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Entre roces internos, el Gobierno busca definir una “épica” de campaña con eje en la "post-pandemia"

POLÍTICA 20/06/2021 Brenda STRUMINGER
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“Nos falta un relato. No tiene que ser verdadero, tiene que ser verosímil”. Con esas palabras, un hombre fuerte del área de comunicación de la coalición de Gobierno puso sobre la mesa un problema que se detectó hace meses en el Frente de Todos y que se vuelve acuciante a medida que se acercan las elecciones: la carencia de una “épica” de campaña. Con ese diagnóstico planteado, y entre cuestionamientos cruzados, las cabezas de la coalición oficialista trajinan para darle forma a un discurso centralizado, cuyos ejes serán la vacunación y la reactivación económica, con enfoque en recuperar la franja joven del electorado y a los votantes moderados desencantados, con la introducción de una mirada enfocada en la “pospandemia”.

En la previa de las elecciones, el Gobierno busca construir un relato “creíble”, que en buena parte estará basado en “plebiscitar la gestión”, pero también en proyectar una perspectiva de futuro. La “vedette” de la campaña, como describió uno de los armadores, será la gestión. Pero además se incorporará un elemento de “esperanza” hacia adelante.


El armado de un discurso centralizado encuentra escollos por las diferencias entre las tribus del Frente de Todos. Mientras afloran problemas de comunicación en la Casa Rosada -en las últimas dos semanas se hicieron más evidentes que nunca pero venían arrastrándose desde el año pasado-, en La Cámpora son críticos de la forma de comunicar del Gobierno y compran de forma negativa esta gestión con la que se tejió en los 12 años del kirchnerismo. “No creen en lo que comunican. No creen en el gasto social, en ayudar a las clases populares. Entonces el problema no es solo que lo cuentan mal, es que muchas veces directamente no lo cuentan”, dijo a Infobae un portavoz del Instituto Patria, donde varios de los alfiles formaron parte de la gestión de Néstor y Cristina Kirchner y añoran aquella experiencia.

En la Casa Rosada defienden su propia gestión, aluden al delicado contexto de pandemia, y reivindican logros como la campaña de “Cuidadanía” y la insistente difusión de los programas de ayuda contra la crisis derivada del freno de la economía. Pero coinciden en que hay un déficit en la construcción de un mensaje conjunto con mirada a futuro en el Frente de Todos.


Con esa evaluación, buscarán cambiar de piel y dejar a un lado los discursos de reivindicación del pasado. “En 2015 nos centramos demasiado en machacar con logros que habían sido valorados pero ya se consideraban derechos. Entonces no se podían capitalizar como activos para la campaña. Un ejemplo claro fue la Asignación Universal por Hijo”, explicó una fuente. Hoy, con autocrítica, plantean un paralelo entre aquel discurso y el de reconstrucción del sistema sanitario. “Aunque pasó hace poco, ya está establecido, se da por sentado. No sirve machacar sólo con eso. Ahora es el momento de brindar esperanza para adelante”, explicó una vocero del Gobierno.

La pospandemia

Hasta ahora, consideran en Balcarce 50, el discurso oficialista se basó en prohibir, “dar miedo” y pedir ayuda a la ciudadanía para evitar los contagios. Mientras se acercan las PASO de septiembre, evalúan que es cada vez más acuciante la necesidad de discutir el futuro. “Las promesas son la base de cualquier elección. Y no estamos prometiendo nada. Sólo estamos prohibiendo, y hablando del pasado. Tenemos que dar esperanza, hablar de lo que va a venir de nuestra mano”.

¿Qué es el “futuro”, hoy, en medio de una crisis económica y sanitaria? La respuesta en distintos espacios del Frente de Todos es la misma: “Un relato de la pospandemia”.

En el Gobierno se ilusionaron esta semana con los videos que llegaron desde Israel, Francia y Estados Unidos a los celulares de los funcionarios más preocupados por la caída en imagen del oficialismo, donde en distintas imágenes se ve a mujeres, hombres y niños felices porque pueden quitarse los molestos barbijos después del largo esfuerzo de los cuidados por el Covid-19. Los equipos de comunicación del Gobierno creen que con el recientemente acelerado ritmo del avance del plan de vacunación, esas imágenes podrían reproducirse a nivel local y les permitirían ganar puntos en el electorado.


La pregunta es cuándo ocurrirá. Especulaciones mediante, en el plano temporal la estrategia presenta un lado oscuro. Si con la vacunación masiva disminuye el miedo al contagio antes de septiembre, evalúan, entre los votantes podrían pasar a tomar mayor relevancia otros problemas, también vitales, como la inflación, el desempleo, y la pobreza. Un intendente que defiende la gestión de Alberto Fernández se enojó con ese análisis: “Siempre va a haber algo para criticar. Primero despotricaban porque no había vacunas. Ahora que hay vacunas van a salir a atacarnos por los problemas económicos. Y si los resolvemos van a venir con la inseguridad”, dijo, algo enervado. Y agregó: “Vamos a llegar perfectos con el tema de la vacunación a las PASO. Y después nos vamos a enfocar en lo económico”.

