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Federico Angelini: “El Gobierno debería convocar a la oposición para un acuerdo, pero quiere tapar los problemas y que al día siguiente de las elecciones explote todo”

POLÍTICA 23/06/2021 Ricardo Carpena*
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Federico Angelini logró casi un milagro político. En medio de las crecientes tensiones entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en Juntos por el Cambio, consiguió que el ex presidente bendijera su candidatura a senador nacional en un distrito clave como Santa Fe para las próximas elecciones y que tanto el jefe de Gobierno como Patricia Bullrich respaldaran esa decisión.

Semejante consenso probablemente no le evite la competencia en las PASO contra postulantes de la UCR, pero le otorgó al diputado y vicepresidente del PRO nacional un perfil reforzado dentro de la coalición opositora y una difícil misión para recuperar votos en una provincia gobernada por el peronismo y llena de incógnitas tras la muerte de un referente del socialismo como Miguel Lifschitz.

Este rosarino de 44 años, casado, con dos hijos, licenciado en Sistemas y fanático de Newell’s Old Boys, trabajó con Mauricio Macri en el gobierno porteño entre 2007 y 2011 como titular de la Unidad de Gestión e Intervención Social y desde 2019 ocupa una banca de diputado nacional.

En la entrevista con Infobae, Angelini afirmó que “el oficialismo debería convocar a la oposición para que haya un acuerdo en la pospandemia” porque, si no, “la situación va a ser cada vez más grave ya a haber más pobreza, menos inversión, menos posibilidad de conseguir trabajo”. Aun así, destacó que “el problema es que la palabra de Alberto Fernández está muy devaluada, vale lo que demora Cristina Kirchner en retarlo”, y advirtió: “Lo que quiere el Gobierno es tapar los problemas y que al día siguiente de las elecciones explote todo”.

El legislador santafecino, además, hizo equilibrio entre los referentes del PRO sin expresar su adhesión por los duros o los moderados de JxC y cuidándose de elogiar a cada uno, mientras apeló al fútbol para graficar el papel de los líderes partidarios: “En un equipo hay distintos jugadores. Está el 5 que corta la jugada, el 2 que raspa, después está el 10 y el 9 que hacen los goles. A Macri podemos asignarle el rol de director técnico. Horacio es más el 10 y el 9 y Patricia raspa un poco más”. Y destacó: “Horacio y Mauricio hacen un equipo impresionante”.

-El Gobierno decidió apostar fuerte a la economía para ganar las elecciones. Cristina Kirchner subió el tope de las paritarias al 40%, las tarifas están congeladas hasta diciembre y hablan de un bono para los jubilados. ¿Cómo hará Juntos por el Cambio para conseguir más votos ante un oficialismo decidido a ponerle más plata en el bolsillo de la gente?

-La realidad mata relato. Más allá de lo que quiere instalar el Gobierno, termina fracasando porque el control de precios nunca funcionó en ninguna economía del mundo y lamentablemente no va a traer más que más problemas a la economía cuando se termine porque en algún momento se termina liberando todo y trayendo consecuencias mucho más graves. Por eso, más allá de todas las medidas que toman desde Cristina Kirchner, que es quien las redacta, hasta Martín Guzmán, que lamentablemente no puede imponer absolutamente nada en cuanto a la política económica, el oficialismo debería convocar a la oposición para que haya un acuerdo en el pospandemia. Si no empezamos a trabajar desde hoy en eso y no nos ponemos de acuerdo en una serie de puntos, independientemente de las diferencias políticas que podemos tener, la situación en nuestro país va a ser cada vez más grave y todos los días va a haber más pobreza, menos inversión, menos posibilidad de conseguir trabajo. El gobierno de Mauricio Macri trabajó sobre los problemas de fondo, aunque sabía que iba a traer consecuencias electorales y que no podía dejar que la bomba explotara, pero lo que quiere el gobierno de Alberto Fernández es tapar los problemas y que al día siguiente de las elecciones explote todo.

