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Era el gobierno de los iluminados, no de los científicos

OPINIÓN 13/05/2021 Héctor Gambini*
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Alberto Fernández prometió que el suyo sería el gobierno de los científicos, no de los iluminados. No es lo mismo. Quizá sin notar las diferencias, ahora Carlos Zannini, procurador del Tesoro de la Nación, sale a marcar otras categorías sociales que no son ni la de Personal de Salud con la que se vacunó por izquierda, ni la de Personal Estratégico con la que luego quisieron justificar su vacunación exclusiva y acomodada.

Eso consideró el Presidente al echar de su cargo al ex ministro de Salud Ginés González García cuando se conoció el escándalo del Vacunatorio VIP, hace ya tres meses.

Pero Zannini, beneficiario de esa situación que Alberto calificó como “adelantamiento en la cola” -para adelantar que no iría tan a fondo como amagaba-, no sólo continúa en su cargo, sino que agrega ahora nuevas categorías VIP como “autoridad decisional” (él) y “personalidad que necesita ser protegida por la sociedad” (el también vacunado VIP Horacio Verbitsky).

Las nuevas categorías que acaba de inventar son para ratificar que no se arrepiente en lo más mínimo de haberse vacunado primero.

“Yo sabía que estaba en condiciones legales”, explicó este martes en C5N. “Como autoridad decisional fui y lo hice”, argumentó.

Y siguió: “De lo que me arrepiento es de no sacarme la foto en el momento. De la vacunación de mi mujer tampoco me arrepiento...”.

Zannini argumenta que la vacuna le correspondía por ser mayor de 60 años. Eso cabe para todos los argentinos de esa franja etaria que hoy -más de tres meses después de haberse vacunado Zannini- aún esperan su primera dosis. Hay 45.000 de ellos únicamente en la Ciudad de Buenos Aires.

Es obvio que no se sacó la foto porque sabía que lo que estaba haciendo estaba mal.

¿Quién se haría una selfie en un bote salvavidas de 12 personas, rodeado de miles que apenas asoman sobre las olas, con el agua hasta el cuello, buscando el bote que Zannini ya ocupó por sentirse de una casta diferente?

Lo que Zannini dice de Verbitsky es sólo autodefensa: “No tenés que actuar con culpa porque vos tenés derecho a eso, porque sos una personalidad que necesita ser protegida por la sociedad”.

El pedido de disculpas que Verbitsky hizo en su momento por vacunarse entre los colados dejó a Zannini en offside.

No tengas culpa porque yo no la tengo, le dice Zannini ahora. Y se instala en un umbral de iluminados que, por derramar sus haces sobre las masas inferiores, “necesitan” privilegios de protección.

Algo así como un tributo social que sus conciudadanos debemos rendirle por sus servicios esenciales que, la verdad, no estaríamos conociendo a fondo.

La patria es el otro iluminado, sería.

¿Pudo este razonamiento, basado en la simplificación de “nos corresponde”, justificar otras decisiones ocultas de los gobiernos de los que Zannini fue parte?

Mientras el vacunatorio VIP es investigado en la justicia administrativa y en la penal sin mayores avances, sólo podría “condenar” administrativamente a Zannini su firma al lado de la inscripción “Personal de Salud”.

Es decir, la prueba de que él sabía que lo estaban anotando con un cargo que no tiene.

Es obvio que lo hicieron así porque si no, en ese momento, no le hubiese correspondido la vacuna.

Aún con esa “prueba” -que la Procuraduría de Investigaciones Administrativas hasta ahora no vio- Zannini sólo podría ser sancionado por el Presidente, que lo absolvió en el mismo instante en que decidió cortar todo echando a Ginés.

El privilegiado que corrió a los botes hace alarde de su condición, tres meses después, porque ya sabe que no habrá castigo.

Flota en el contexto una realidad más dura que el del mundanal egoísmo humano: que usó su autoridad decisional para decidir salvarse rápido en un país que este miércoles a la noche ya sumaba 68.807 muertos por coronavirus. 

* Para Clarín

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