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Soja récord y elecciones: qué impacto tiene en el voto

ECONOMÍA 14/05/2021 Juan Martín MELO
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El precio de la soja supera los USD 600 por tonelada en el mercado de Chicago y con cotizaciones que no se registraban desde agosto de 2012. El aumento de ingresos que eso genera, tanto para el sector agropecuario como para el Estado que a través de retenciones y trabas cambiarias se lleva la mayor parte de esa mejora, supone un alivio para las atribuladas cuentas fiscales. Pero aunque Alberto Fernández puede aprovechar las mejores expectativas que genera, los datos indican que un precio alto de la soja no es determinante en términos electorales.

En este contexto se puede decir que la soja es peronista, como bromean muchos. Con la fuerte escalada de los últimos días, en lo que va de su mandato Alberto Fernández gobernó con una soja que en promedio cotizó a 393 dólares. Solamente Cristina Kirchner, cuando fue presidente entre 2007 y 2015, disfrutó de precios tan altos para el principal producto argentino de exportación.

Pero si el análisis se traslada al impacto que la suba de la soja podría provocar en el resultado de las próximas elecciones, nada está garantizado. El economista de FMyA, Fernando Marull, dijo que “la ‘super soja’ no te asegura ganar elecciones. La Argentina necesita cada vez un nivel de soja más alto para compensar su pesimismo económico”. De cara a las elecciones, el economista sostuvo que la economía debería llegar “sin grandes sobresaltos a los comicios, tanto si las PASO son el domingo 8 de agosto (o un mes después, el 12 de septiembre) o si las generales son el 24 de octubre (o un mes después, el 21 de noviembre)”.

Así, por ejemplo, Cristina Fernández de Kirchner perdió las legislativas de 2009 con la soja en niveles altos, mientras que Mauricio Macri ganó las de 2017 con la soja en niveles muy por debajo de los máximos. Esto significa que más allá de lo que suceda con las cotizaciones externas y locales de la oleaginosa, no hay un impacto en el resultado electoral.


Marull presentó tres escenarios post electorales y su impacto en el clima económico. El primero es que el Gobierno finalmente triunfe en las elecciones, a pesar de la crisis del coronavirus y la economía, de la mano de la unidad del Frente de Todos, y logre repetir el resultado del 2019, de un 48% contra el 40% de la oposición. “En este caso, proyectamos que el Gobierno se convence que va por el buen camino, sigue con políticas kirchneristas y se lanza otra vez al ‘plan aguantar’ hasta 2023”, comentó el economista.

Para el especialista ese contexto “sería negativo, con deterioro en las expectativas y en la actividad, la inflación controlada con cepo y congelamiento de tarifas. Y un acuerdo ‘súper suave’ con el FMI, que sólo alcanza a refinanciar los vencimientos, donde el organismo da waivers (perdones) y el Gobierno aporta una meta fiscal ‘gradual’. Todo esto es sumamente delicado porque es seguir con las políticas de 2011-2015, pero sin los stocks que había en 2011-2015″.

En las proyecciones del economista, el escenario electoral de mayores posibilidades es de paridad entre el Gobierno y Juntos por el Cambio, ambos con alrededor de 40% de los votos. Es decir, el Frente de Todos en relación a los comicios presidenciales pierde votos, pero la oposición no los capitaliza. Si finalmente esto es lo que sucede, significará que hubo un impacto del manejo de la crisis por la pandemia, el bajo nivel del salario en dólares y la elevada pobreza.

A partir de esta situación, Marull señaló que el Gobierno deberá mejorar su gestión para recuperar los votos perdidos pensando en las presidenciales de 2023. Y en caso de que el Gobierno pierda las elecciones, el panorama será muy similar en aquel donde triunfe el Frente de Todos, con la idea de seguir por el camino 2011-2015 transitado en 2020-2021, “pero se redobla la apuesta”.

Precios promedios de la soja en las presidencias

Ahora bien, un trabajo realizado por la analista de mercados, Lorena D’Angelo, reflejó el precio promedio de la soja en el mercado de Chicago y lo que recibió el productor argentino del mismo, durante las diferentes presidencias desde el regreso a la democracia y hasta la actualidad.

