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Fabio Rodríguez, economista: "Nos quedamos con lo peor de la estrategia de planchar al dólar"

ECONOMÍA 17/05/2021 Claudio Zlotnik*
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Experto en finanzas, el economista Fabio Rodríguez (socio de la consultora M&R) tiene una mirada amplia sobre la macro y la gestión de Martín Guzmán al frente de Economía. En instancias claves sobre la dinámica económica, advierte sobre la estrategia de plancha al dólar en momentos de alta inflación. Y da su mirada sobre el futuro cercano, de cara a la negociación abierta con el FMI.

-¿Cómo evalúa la estrategia del Gobierno de planchar al dólar para enfriar la inflación?
-Los desajustes bruscos en el mercado cambiario (oficial y paralelo) terminaron en un impacto directo sobre los precios. En ese sentido pasar de devaluar al 4% mensual en enero al 1,5% como apunta en mayo hace que actualmente el tipo de cambio pretenda convertirse en un ancla para la inflación. Sin embargo, aun no se obtiene ningún resultado favorable: el primer cuatrimestre con 17,6% acumulado resultó el peor al menos desde 2006.

-¿Por qué no tiene los resultados esperados?
-El punto es que no sirve domar al dólar como estrategia para la inflación cuando se hace de manera aislada y descoordinada de otros frentes de la política macroeconómica. La sucesión de políticas e instrumentos para atacar un proceso inflacionario muy prolongado y elevado como el de Argentina requiere de tiempo, coordinación y persistencia en el rumbo elegido. Si un trimestre se apela a moderar los motores que impulsa la inflación desde lo macro (algo que es correcto y parecía ser el camino elegido por Guzmán), atacando el déficit de las cuentas públicas, el gasto, moderando la emisión, el tipo de cambio, los salarios, las tarifas, pero al siguiente trimestre pasamos al control de precios, tarifas, restricciones al comercio exterior, entonces estamos dando una vuelta en el aire que sólo logra debilitar la credibilidad de quien tienen que coordinar el esquema -el ministro- , se desanclan cada vez más las expectativas y se retroalimenta el problema.

-¿Entonces es sostenible este esquema?
-Al final del día nos quedamos con lo peor y más peligroso de la estrategia de planchar el dólar: la apreciación con esta inflación será insostenible al igual que la distorsión de precios relativos que se acumule para fin de año. Además, dejamos con ancla (además del dólar) a las tarifas y los salarios, algo regresivo, absurdo, que solo implica más rentabilidad para las empresas por su impacto en la estructura de costos. Por eso en esta recuperación y rebote tracciona mucho más la inversión que el consumo. Se favorecen los flujos de las empresas y se castiga a los asalariados, que no tienen forma de esquivar la erosión de la inflación. Los salarios reales registrados siguen profundizando la caída que ya acumula 23% desde diciembre 2015.

-¿Cómo vendrá la inflación en los próximos meses?
-Más allá que se intenta contener los precios con un esquema que apunta a las consecuencias y no a las causas (porque esto lleva tiempo y es nada seductor para que lo adopte la política en un año electoral), si se redobla la apuesta en los próximos meses con el dólar casi planchado, tarifas pisadas, salarios y jubilaciones a la baja y controles sobre alimentos, es posible que se vea un alivio en el índice de precios sin ningún avance en la estabilización verdadera de precios. También es cierto que el aumento de los commodities durante los últimos meses, con la soja llegando a los u$s600, el trigo y el maíz también subiendo fuerte han metido presión por inflación de costos principalmente en lo que respecta a la cadena alimenticia. Esto podría ceder en los próximos meses. De todas formas, ya el objetivo no será cumplir el "utópico" 27% o 30% del Presupuesto. Tampoco alinearse con la inflación del año pasado (36%), mucho menos irla bajando 5 puntos por año (sendero trazado por las autoridades económicas). Ahora nos quedaremos en el mejor de los casos en cómo hacer para que suba menos de diez puntos respecto al año pasado. Ese será el target a partir de ahora.