-¿La propuesta de un acuerdo político surge también de los líderes de Juntos por el Cambio? No se los ve muy proclives a pactar nada con el Gobierno, y menos cuando ya comenzó la campaña.

-Siempre he escuchado a los distintos actores de la oposición decir que aceptarían una convocatoria si el Gobierno invita seriamente a dialogar, pero no en como otras ocasiones en que hemos ido a la Quinta de Olivos y, mientras nuestros dirigentes se sacaban la foto, Alberto Fernández anunciaba la quita de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires. Nosotros estamos a disposición, pero a una convocatoria seria para discutir un plan y ponernos de acuerdo los próximos 10 años en cinco puntos, como respetar la Constitución Nacional, no avasallar las instituciones, no atacar la Justicia, no ir contra la propiedad privada. Lo que hizo Alberto Fernández hace poco, con su mensaje de que no había problema en que se tomen terrenos que estén libres, automáticamente desencadenó intrusiones en distintos lugares del país y sus responsables decían: “Lo dijo el Presidente”. Y ahí tenemos otro problema: la palabra de Alberto Fernández está muy devaluada, vale lo que demora Cristina Kirchner en retarlo.

-¿Cree posible un acuerdo político cuando las elecciones legislativas serán tan decisivas y cualquier acercamiento entre Gobierno y oposición puede ser visto como un gesto de debilidad?

-Es urgente porque todos los días miles de argentinos están cayendo bajo la línea la pobreza, no pueden conseguir trabajo o pierden sus trabajos. Si el Gobierno, que es quien debe admitir los problemas, quiere taparlos constantemente y no asume esta responsabilidad, la situación va a ser cada vez peor. Esto no solamente va a afectar al Gobierno sino que a todos. No soy de los que discuten el pasado. Quiero discutir el futuro, pero en los últimos 50 años en la Argentina se vienen haciendo las cosas muy mal. Si no trabajamos de cara al futuro, todo va a ser cada vez peor.

-Me llama la atención que en esos 50 años incluya también al gobierno de Macri.

-El gobierno de Macri recibió un paciente en terapia intensiva, que era nuestro país, y pasó por un proceso de estabilidad, uno de crecimiento y después, factores externos y errores propios que generaron fallas y eso terminó afectando a la economía. Sin lugar a dudas hubo errores del gobierno de Macri, pero él reconoce que se equivocó. No recuerdo un un ex presidente que al poco tiempo de haberse ido de la gestión haya admitido que tuvo fallas en la gestión. Eso es muy importante.

-Para algunos opositores inclusive fue una autocrítica “light”.

-Si Macri hizo pública la autocritica, imagínese el nivel de análisis y de autocritica que hizo en su fuero íntimo. Nosotros mismos hemos hecho muchas autocriticas, pero también tenemos que tener, y la estamos teniendo, la capacidad de aprender de nuestros errores para generar una alternativa y salir de los problemas de la Argentina. Que son los mismos problemas son los mismos desde hace 40 o 50 años, pero siempre erramos al tratar de aplicar las mismas soluciones.

-¿Qué sería hacer algo distinto de los últimos 40 o 50 años?

-Uno es la lógica argentina de que frente a un problema siempre hay que aumentar los impuestos y que el Estado nos cuida, pero nunca nos pusimos a pensar de qué forma el Estado administra los recursos, de qué forma los gasta, y también entender que para conseguir más empleo, para que haya más inversión y para que podamos reducir la pobreza tenemos que ir hacia un esquema de más estabilidad económica y, sobre todo, hay que bajar los impuestos, generar el ámbito necesario para que haya incentivos y vengan los empresarios extranjeros a poner plata en la Argentina. Esa falta de estabilidad, culpa de todos los gobiernos desde hace 50 años, hacen que hoy una empresa argentina esté más preocupada en no hacer ningún movimiento o en irse de nuestro país. Ni qué hablar de que una empresa extranjera esté analizando la posibilidad de radicarse acá. ¿De qué manera vamos a recuperar los más de dos millones de puestos de trabajo que la pandemia hizo que se cayeran?

