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En Argentina, un auto de u$s17.000 paga impuesto al "lujo"; en Europa es un citycar

ECONOMÍA 18/05/2021 Horacio Alonso*
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El sector automotor, como la mayor parte de la economía, sufre la fuerte presión tributaria que, sumada a los vaivenes cambiarios, genera distorsiones en el mercado. Un buen ejemplo es lo que sucede en con el impuesto al “lujo” que rige para los 0 km.

El régimen actual de Impuestos Internos establece que los vehículos con un precio al público de más de $2.500.000 deben pagar la primera escala de ese gravamen, creado para bienes suntuarios.

En base al tipo de cambio oficial, su valor rondaría los u$s25.000. En cambio, medido en la cotización blue, es decir, en la cantidad de billetes reales, el precio base para tributar sería a partir u$s16.800.

Esta escala tan baja hace que algunos modelos de gama media estén castigados por este gravamen -por ejemplo, las versiones más equipadas de los Volkswagen Polo y Virtus o el tope de gama del Chevrolet Tracker, para nombrar algunos casos- o, en muchos casos, las automotrices los ubican justo por debajo de ese valor para no pagar el impuesto.

Lo curioso es que, si se compara con los precios que rigen en Europa o Estados Unidos, con el monto por el cual en la Argentina se considera a un vehículo como un bien de “lujo”, alcanzaría para comprar sólo autos del segmento chico o “populares” de la mayoría de las marcas. Incluso, las versiones más equipadas de muchos ciytcars.

Por ejemplo, en Italia, hay versiones del Fiat 500 que se vende en unos u$s18.000. En esa franja de precios se consigue en España un Citroën C1 o un Hyundai i10. En Francia, el Renault Clio Zen cuesta 15.300 euros, unos u$s18.500. También en ese país, hay versiones del Peugeot 108 por u$s19.000. En Alemania, un Volkswagen Up cuesta u$s17.000. Otros modelos de gama baja, como el Nissan Micra, tienen una valor por encima de lo que, en la Argentina, deben tributar impuesto al “lujo”.

En Estados Unidos, un Chevrolet Spark tiene un valor de u$s17.195, junto por arriba de la base imponible que, en el país, debería tributar una alícuota del 20%.

Con la suba que está teniendo este tipo de cambio en los últimos días, cada vez ese límite es más bajo.

Este gravamen se viene aplicando desde hace años con distintos niveles de intensidad. Comenzó a tener relevancia en el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, fue subido a un nivel récord desde el 2014, sólo se atenuó –pese a que se había anunciado eliminarlo– durante la presidencia de Mauricio Macri y volvieron a tener un impacto mayor desde la llega de Alberto Fernández. De hecho, se modificó la forma de cálculo (antes era por la inflación general, tal como se estableció en el gobierno de Cambiemos) para pasar a un índice mayorista de ajuste trimestral

Con la suba de precios de los 0 km y un dólar oficial calmo, la base imponible en u$s25.000 es la más baja desde su implementación. Esto quiere decir que cada vez más 0 km son alcanzados por este tributo.

El próximo ajuste trimestral se realizará a partir de junio. Esto quiere decir que, durante todo mayo, si el dólar paralelo sigue en aumento, la base imponible -medida en ese tipo de cambio- puede caer.

Desde el 1 de junio, esa escala subirá 14.03% lo que implicará que los modelos de más de $2.900.000 tendrán que tributar. No es un valor fijo ya que depende de cómo las fábricas e importadores imputen ese gravamen, lo mismo sucede con la resignación o no de rentabilidad.

* Para www.ambito.com

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