayuda Covid (ATP y, sobre todo, el IFE), con el que beneficiaba a la base de la pirámide social.

3. Tarifas de luz y gas

El detalle no está resuelto pero sí la decisión a "brocha gorda''. Las tarifas de los servicios públicos saldrán del congelamiento pero no habrá aumentos que vayan por encima de la evolución de los salarios.

Faltan definir los porcentajes de esos incrementos, básicamente porque la cuestión se sigue discutiendo puertas adentro de los despachos oficiales.

Pero así como el valor del dólar funcionará como el gran ancla antiinflacionaria, las tarifas serán una especie de "anclita".

Lo más probable es que el mes que viene arranque con una suba de las tarifas inferior al 10%. Desde el equipo económico mencionan la posibilidad de que sea de entre 7% a 9%, en gas y en luz respectivamente.

4. Precios Máximos y Precios Cuidados

El Gobierno está decidido a extender ambos programas, a pesar de las fuertes críticas desde el sector empresario. Existe una gran presión de los ejecutivos para que el Gobierno flexibilice y conceda aumentos de precios.

En Comercio Interior tienen que decidir sobre esa cuestión en las próximas tres semanas, A fin de mes vence "Precios Máximos", el programa donde conviven 70.000 artículos -básicamente alimenticios- que tuvieron mínimos incrementos desde que empezó la pandemia.

Las principales fábricas de alimentos ya le pidieron a Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, la finalización del programa de "Precios Máximos". El argumento refiere a que los costos de las compañías subieron muy por encima de los aumentos que autoriza el Gobierno.

Los precios de los alimentos preocupa al Gobierno en el año electoral. Poco éxito tuvieron los funcionarios para contener el valor de la carne, que escala sin parar desde el último trimestre del año pasado. Algo parecido ocurre con los lácteos, que se mueven (casi) libremente. Y con las frutas y verduras.

Por eso se reforzaron los controles sobre los productos industrializados: aceites, harina, arroz y fideos. Como contraparte, lo que suele detectarse en los supermercados son góndolas desabastecidas de los productos con precios congelados.

Será una pulseada que continuará durante el año electoral.

5. Bono para jubilados

Para compensar el aumento del 8,07% otorgado por la nueva fórmula -por debajo de la inflación estimada del primer trimestre-, el Gobierno decidió sendos bonos de $1.500 para los jubilados que ganan menos de $30.000, tanto para abril y para mayo.

¿Por qué se tomó la decisión? En la previa de las elecciones, el Gobierno quiso clausurar la posibilidad de críticas por el funcionamiento de la nueva fórmula de actualización de los haberes jubilatorios.

6. Mesa de "diálogo social"

Esta es la base que le da marco y (supuestamente) sustento político al resto de las iniciativas.

Se supone que en estas mesas, la Casa Rosada va a consensuar medidas con los empresarios y los sindicatos. Todo, con el objetivo de que los precios y salarios se alineen para que haya efectivamente una mejora en el poder adquisitivo de los trabajadores. Algo que no ocurre desde hace al menos tres años. Y que nadie puede aventurarse que en este 2021, esa tendencia se dará vuelta.

El Gobierno puso a la inflación en el foco central de la estrategia de política económica. Controlado, al menos para el corto plazo, el mercado cambiario, ahora la Casa Rosada dio la orden de ir por una desaceleración en el alza de los precios. En particular de los alimentos, que se encarecen por encima del promedio.

* Para www.iprofesional.com

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