-¿Ese enfoque sobre el Estado no puede ser asociado por una mucha gente con el riesgo de dejarla en la indefensión? ¿La pandemia no hizo crecer la necesidad de más Estado?

-Administrar bien los recursos del Estado no es dejar que el Estado sea más chico sino administrar mejor, que frente a un problema la única solución no sea aumentar los impuestos. Hoy está el slogan instalado desde el relato del Gobierno de que “el Estado te cuida”, pero ¿el Estado te da seguridad? ¿Cómo está la cuestión de la justicia? ¿Y la educación? Hace un año y cuatro meses que no tenemos clases presenciales, la educación no venía en el mejor nivel y ahora más porque quieren ocultar la realidad al suspender las pruebas Aprender. Y ni hablar sobre lo que está pasando en salud. El Gobierno dijo que la Argentina iba cuidar a la vida y hoy tenemos más de 80 mil personas que se murieron y una política sanitaria que fracasó. El virus entró con todas sus cepas por todos lados y el país no pudo aplicar una política pública para el control de la pandemia.

-¿No es muy difícil gobernar en medio de una crisis sanitaria?

-Hay que volver al año pasado, cuando todos nos pusimos atrás del presidente de la Nación e incluso Macri nos dio una orden de acompañarlo en este proceso de emergencia, pero de a poco empezamos a ver que mientras te decían “quedate en casa” avalaban la liberación de presos, violadores y asesinos; fueron contra la propiedad privada y a los jubilados les sacaron 100 mil millones de pesos. Y ni hablar de cuando empezaron con la lógica de que la única agenda era cómo podían tener más intervención en la Justicia. No podemos permitir que el Gobierno avance sobre todo esto. En definitiva, Alberto Fernández y el kirchnerismo no priorizaron la cuestión sanitaria ni la económica.

-¿Usted se siente cómodo en una coalición donde hay un ala dura y un ala dialoguista, donde hay una mala relación entre líderes del espacio como Macri y Rodríguez Larreta?

-Somos un equipo, estamos todos dentro de Juntos por el Cambio y esa va a ser nuestra opción electoral. Eso es lo más importante. Puede haber diferencias, pero tienen que ver más con la coyuntura electoral, no en el rumbo que tiene que tomar nuestro país. Todos los dirigentes de Juntos por el Cambio tenemos bien en claro que este 2021 tiene una importancia superlativa en términos institucionales y que tenemos que trabajar donde cada uno pueda hacer su mejor aporte para que en en noviembre de 2021 Juntos por el Cambio pueda alejar al kirchnerismo de tener los dos tercios en el Senado de la Nación y para que Sergio Massa, Cristina Kirchner y Alberto Fernández no consigan la mayoría tan fácil en la Cámara de Diputados gracias a esos seudo opositores muy funcionales al Gobierno. Es fundamental para que la justicia pueda seguir trabajando con independencia

-¿No complica la estrategia de la oposición el hecho de que haya una clara disputa de liderazgo en el espacio entre Macri y Rodríguez Larreta?

-No diría que la disputa sea entre Macri y Larreta, sino en ver de qué forma se traduce en términos electorales cada uno de los actores que tiene apetencia electoral. Patricia Bullrich quiere ser diputada por la Ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli quiere encabezar la lista en provincia de Buenos Aires, Jorge Macri también tiene una intención y es importante que se incorporen figuras como Facundo Manes. Muchos seguidores de Juntos por el Cambio nos plantean: “No se peleen”. Lo más importante es que estemos dentro de Juntos por el Cambio, que zanjemos algunas diferencias relacionadas con lo electoral a partir de unas PASO que es muy bueno utilizar. Y que cada uno de ponga lo mejor que tiene para después terminar todos juntos en las elecciones de noviembre, que es “por los porotos”, y que no haya alguien a dedo que ponga a los candidatos sino que los pueda elegir la gente.

-Es saludable que la gente pueda elegir los candidatos, aunque si no se logran consensos unas PASO puede dejar heridos políticos, como se insinúa en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, con la fuerte pelea entre Rodríguez Larreta y Bullrich.

