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Coronavirus en Argentina: ¿sirvió el último confinamiento para frenar la segunda ola?

POLÍTICA 06/06/2021 Mariel Fitz Patrick y Sandra Crucianelli*
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“El problema hoy es gravísimo en Argentina, estamos en récord de contagios y fallecimientos, los datos científicos probaron que a mayor circulación de personas hay mayor transmisión y un riesgo concreto de saturación del sistema de salud”, sostuvo el presidente Alberto Fernandez por cadena nacional desde la residencia de Olivos el jueves 20 de mayo. Fue uno de los argumentos para disponer el último confinamiento estricto de 9 días, para el AMBA y a más de 100 distritos de las provincias de la Argentina en alerta epidemiológica.

Durante ese período de restricciones más duras, que implicaron incluso la suspensión de clases en todo el país hasta el 31 de mayo, los casos y las muertes no bajaron como las autoridades hubieran deseado. El Gobierno lo sabía, ya que las cifras reportadas diariamente por el Ministerio de Salud en esos 9 días del final de mayo, no eran la foto del momento, sino el resultado de las conductas de los diez días anteriores. Entre que una persona presenta los primeros síntomas, se testea y tiene el resultado, pasan unos cinco días en promedio.

Pero ¿qué pasó desde el inicio del confinamiento estricto, el 22 de mayo, hasta ayer, que se cumplieron dos semanas? Esas palabras presidenciales, ¿siguen siendo válidas?

La Unidad de Datos de Infobae comparó la evolución de los contagios y las muertes en esos 14 días, con relación a las dos semanas previas, cuando no regían las últimas restricciones y la curva de contagios estaba casi descontrolada.

Del análisis -realizado en base al registro diario de casos y muertes informados por el Ministerio del Ministerio de Salud de la Nación- surge que hubo una ligera desaceleración en el ritmo de los contagios, pero que las muertes no bajaron.

Sin embargo, la situación es dispar en las distintas jurisdicciones del país. En las últimas dos semanas, se registraron bajas a nivel nacional y en 12 distritos, incluidas la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, pero hubo aumentos en otras 11 provincias. No se consideró a Formosa, por la carga retrasada de casos en mayo que impidió la comparación.

La evolución de los contagios

En esas dos semanas anteriores al anuncio presidencial, del 7 al 21 de mayo, el promedio de nuevos casos diarios había aumentado el 51% a nivel nacional. Pasaron de 20.110 a 30.435 contagios. En ese período se dio el “salto” de los 20.000 a los 30.000 por jornada, un piso del cual ya no se volvería a bajar.

La “meseta alta” dejó de ser tal, y la escalada encendió las alarmas oficiales. Fue ese aumento y -el hecho de que ya no era solo el AMBA el foco de la epidemia- lo que decidió al Presidente a dictar un nuevo decreto de necesidad y urgencia (DNU), el 334/21, que prorrogó hasta el 11 de junio una serie de restricciones vigentes. Tomó esa decisión sabiendo que cada nuevo DNU tenía menos chances de que se cumpliera en la práctica, debido al hartazgo social y la necesidad provocada por el parate económico.

El día anterior al anuncio, el 19 de mayo, se había registrado el récord hasta ese momento de contagios en una jornada: 39.652. Si bien en términos estadísticos se toma el promedio semanal -o la media móvil- para “compensar” la menor carga los fines de semana o los “saltos” en las cifras por un retraso circunstancial, arañar los 40.000 casos en un día fue el detonante.

La escalada de los días previos y esa cifra -inimaginable en diciembre- llevaron al primer mandatario a reclamarle a los gobernadores y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el apoyo a un nuevo cierre por un plazo acotado. Un compromiso que hasta ese momento no había tenido consenso desde que comenzó la segunda ola. No solo de parte de la administración porteña que recurrió a la Justicia para defender su autonomía a la hora de mantener las escuelas abiertas, sino de otras provincias de peso político como Córdoba, Mendoza o Santa Fe.

