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Los médicos de Navalni alertan de que puede morir por el grave deterioro de su salud

Los facultativos exigen ver al opositor, en huelga de hambre desde el 31 de marzo. EE UU advierte a Moscú de que habrá “consecuencias” si fallece en prisión

INTERNACIONALES 19/04/2021 María R. SAHUQUILLO
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Los médicos personales de Alexéi Navalni han alertado del grave deterioro de salud del opositor ruso, en huelga de hambre desde el 31 de marzo para reclamar atención sanitaria adecuada. El equipo médico del activista anticorrupción, preso en una severa colonia penal desde mediados del mes pasado y sin acceso a especialistas sanitarios independientes, exigen poder visitarle. Navalni, remarcó uno de sus facultativos, Yaroslav Ashijmin, corre el riesgo de morir “en cualquier momento”. “Debería estar en cuidados intensivos”, ha advertido Ashijmin, en un comentario en las redes sociales en el que muestra los análisis del opositor, que la familia ha accedido a publicar.


El estado del crítico más destacado contra Vladímir Putin, que se recuperó de un grave envenenamiento el pasado verano en Siberia tras el que Occidente ve la mano del Kremlin y condenado a tres años de cárcel en un controvertido caso, preocupa a la UE y Estados Unidos, que han reclamado a las autoridades rusas que acceda a que especialistas médicos elegidos por el opositor puedan revisarle. En una entrevista en la CNN, el asesor nacional de Seguridad de EE UU ha advertido a Moscú de que si le pasa algo al opositor, “la comunidad internacional les hará responsables”. “Habrá consecuencias si Navalni muere”, ha añadido.


El Kremlin niega cualquier implicación en el envenenamiento del opositor y sostiene que el trato al destacado activista anticorrupción, de 44 años, es adecuado. El equipo de Navalni denuncia, no obstante, que la falta de atención apropiada y el trato a Navalni en la colonia penal es un “asesinato a cámara lenta” por parte del Gobierno ruso. El opositor está en su tercera semana en huelga de hambre y hace unos días declaró, a través de sus abogados, que la dirección del penal amenazaba con alimentarle a la fuerza.

El sábado, la portavoz de Navalni, Kira Yarmysh, aseguró que podría morir en “cuestión de días”. Y ante la negativa de las autoridades rusas de hospitalizar al opositor en un centro con profesionales independientes y de su elección, y no solo con los sanitarios del penal o designados por las autoridades penitenciarias, sus partidarios han convocado nuevas protestas para este miércoles, el mismo día en el que Putin tiene previsto pronunciar su discurso sobre el estado de Rusia.

El Kremlin cerca a los aliados del líder opositor mientras su salud se deteriora dentro de los muros de la colonia penal IK-2, a unos 100 kilómetros de la capital rusa, donde cumple condena por violar los términos de la libertad condicional de una sentencia por fraude antigua —y que ya hace cuatro años el Tribunal de Estrasburgo declaró “arbitraria e injusta”—, precisamente por estar en Alemania tratándose del gravísimo envenenamiento que casi le cuesta la vida. El viernes, la Fiscalía rusa pidió a un tribunal de Moscú que declare a la Fundación Anticorrupción de Navalni y su sede de campaña como organizaciones extremistas. Una designación, advierten sus partidarios, que puede derivar en procesos penales y encarcelamiento de sus empleados y voluntarios.

Navalni empezó a quejarse de un fortísimo dolor de espalda al poco tiempo de llegar a la colonia penal, donde denunció que le sometían a torturas de privación del sueño, despertándole cada hora por las noches para verificar que no había huido, pese a que el opositor volvió el pasado enero voluntariamente desde Berlín a sabiendas de que con toda probabilidad sería detenido nada más llegar a Moscú. Al dolor de espalda se sumó el entumecimiento primero de una pierna y después de las dos y de las manos. Los médicos creen que tiene una hernia de disco, pero sus sanitarios personales tampoco descartan que sufra los efectos del envenenamiento del verano con Novichok, una neurotoxina de uso militar de la época soviética. El opositor ha declarado también que no puede descartar que sigan envenenándole. Así, cuando las autoridades del penal se negaron a que un médico invitado le tratase, se puso en huelga de hambre.

Este domingo, el ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, remarcó que la salud del opositor está en manos de Putin. También el alto representante en Política Exterior, Josep Borrell, expresó su “profunda preocupación” por los informes sobre el deterioro de Navalni. La UE pide a Rusia, dijo Borrell en una declaración, que garantice al opositor el “acceso inmediato a profesionales médicos de su confianza”. Voces políticas también se suman a los reclamos de docenas de figuras públicas, entre ellas cinco Premios Nobel de Literatura, en instar a Putin en una carta abierta a que asegure el tratamiento médico inmediato a Navalni.

Fuente: El País

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