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La relación del Gobierno con el campo, en su peor momento: sin diálogo, con la confianza “minada” y en conflicto por el cepo a las exportaciones de carne vacuna

ECONOMÍA 23/05/2021 Juan Martín Melo*
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En el campo se mide la decisión del Gobierno nacional de cerrar las exportaciones de carne vacuna de dos maneras diferentes: el daño económico a toda la cadena cárnica, desde los productores hasta los trabajadores de los frigoríficos y la potencial pérdida de mercados por los incumplimientos en los despachos. A lo que se agrega el temor a que esta política se extienda y se repitan los resultados desastrosos para la producción que originó el kirchnerismo la década pasada.

La otra manera en que se miden los daños de la iniciativa oficial es menos cuantitativa, pero tiene más peso específico: todo el agro cree que si existía un mínimo de confianza, ésta ya fue destruida. La relación, ya maltrecha, ingresó en un estadio de desintegración tal vez irreparable.

Hoy el Gobierno está en el cuarto enfrentamiento con el campo en solo un año y medio de gestión. El flamante desencuentro promete escalar rápidamente y, a diferencia de otras veces, podría ser de complicada resolución. Más allá de la falta de diálogo, los dirigentes del campo dicen que son demasiados los golpes al sector, se sienten ninguneados y maltratados. Si a esto se le suma la nula confianza, el escenario se complejiza sobremanera.

Sin embargo, desde la dirigencia rural también se entiende que es necesario una relación constructiva con el Ejecutivo, sobre todo porque este último es el que decide e implementa las reglas del juego, por más inconsistentes y variables que éstas sean y porque también se sabe que el conflicto permanente no le sirve a nadie. Pero esta vez, para que el campo se preste a una negociación, las señales deberán ser concretas y los hechos contundentes.

En diálogo con Infobae, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, consideró que hoy la relación con el Gobierno está muy “desgastada”, la confianza está “minada” y una reconstrucción en la relación ya no dependerá de simples gestos, sino que lo que se requiere son “una serie consistente de medidas y señales positivas”.

“Hoy la relación queda muy desgastada. Ya hay demasiados antecedentes negativos. El Presidente en persona se comprometió a anticiparnos cualquier medida de alto impacto sobre el sector y hasta ahora no ha cumplido. Al contrario, las medidas que efectivamente se toman, perjudican al campo. Esto ha minado la confianza y mella la construcción de un diálogo constructivo”, indicó Pelegrina, uno de los dirigentes más críticos de la Mesa de Enlace en cuanto a las políticas que aplica la presidencia de Alberto Fernández hacia el campo.

En cuanto a una reconstrucción de esa relación, Pelegrina consideró que “nada es imposible, pero es muy difícil. El Gobierno debería cambiar muchas cosas. Lo primero que habría que hacer es actuar para reconstruir la confianza. Y para ello debería dejar de enviar señales negativas a los mercados. Pero, como venimos de un año y medio de medidas y políticas erradas, no alcanza ya solo con gestos”.

Para el dirigente rural, “debería haber una serie consistente de medidas y señales positivas que se sostengan en el tiempo, lo cual en el contexto de puja interna que vive el Gobierno parece improbable. Creo que estamos ante un caso parecido al de la fábula del escorpión y la rana. Por más que hay sectores más moderados dentro del Gobierno que estarían dispuestos a hacer un esfuerzo de acercamiento, la mirada ideológica de los componentes más radicalizados pesa más y termina definiendo su esencia”.

Por su parte, el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, que en los últimos días se mostró muy crítico con la gestión de Fernández, aseguró que el Gobierno toma decisiones aisladas y que, en todos los casos, carece totalmente de consenso y de diálogo previo con el sector.

“En el tema de los precios internos, la principal variable es el Gobierno, la falta de acuerdo y consenso. El Gobierno saca medidas aisladas. El presidente viene de Europa, desembarca y saca una resolución que tarda tres días en oficializarla”, indicó el dirigente de la Mesa de Enlace a Infobae.