El sábado 22 de mayo que comenzaron las restricciones, el promedio semanal de nuevos contagios diarios estaba en 31.964. Dos semanas después del confinamiento, con los 23.627 contagios reportados ayer, la media móvil para los últimos siete días de nuevos casos pasó a ser de 29.537. Es un descenso del 8%, que puede parecer poco, pero no lo es si se compara este último valor con el 51% de incremento de los 14 días previos al comienzo de las últimas restricciones.

Qué pasó con las muertes

Con los fallecidos aún no se visualizan descensos, sino una desaceleración en la suba que se venía registrando. De hecho, el viernes, Argentina superó los 80.000 fallecidos por COVID-19 al duplicar en cinco meses la cifra que teníamos en diciembre pasado.

A nivel nacional, en las dos semanas previas a las medidas más estrictas dispuestas por Alberto Fernández, el promedio semanal de los nuevos muertos diarios había aumentado el 18% en todo el país. De una media de 430 muertos por día el 7 de mayo, pasamos a 506, el 21 de ese mes.

Dos semanas más tarde de iniciadas las restricciones, con las 456 muertes reportadas ayer, esa media era de 537 fallecidos. El aumento del promedio de fallecidos fue del 9%. Esto implica que el ritmo de nuevos fallecimientos se desaceleró, pero no empezó a bajar. Ese freno en la escalada de principios de mayo fue menor a la de los contagios en las últimas dos semanas.

Ritmo de vacunación

Uno de los argumentos del último DNU presidencial era ampliar la vacunación contra el coronavirus entre mayo y junio. Cuando el anuncio se realizó, solo el 19% de la población estaba vacunada con, al menos, una dosis.

Para poder cumplir con esa promesa, el Gobierno apeló a todos los canales posibles para acelerar la llegada de las demoradas vacunas comprometidas. Así logró que, desde el 23 de mayo a la fecha, arribaran 5.547.950 dosis, el mayor volumen desde que empezó la campaña de vacunación el 30 de diciembre.

Hoy totalizan 18.450.095 las dosis que llegaron a Ezeiza, de las cuales ya fueron aplicadas 13.984.755 dosis. Esto permitió que la población inoculada con al menos una dosis ascendiera a 24% y con dos, a 7%.

El promedio de aplicación diaria de dosis en las dos semanas previas al confinamiento era de 142.531. Desde el 22 de mayo al viernes 4 de junio (último dato disponible al cierre de esta nota), ascendió a 197.990 aplicaciones cada 24 horas, en promedio, lo que representa un aumento del 38%. El récord fue justamente el pasado viernes cuando hubo 356.454 aplicaciones a nivel nacional en un día en todo el país, una cifra que el Gobierno salió a difundir con bombos y platillos para enfrentar las críticas opositoras.

Pero el número está aún lejos del ideal, según los expertos. “Hay que vacunar a 400.000 o 500.000 personas por día. Aun así, estaríamos vacunando menos que en Uruguay proporcionalmente a la población”, le dijo a Infobae el médico neurólogo Conrado Estol.

Testeos insuficientes

Los especialistas coinciden en que para bajar la curva de casos y muertes, además de vacunar, hay que aumentar el nivel de testeos y mantener las medidas de cuidado y prevención.

Argentina lleva realizados a la fecha 14.496.978 tests en total, lo que equivale a 319.446 análisis por millón de habitantes. Este nivel de testeos es muy inferior al de otros países, como Dinamarca, Reino Unido e Israel, que ya testearon a la totalidad de la población, mientras que en Argentina, sólo se realizaron tests sobre el 32% de sus habitantes. “Si se testeara más y se acelerara la vacunación, se podría estar evitando decenas de muertes”, advirtió Estol en diálogo con este medio.

En las dos semanas previas al confinamiento iniciado el 22 de mayo, el promedio de test diarios era de 87.612. Dos semanas después, ese valor es de 104.829 análisis por día, un aumento del 20%, con una positividad diaria que varió entre el 24% y el 33%.

Según Jorge Aliaga, físico e investigador de la UBA y el Conicet, “el índice de positividad da una idea de la capacidad a la hora de detectar casos. Cuanto mayor es la positividad, se detectan menos casos leves. Lo ideal es que haya una positividad menor al 10%”.