En el kirchnerismo se adelantan a este escenario y sostienen que la mirada de la campaña tiene que estar orientada, más que al relato sanitario, a la promoción de la inyección de fondos en ayudas directas y obra pública y su masiva difusión. Esta semana, el Gobierno festejó como nunca la desaceleración de la inflación, que en abril fue del 4,1 % y en mayo bajó al 3,3% y se transformó en la cifra más baja desde noviembre.

El problema con los jóvenes

En los últimos días, tomó mayor protagonismo en la esfera del peronismo un problema que venía detectándose en las encuestas hace semanas y que empeoró: la pérdida de adhesión entre los jóvenes, cuyas preferencias hoy aparecen como una incógnita. Funcionarios del círculo estrecho del Presidente estudian el tema y decidieron “activar” acciones orientadas al núcleo de los centennials y millennials, que hoy tienen entre 18 a 39 años.

Al mirar ese segmento, hacen un diagnóstico negativo de la propia comunicación, aunque se desligan de culpas, porque aseguran que fueron obligados por la pandemia. “Tuvimos un mensaje demasiado punitivista, prohibitivo, en contra de las fiestas clandestinas y de las clases presenciales. Tenemos que encontrar la forma de dar vuelta eso”, dijo un asesor presidencial. Por ahora, la respuesta será “ponerle rock” a la campaña, con un mensaje que ponga en relevancia el rol de “cuidado” que tuvieron los jóvenes en la crisis del Covid-19. “Vamos a reivindicarlos, a agradecerles por el esfuerzo”, sostuvo la fuente, sin brindar mayores precisiones.

Un importante dirigente del kirchnerismo duro coincidió en que se registra un alejamiento de los jóvenes, que históricamente estuvieron de su lado y alejados de “la derecha”, pero aseguró que aún están a tiempo de recuperarlos. “Por ahora no se fueron a ningún lado, podemos retenerlos”, dijo. Además que un relato, consideró que lo más importante es brindarles ayudas económicas concretas. Por ejemplo, con la ampliación del plan Progresar.

El perfil de los candidatos

Los encargados de difundir el mensaje oficialista aún no están definidos. Pero en la mesa de los lunes, que reúne cada 15 días en La Plata a los líderes del espacio -Sergio Massa, Axel Kicillof, Santiago Cafiero, Eduardo De Pedro, Máximo Kirchner, Gabriel Katopodis y algunos intendentes- ya se delineó, al menos, el tipo de figura en la que se piensa. Los prenominados para las listas de las legislativas tendrán un perfil “frentetodista”.

“Lo más importante no van a ser los candidatos, sino nuestro sello, que es lo más fuerte que tenemos, que mide muy bien y se va a bancar lo que haya del otro lado”, sostuvo un dirigente en referencia a la disputa interna que continúa librándose sobre todo el la Ciudad y la Provincia en Juntos por el Cambio entre el ala dura y la moderada, con Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Jorge Macri de un lado; y Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, y Diego Santilli, del otro. “Los candidatos van a ser Alberto Fernández a nivel nacional, y Axel Kicillof en la Provincia. Ambos van a ponerle el cuerpo a la campaña”, aseguró un referente bonaerense.

Los armadores de la campaña vislumbran recorridas del Presidente por todo el país, incluyendo la Provincia, y del gobernador en los municipios bonaerenses. Cristina Kirchner y los ministros acompañarán en los eventos de acuerdo al lugar, y no siempre coincidirán los líderes máximos del armado en las mismas localidades “Vamos a una etapa donde se van a producir actos en simultáneo”, dijo un hombre del equipo de comunicación presidencial, quien justificó así y le restó importancia a la ausencia del Presidente en el importante acto del lunes que encabezaron Cristina Kirchner y Axel Kicillof en La Plata.


El viernes, desde la Casa Rosada dejaron trascender que el Presidente le exigió a sus ministros que salgan a defender la gestión con un tono “más confrontativo”, y que nombró como jefe de campaña a su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. “Es lo natural, él fue el coordinador de campaña en 2019 y tiene que serlo en 2021. En ese liderazgo se basa la unión”, sostuvo un vocero de la Presidencia.

En los otros sectores del Frente de Todos, también enfocados en defender la unidad, evitaron opinar sobre el nombramiento. “Nos enteramos por los medios”, acotó un importante gestor de la campaña bonaerense, cercano a Máximo y Cristina Kirchner. “Deben estar hablando de una jefatura de la pre-campaña”, deslizó una fuente cercana a Kicillof. En el Frente Renovador aseguraron que lo más importante es la “unidad” y aclararon que Cafiero será una de las cabezas de la campaña, en el cuerpo colegiado que se estableció en La Plata, la capital del distrito más poblado del país, donde se terminará definiendo la elección.

Fuente: Infobae

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