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El bochornoso blindaje mediático a Sergio Massa, ¿el nuevo delfín de Cristina Kirchner?

Del titular de la Cámara baja no se dice nada a pesar de que pesan sobre él dudas y acusaciones de toda índole.

POLÍTICA 12/04/2021 José De Álzaga*
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“La metamorfosis de Sergio Massa: ni Kafka se animó a tanto”, es una frase que bien podría haber sido título de esta nota, es más bien un acertijo, como es todo lo que rodea el mundo del presidente de la Cámara de Diputados. Porque en la Argentina de Alberto Fernández todo es aparente, como su propio cargo de presidente, según lo van sugiriendo los hechos.

Además es insólito, porque el kirchnerismo ha convertido a la República en un caleidoscopio donde a medida que gira, todo cambia de color y de posición. Así, el presidente de la Nación, Fernández, es hoy en día el blanco más expuesto de la administración. Sobre él caen las críticas, las burlas y sobre todo las dudas: ¿Gobierna realmente Alberto Fernández?

En este agujero negro que es la política argentina donde existen universos paralelos, el de Alberto Fernández es cada día más un poder formal. Porque parece existir en una dimensión cuántica –de cuánto poder y dinero maneja– otro poder real, el que acaso encarna Cristina Fernández y el que ahora parece surgir como el sucesor de un “Alberto”, más cerca de un retiro que de una continuidad.

En esta Argentina surrealista ocurre aquello que dice un principio de la diplomacia: “Es más importante lo que no se dice, que lo que se dice”. Y de Sergio Massa no se dice nada a pesar de que pesan sobre él dudas y acusaciones de toda índole.

Mientras la prensa levantaba olas criticando a los “Vacunados VIP”, sobre Massa, de quien se sostiene que habría vacunado a toda su familia, a propios y ajenos, nada hubo más que alguna mención aislada. Incluso cuando fue interpelado en el Congreso por la diputada Mónica Frade por la cuestión de las vacunas, Massa, con la mejor expresión de pedernal, dejó pasar la situación mientras la prensa, que en otro caso y por mucho menos hubiera armado un verdadero fandango, continuaba su ritmo cansino de todos los días.

Todo lleva a presumir que Sergio Massa, al interno del kirchnerismo, sería el nuevo delfín de Cristina Fernández. Luego, sería la punta del iceberg del poder real que asoma en el nuevo proceso político y por eso, está blindado ante los medios de comunicación.

Una prueba de esta coraza mediática la exhibe la última presencia de Massa en la provincia de Mendoza, donde fue de descanso a una estancia propiedad de Daniel Vila y, sin embargo, ningún medio de prensa alertó sobre esta visita. Y el que lo publicó, MDZ online, tuvo que levantarlo: ¿Dinero o presión? Máxime cuando unos años atrás Massa era un ferviente defensor del consumidor en las tarifas eléctricas y ahora, que su amigo Vila forma parte de Edenor, pegó un viraje de laucha: es un defensor de la suba de tarifas y subsidios varios a las Empresas energéticas. 

Cualquiera sea el motivo, este hecho revela que el poder real –CFK– requiere ya de otra figura que le sirva a sus fines y ha dado la orden de preservarlo.

En suma, el blindaje mediático operado sobre Sergio Massa estaría revelando una transición al modo de un eclipse, donde se va desplazando a una figura para iluminar a otra. ¿Cuál sería la diferencia? Ninguna, porque tanto Alberto Fernández como Massa prometieron acabar con el kirchnerismo y ahora, son sus mascarones de proa. Parece ser que la condición para ocupar ese lugar de poder en el imaginario “K” es el relativismo que los antiguos resumieron diciendo que “Todo es según el color del cristal con que se mira”.

* Para www.elintransignete.com

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