Estol señaló, por su parte, que “hay países que están vacunando lento, como Australia o Japón, y sin embargo, han tenido controlada la pandemia con testeos. Entonces, se pueden dar el lujo de vacunar más lento. Si no se testea lo suficiente, mucha gente infectada sigue contagiando a otros”.

Los casos en CABA y PBA

El impacto del confinamiento en los contagios no fue igual en todo el país.

En territorio bonaerense, en las dos semanas previas al último DNU del 21 de mayo, el promedio semanal de los nuevos casos diarios había aumentado el 26%. Después del confinamiento hubo un descenso del 13%.

En la Ciudad de Buenos Aires, en tanto, se registró una baja mucho más marcada. El promedio semanal de nuevos contagios diarios había aumentado el 19% en las dos semanas previas al confinamiento pero, en los últimos 14 días, bajó un 28%.

Los contagios en el interior del país

En total, hay 12 provincias que evidencian bajas en el promedio semanal de nuevos casos diarios, y otras 12 en las que se produjeron aumentos después del confinamiento.

La situación en las provincias del interior ya era compleja antes de que el Presidente dispusiera las últimas restricciones. En los 14 días previos, del 7 al 21 de mayo pasado, el promedio semanal de nuevos casos en los distritos del interior del país había aumentado el 86%. El promedio semanal de 8.772 nuevos casos diarios el 7 del mes pasado, escaló a 16.329 dos semanas más tarde. Esta situación generó preocupación en la Casa Rosada y pase de facturas con varias administraciones provinciales, frente a la saturación de los sistemas de salud locales, la escasez de respiradores y de camas de terapia intensiva.

Tras el confinamiento del 22 al 30 de mayo, a diferencia del ligero descenso de casos a nivel nacional, no hubo variación en las últimas dos semanas en todas las jurisdicciones del país, sin considerar a PBA y CABA. Es decir, no siguieron subiendo los contagios, pero tampoco bajaron.

En cinco de las 24 provincias del país, la segunda ola había pegado de lleno a comienzos de mayo. Córdoba, Salta, Corrientes, Santiago del Estero y Catamarca registraron aumentos de entre el 100 y el 165% en el promedio semanal de nuevos casos diarios, en las dos semanas previas al inicio del confinamiento.

En La Pampa, Chaco, La Rioja, Tucumán, Rio negro, San Juan y Chubut, en tanto, hubo subas también en los 14 días previos a las restricciones, pero menos pronunciadas, de entre el 60 y el 94%.

Las jurisdicciones menos afectadas por el virus en los 14 días previos al dictado del último DNU fueron San Luis (14%), Misiones (13%) y Tierra del Fuego (3%).

Tras las restricciones impuestas el 22 de mayo, el panorama cambió: la mitad de las provincias evidenció descensos en el promedio semanal de nuevos casos diarios, de acuerdo al análisis realizado por Infobae: La Pampa (-36%); Tierra del Fuego (-33%); Santa Cruz (-27%); San Juan (-21%); Mendoza (-16%); La Rioja (-13%); Rio negro (-12%); Santiago del Estero (-7%); Corrientes (-2%); y Neuquén (-1%) .

En cambio, siguen con aumentos en el promedio semanal de nuevos contagios por día otras once: Jujuy (88%); Chubut (39%); Córdoba (34%); Salta (33%); Chaco (23%); Catamarca (22%); Entre Ríos (17%); Misiones (17%); Santa Fe (6%); San Luis (3%) y Tucumán (2%).

Los contagios no reportados de Formosa

El caso de Formosa es particular ya que en las dos semanas previas a las últimas restricciones, subieron 10 veces más de casos. Fue debido a que una gran cantidad de contagios ocurridos con anterioridad, que no habían sido registrados oportunamente en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS).

Por este motivo, el Ministerio de Salud de la Nación informó más de 5.000 nuevos casos en sólo 24 horas: el 17 de mayo (5.630) y el 19 de mayo (5.016). Estos dos valores contribuyeron a distorsionar el promedio semanal de nuevos casos por fecha de notificación.

Por esa razón no se pudo analizar el caso de Formosa para los mismos lapsos temporales. No obstante esto, la tendencia de su promedio de nuevos casos diarios pareciera estar en baja, ya que el pasado 26 de mayo este indicador era de 915 y ayer fue 846 contagios diarios promedio, o sea un descenso del 7%.

