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Argentina y la extraña paradoja de la soja: el precio vuela pero el Central lucha para que no salte la brecha del dólar

ECONOMÍA 13/05/2021 Claudio Zlotnik*
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Como en los viejos chistes, el arranque podría ser: "Tengo una buena y una mala. ¿Cuál primero? ¿La buena? La soja, después de nueve años, volvió a los u$s600 por tonelada. La mala: que el Banco Central, igual, se vio obligado a intervenir en el mercado cambiario para evitar un agrandamiento de la brecha.

Así atraviesa la economía argentina la era pandémica. Con paradojas. Por un lado, liquidaciones récord de las exportadoras, que se apuran a vender sus divisas en la ventanilla del BCRA por si aquel valor histórico del "yuyo" vuelve a contraerse en el corto plazo.

Gracias a esa dinámica, el Banco Central viene comprando a razón de u$s110 millones diarios en el mercado de cambios. Se quedó con u$s524 millones en los primeros cinco días hábiles de mayo, de acuerdo a los registros oficiales. Para tener en cuenta, en el mismo plazo del mes anterior, la autoridad monetaria se había quedado con u$s368 millones.

De vuelta a la paradoja, resulta inquietante que en una instancia tan positiva, con un BCRA que compra divisas a diario (en los primeros dos días de esta semana adquirió unos u$s120 millones cada jornada), este escenario no alcance para achicar la brecha entre los dólares alternativos (contado con liqui y MEP).

Y que, al contrario, el Central se vio obligado en las últimas jornadas -con la única excepción de ayer martes- a intervenir en el mercado del "contado con liqui" para evitar un mayor ensanchamiento de esa brecha con la cotización del dólar "oficial" (mayorista).

Los números hablan por sí solos: debido a la dolarización que no se detiene, en los últimos dos meses el dólar CCL pasó de un piso de $142 a los actuales $159 y por eso es que el BCRA se ve obligado a intervenir.  

De acuerdo a fuentes del mercado, la aparición oficial se dio a través de la compraventa de bonos, una operación que tiene impacto en el precio del dólar alternativo, pero que al BCRA le cuesta reservas. Esas mismas fuentes dijeron a iProfesional que la estimación es que, por esa vía, la autoridad monetaria perdió entre u$s20 y u$s30 millones diarios a lo largo de la semana pasada.

¿Cómo puede ser que por un lado la oferta de divisas crezca de manera notable y, por la otra, el Central pierda divisas?

Tiene que ver con las expectativas en el mercado. Por un lado, cerealeras exportadoras y ruralistas que se apuran a vender sus tenencias de soja, liquidan las divisas, aprovechando el precio más alto desde agosto-septiembre de 2012.

Por el otro, fondos de inversión, empresas y hasta los propios sojeros que toman cobertura dolarizando sus tenencias en pesos. Y lo hacen, en parte, en el mercado del "contado con liqui".

Esa dinámica dolarizadora -que en la Argentina siempre es relevante- se agrandó durante las últimas dos semanas. Más concretamente, desde que se abrió una crisis interna en el gobierno, que tuvo al ministro Guzmán en medio de la pelea.

El ministro de Economía está tironeado por el ala dura del kirchnerismo. En principio, tras la repentina decisión de Guzmán de sacar a Federico Basualdo -subsecretario de Energía-, no sólo obligaron a mantener a ese funcionario en su puesto sino que condicionaron a que haya un único aumento en la tarifa eléctrica, del 9% para todo el año.

La crisis no se limitó a lo energético. A partir de esa movida, el Instituto Patria presionó para que el ministro agrande la ayuda oficial por la pandemia, algo que Guzmán viene cuidando en medio de las negociaciones con el Fondo Monetario.

También hubo un avance sobre la estrategia negociadora de Guzmán: un grupo de senadores oficialistas que responden a Cristina Kirchner, encabezado por Oscar Parrilli, ya le dieron dictamen favorable a un proyecto de declaración para que el Gobierno utilice los u$s4.350 millones que lleguen del FMI como ampliación de capital del organismo para atender la pandemia. Y no para pagar los vencimientos de la deuda con el Fondo o el Club de París.

Ese dictamen será tratado hoy miércoles en el recinto de la cámara alta.

Todas estas medidas forman, al fin y al cabo, un conjunto de condicionamientos a la gestión de Guzmán, que en este momento se encuentra junto a Alberto Fernández en Europa buscando una solución, de cara a los vencimientos de la deuda pública.

Soja, dólares y el segundo semestre

Todo este escenario -el de la soja a u$s600 pero con una demanda dolarizadora que no se desvanece- plantea un gran interrogante frente a lo que se viene: ¿qué sucederá cuando, después de julio, se frenen las liquidaciones de billetes verdes y la demanda de dólares crezca, algo esperable en plena campaña electoral?

Una de las posibilidades, si ése fuera el escenario, es que el Gobierno se vea forzado a limitar las importaciones. Aún más.

Desde que empezó el año y el mercado cambiario se estabilizó, el Gobierno habilitó más cantidad de dólares para pagar importaciones.

El último registro del INDEC de marzo dio cuenta de importaciones por u$s5.400 millones contra alrededor de u$s4.000 millones de los meses previos.

El Banco Central viene acumulando reservas para hacer frente a una dinámica más comprometedora. Pero hay algo que, en las próximas semanas, va a quedar más claro: si Guzmán usa los DEG que reciba del FMI para pagar los vencimientos o si, antes, va a llegar a un acuerdo con el organismo. De esa decisión va a surgir que las reservas queden más robustas o si, por el contrario, se vuelven a contraer.

De acuerdo a las estimaciones de la consultora Eco Go, las reservas netas trepan ahora a los u$s5.200 millones.

"La debilidad de la demanda de pesos frente a la incertidumbre en torno a la política "política" y el deterioro del balance del BCRA constituyen riesgos de corto plazo para el escenario cambiario", escribió la economista Marina Dal Poggetto en su último reporte semanal.

Lo que está claro es que un acuerdo con el FMI previo a las elecciones permitiría robustecer (y prácticamente duplicar) las reservas netas. Mientras que, sin acuerdo, la Argentina otra vez debería atravesar el desierto en materia cambiaria. Algo que ya sucedió hace seis meses.

El segundo semestre, siempre tan referencial en la Argentina de los últimos años, vuelve a tomar un protagonismo decisivo en este pandémico 2021.

* Para www.iprofesional.com

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