-La soja a más de u$s600 la tonelada es un bálsamo para la golpeada economía argentina. Aún así, algunos economistas prevén tensiones cambiarias a medida que se acerquen las elecciones. ¿Será así?
-El manejo del flujo y stock de divisas (la "caja en dólares" como decimos) en el mercado cambiario es un punto que lleva bien el Gobierno. Después de asomarse al abismo en octubre pasado se corrigieron medidas y se coordinó mucho mejor la estrategia, que de paso, resulta un claro contra-ejemplo de lo que se hace hoy en día con la inflación. Por supuesto que estamos mucho más desahogados, con un BCRA que compra a un ritmo diario promedio de u$s150 millones y puede acumular 3.000 millones más. En el frente externo hay super-soja, suerte (DEG’s del FMI) pero también mucho mejor manejo coordinado (BCRA-Economía). A esto hay que seguirle sumando políticas que fomenten el ingreso de dólares genuinos vía exportaciones. Como la reciente rebaja de retenciones para PyMEs exportadoras, como muchos incentivos crediticios para las exportaciones, que lleva adelante Desarrollo Productivo. Ese es el camino.

-Por lo tanto, usted es optimista en el corto plazo...
-Existen todas las condiciones para llegar a las elecciones siendo el primer año en cuatro que no se tenga un estallido del tipo de cambio. Juntos por el Cambio en tres de sus años de mandato fracasó con el dólar, el Frente de Todos empezó mal 2020 por pandemia y mal manejo del BCRA hasta octubre 2020. Este año puede ser el primero donde el dólar no sea un tema a la hora de votar. No sobra mucho, pero tenemos el plafond necesario de reservas líquidas y bonos para que el tipo de cambio y brecha no se desmadre. Luego dependerá mucho de como se empalme con FMI para saber si la mejora del frente externo fue solo coyuntural o tendremos algo más robusto.

-¿Cómo puede cambiar el escenario con algún acuerdo con el FMI?
-Cerrar con el FMI antes de mayo tenía toda la lógica desde el punto de vista de cómo se perfilaba el Plan Guzmán que no fue. El timing era correcto, nos ahorrábamos si tantas vueltas como estamos haciendo ahora el pago este año al Club de París (USD 2.400 M), se levantaban los vencimientos de este año con el propio organismo (otros USD 4.500) y encima usábamos los DEG’s si se pretendía gastar más y dinamizar la economía. Si en general se ve despejado el frente externo sin tener todo esto, imaginemos como estaría si cerrábamos algún acuerdo en marzo por ejemplo. Las expectativas sobre el tipo de cambio, brecha, riesgo país e inflación serían mucho mejores que las actuales. Pero de nuevo, parece que el impulso de la visión económica del Ministro careció de liderazgo y de apoyo político para que fuera predominante.

-¿Y la economía real? ¿Imagina una recuperación sostenida?
-Nosotros desde M&R seguimos sosteniendo un rebote de entre 6,5% y 7%. La virulencia de la segunda ola se esta pudiendo hacer convivir con muchas más actividades abiertas, a diferencia del año pasado. Por supuesto, hay mucha heterogeneidad y sectores que la están pasando muy mal: hoteles y restaurantes, turismo, construcción, transporte, salud, y toda la actividad inmobiliaria.

-¿Se sentirá en los bolsillos? El consumo no levanta…
-En la segunda mitad del año habrá algo menos de inflación, recuperación del empleo, estabilidad financiera y más crédito, más el efecto de tarifas congeladas y dólar quieto permitirán recuperar más de poder de compra e ingreso que mueva algo más el consumo. Desde ya, todo muy supeditado a un avance más masivo de la vacunación que obture recrudecimientos fuertes de la pandemia y a que el Gobierno le encuentre la vuelta a calmar los precios.

* Para www.iprofesional.com

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