Las muertes en PBA, CABA y el resto del país

Lo que pasó con los fallecidos por COVID-19 en el interior del país, sin considerar a PBA y CABA, es diferente a lo que ocurrió a nivel nacional.

Mientras que en las dos semanas previas al último cierre de actividades y circulación, el promedio semanal de nuevos muertos diarios en las provincias del interior había aumentado el 19%, dos semanas después, la suba fue aún más alta, del 24%. Este probablemente es el indicador más grave de toda la serie analizada por la Unidad de Datos de Infobae.

En cambio, en la provincia de Buenos Aires, en las dos semanas previas a las restricciones, el promedio semanal de nuevos fallecidos diarios había subido 20%, en paralelo a la escalada de casos. Luego del confinamiento, con los números de ayer de 253 fallecidos, no hubo variaciones. O sea, no se logró bajar el número de muertes, aunque pareciera haberse frenado la suba.

En la Ciudad de Buenos Aires, antes del confinamiento, no había habido cambios en el promedio semanal de nuevos muertos diarios. En cambio, en los últimos 15 días, hubo una baja del 3%.

Terapias intensivas al límite

Antes de las restricciones, del 7 al 21 de mayo pasado, el número de pacientes con COVID-19 en camas de terapia intensiva (UTIs) había aumentado el 14%. De 5.268 hospitalizados en cuidados críticos, pasaron a 6.027 en esos 14 días.

Después de las restricciones, la situación no mejoró. De hecho, el número de pacientes internados en camas UTI no paró de crecer. Mientras que el 22 de mayo eran 6.138 los infectados con el virus cuyo cuadro requería internación en terapia, ayer subieron a 7.731, lo que representa un aumento del 26%.

Esos pacientes COVID positivos ocupan hoy el 60% de las camas UTI totales de todo el país.

A nivel nacional, para todas las patologías, antes del confinamiento (el 21 de mayo), el nivel de ocupación en el sector público y privado, era del 73%. Al día de ayer, ese indicador subió al 78%, un aumento de 5 puntos porcentuales, lo que evidencia hasta qué punto el sistema sanitario está al límite.

En el AMBA, en cambio, el 21 de mayo la ocupación de camas de terapia, era del 76% y ayer fue levemente inferior, del 75%.

Los números indican que la mejora de la situación sanitaria no era la esperada. También es cierto que la escalada se frenó. La diyuntiva es qué medidas tomar a futuro, y con qué margen de maniobra cuenta el Presidente cuando venza el actual decreto que rige hasta el 11 de junio.

Por lo pronto, en el inicio de un nuevo fin de semana de restricciones sanitarias, la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, se mostró a favor de la implementación de cierres “intermitentes” en el país. “La próxima semana los especialistas y el Ministerio de Salud analizarán cómo seguirán las restricciones. Mi evaluación personal es que esto funcionó muy bien. También hay que revisar el impacto desde el punto de vista económico. A mí me parece que es un buen esquema para nuestro país”, sostuvo la funcionaria en definiciones a CNN radio.

Como responsable de hacer cumplir los controles de parte de las fuerzas policiales federales, Frederic resaltó que “hubo una disminución muy significativa de la circulación” y que se manifestó un acatamiento “muy alto”, al reducirse entre un 40 y 77 por ciento en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El tema es que la segunda ola viene golpeando a todo el país, y no hay certezas sobre los consensos necesarios para sostener o endurecer las medidas. Alberto Fernández se enfrenta a un nuevo desafío, con las elecciones cada vez más cerca, una vacunación que recién ahora está cobrando impulso, y una economía que presenta más interrogantes que repuntes.

¿Cómo se procesó la información?

La Unidad de Datos de Infobae monitorea diariamente los partes de prensa de la sala de situación del Ministerio de Salud de la Nación y el repositorio de datos abiertos que contiene información desde el inicio de la pandemia.

Se analizó la progresión de casos y muertes para los 14 días previos al confinamiento impuesto por el Gobierno Nacional y los 14 días posteriores. Se calcularon las variaciones porcentuales para los promedios semanales de nuevos casos y nuevos fallecimientos.

* Para www.infobae.com

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