El mandato de Fernández arrancó el 10 de diciembre de 2019. Ese día la soja cotizaba en Chicago a unos USD 331 por tonelada. Se mantuvo en ese rango por muchos meses e incluso en cierto momento amagó perforar el piso de 300 dólares. Pero a partir de octubre del año pasado, comenzó a subir y llegó a cotizar a casi USD 604 en el día de hoy. De los casi 360 días hábiles que lleva este gobierno, la soja cotizó a un promedio de 393 dólares.

Como se dijo, sólo Cristina Kirchner tuvo mejor viento a favor del que ahora disfruta su compañero de fórmula. En el primer mandato, cuando se produjo el conflicto con el campo por el intento de imponer retenciones móviles, la soja cotizó en promedio a 426 dólares. Pero fue entre 2011 y 2015, en su segundo período, que se registró el mejor precio histórico, con una media récord de 465 dólares.


Fue en ese tramo, en septiembre de 2012, que se registró el precio más alto de ese grano en el mercado de Chicago que se recuerde en la historia, con más de 650 dólares. Curiosamente fue también después de esas fechas que la Argentina ingresó en la última espiral de crisis económica que dura hasta nuestros días, y que se caracterizó por la escasez de dólares y un elevado déficit fiscal.

Alberto Fernández, que se ubica entonces en el segundo escalón en el ranking de presidentes según el precio de la soja con el que gobernaron, supera al resto de los mandatarios que tuvo la democracia, desde 1983 a la fecha. Cabe recordar que recién en 1996, durante el segundo mandato de Carlos Menem y cuando se introdujo al país la soja transgénica resistente al glifosato, comenzó a tallar fuerte ese cultivo en el menú de opciones agrícolas.

Antes de eso, Raúl Alfonsín gobernó con una soja de USD 233 en promedio; Menem en su primer mandato tuvo cotizaciones de 218 dólares, que se elevaron a USD 239 en el segundo tramo de gobierno, hasta 1999. En aquel momento regía la ley de convertibilidad y el poder de compra de esa soja era bastante limitado.

El precio más bajo

Cuando la soja empezaba a ganar espacio rápidamente en el agro argentino y se configuraba una Argentina casi de monocultivo, Fernando de la Rúa padeció la cotización más baja en la historia de la democracia, producto de los bajísimos precios de Chicago y el anclaje cambiario. Su Gobierno se desarrolló con una soja promedio de solo 176 dólares. Estalló del peor modo en la crisis de 2001, junto con la convertibilidad.


Como una curiosidad, las cosas comenzaron a mejorar cuando el peronismo regresó al poder, primero con varios presidentes en una semana y durante el tramo en el que gobernó Eduardo Duhalde: entonces, la soja levantó a USD 211 promedio. Y mucho mejor anduvo la cotización del gran producto exportable nacional con Néstor Kirchner, quien entre 2003 y 2007 se manejó con una soja que internacionalmente valía unos 257 dólares en promedio. Pero nada como la suerte que tuvo Cristina Kirchner, con una soja superior a los 400 dólares en promedio en sus dos gobiernos.

Los últimos gobiernos

Al frente de la alianza Cambiemos, Mauricio Macri fue presidente entre 2015 y 2019, un tramo histórico en el que la soja volvió a caer hasta promediar los 348 dólares.

A lo que hay que agregar que en dicho gobierno las condiciones climáticas no jugaron a favor, con campañas agrícolas que sufrieron los efectos de las inundaciones y la recordada sequía de 2018, que aportó a una crisis económica y cambiaria muy profunda.

En lo que va de mandato, Alberto Fernández ya se superó esa cifra y podría ir por mucho más si la soja sigue subiendo en Chicago, como anticipan algunos analistas. La cotización actual del poroto en más de 600 dólares permite a esta gestión soñar con los ojos abiertos, porque de un año para otro la cosecha de granos se revalorizó en unos USD 10.000 millones y se superarían los USD 30.000 millones en exportaciones. La recaudación por retenciones también crecería, en cerca de 2.500 millones de dólares.

Fuente: Infobae

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