Para el titular de la entidad rural, la medida adoptada por el oficialismo “no tiene ningún tipo de consenso. Ahora llama a algunas instituciones que no sé qué tipo de legitimidad tienen (en alusión a la reunión que mantuvo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, con representantes del Consejo Agroindustrial Argentino), pero todo improvisado. Juegan al diálogo y al consenso, pero no lo toman en serio. Es todo una parodia”.

Diálogo

El sentido común dicta que para la resolución de un conflicto entre dos partes es menester entablar un diálogo resolutivo, sobre todo si se viene de una serie de desencuentros entre ambos. Pero hoy, con un cese de comercialización al que le queda una semana por delante y que podrían sumarse otras actividades del sector, como los granos, no existe, o por lo menos no con las entidades que llamaron al paro.

En declaraciones a este medio, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Gabriel De Raedemaker, afirmó que “en este momento no hay diálogo y el que se mantuvo hasta la actualidad es un diálogo que no llevó a soluciones en absoluto, es casi una puesta en escena”.

Para el dirigente rural “el Gobierno siempre salió con resoluciones inconsultas, arbitrarias, intervencionistas o con incrementos de la presión impositiva, y nunca consensuadas. Será muy difícil tener un diálogo constructivo si no se atacan las verdaderas causas de los precios de los alimentos que son el componente impositivo , el deterioro de la inflación en el poder adquisitivo, una emisión descontrolada y el déficit fiscal”.

En la misma línea se expresó Pelegrina: “Nadie ha llamado y en la práctica hoy no hay diálogo entre el campo y el Gobierno. Hay algunos dirigentes que en los últimos días se han sentado a alguna mesa pero, a pesar de su buena voluntad, no tienen el consenso de los productores para hablar en nombre de ellos. Para empezar a andar nuevamente el camino de la reconstrucción del diálogo lo primero que debería ocurrir es que el Gobierno muestre una voluntad sincera de reconsiderar la medida”.

Para Pelegrina, la decisión que se tomó respecto al cierre de exportaciones “no es un error” y que retrotrae al sector a lo que sucedió con Vicentin y la intervención en el mercado de maíz. “El Gobierno parece tomar decisiones desde la perspectiva electoral o con la mirada de un sector de su coalición por intereses particulares que operan y hacen lobby a su favor en detrimento del sector y del país, y fuerzan al Gobierno a tomar decisiones equivocadas. El gobierno busca también por momentos hablar con los representantes de algunos sectores que le resultan funcionales pero que no representan a los productores, en vez de reunirse con la Comisión de Enlace”.

Por su parte, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, remarcó la necesidad de construir una relación y confianza mutua, pero que “nunca existió algo verdadero, siempre fue por reacción de medidas inconsultas tomadas por el Gobierno hacia nuestro sector y nunca de trabajo y consenso. Debe crearse una instancia de diálogo sincero y responsable que siempre propusimos y nunca escucharon. Hoy hay diálogo estéril o improductivo y espero se revierta por el bien de todos”.

Intervención

El campo se encuentra en una especie de deja vu, en las cuales ve como la administración Fernández revive medidas adoptadas por los gobiernos kirchneristas y también ve cómo se empieza a emprender un camino donde las intervenciones al sector, tanto en el comercio interno como externo, aplicando viejas recetas de resultados ya conocidos.

“En virtud de los antecedentes, este Gobierno tiene una impronta fuertemente intervencionista y no es de descartar cualquier incremento de precios relativos, con un diagnóstico tan equivocado de cuál es la real incidencia de las materias primas en el precio de los alimentos en góndolas, que puede pensar en aplicar otros tipos de intervenciones, pensando en trigo y en leche. Lamentablemente, es la vocación que este Gobierno le imprimió a su gestión”, indicó De Raedemaker.

Por último, Pelegrina opinó al respecto: “El Gobierno pareciera estar transitando un proceso de radicalización bastante profunda hacia políticas cada vez más estatistas e intervencionistas. En ese contexto, es de imaginar que habrá más intervenciones. Esperamos que el Gobierno entienda antes, que la fuerza la realidad a la larga lo llevará a chocarse por ese camino hacia un escenario de mayor crisis económica y social”.

* Para www.infobae.com

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