-Confío mucho en que todas estas diferencias, que empiezan a aparecer cuando se acercan los cierres de listas, se puedan zanjar. Es muy importante que dirigentes que tienen un futuro enorme como Rodríguez Larreta, Vidal, Bullrich y (Martín) Lousteau, entre otros, tengan un protagonismo importante en estas elecciones. Y estoy seguro de que Mauricio Macri tiene una gran capacidad para conducir este proceso y lograr que todos encuentren el lugar donde más pueden aportar para ganar las elecciones de noviembre y consolidar una opción superadora de cara al 2023.

-De todas maneras, Rodríguez Larreta no parece tan convencido del papel tan activo que está desempeñando Macri y que pone en discusión el nuevo liderazgo opositor.

-El rol actual de Macri se lo dio la gente. Cuando te vota más del 41% de la gente significa que hay un montón de argentinos que quieren que sigas teniendo un protagonismo muy activo en la política argentina. Además, está la experiencia de un ex presidente como generador de un partido político que gobernó ocho años y transformó la Ciudad de Buenos Aires, que llegó a la presidencia de la Nación.¿ ¿Cómo no va a tener un rol y no va a poder guiar los movimientos de Juntos por el Cambio? Es muy importante el rol de Macri por encima de estas divisiones, de las cuestiones de candidatura. Es fundamental la experiencia como un Presidente que finalizó un mandato después de más de 90 años que no lo terminaba alguien que no era peronista. Una cosa es lo que hablan segundas o terceras líneas y otra es la realidad de la relación entre Macri y Rodríguez Larreta.

-¿Y cuál es la realidad?

-Esa relación está fuerte, sólida, con discusiones y con diferencias que bajo ningún punto de vista van a llevar a un quiebre.

-El telón de fondo de esa relación es la sensación de que Macri podría volver a ser candidato presidencial en 2023. ¿Cree que el ex presidente merece una segunda oportunidad?

-Lo he hablado con él muchas veces y hoy está muy enfocado en el rol de tratar de ayudar y aportar en esta elección 2021, fundamental desde el punto de vista institucional.

-¿Macri podría ser candidato presidencial?

-Podría ser Macri. Podría ser Rodríguez Larreta, que está demostrando de qué forma se puede administrar una pandemia, acompañando a los sectores que más los sufren y priorizando la educación. Puede ser María Eugenia Vidal, que demostró que la provincia de Buenos Aires no era solamente de los guapos del conurbano sino que ella pudo llevar adelante obras que hacía 50 años que no se hacían. Podría ser Alfredo Cornejo, que hizo una excelente gestión en Mendoza, o Martín Lousteau. Hay un abanico de posibilidades que nos abre la posibilidad de tener una buena oferta electoral para 2023, pero no es un problema mientras todos estemos dentro de Juntos por el Cambio.

-¿Es un problema la indefinición de María Eugenia Vidal? ¿No está provocando ruidos en las definiciones electorales tanto en Provincia como en la Ciudad de Buenos Aires?

-Me hubiera gustado que ya a esta altura la decisión estuviera tomada. Esa indefinición genera algunos ruidos que podríamos no tener y por el momento que está pasando el país lo ideal sería no tenerlos, pero es una decisión personal. Cada uno sabe qué hacer. María Eugenia tiene la gran virtud de ser una excelente excelente funcionaria pública, una persona totalmente transparente y que tiene la posibilidad de ser una figura muy importante en la Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia o guardarse para ser una opción en 2023. En cualquiera de las opciones aportaría mucho a estos objetivos que millones de argentinos nos piden, que es que en 2021 garanticemos la institucionalidad de nuestro país, el cuidado de la Constitución Nacional, la división de poderes, que no se ataque a la justicia, y que en 2023 construyamos una opción.

-¿Usted se considera parte del ala dura o moderada de Juntos por el Cambio?

-Tengo una excelente relación tanto con Mauricio Macri como con Patricia Bullrich y con Horacio Rodríguez Larreta. Además, entiendo que en un equipo hay distintos jugadores: está el 5 que corta la jugada, el 2 que raspa, después está el 10 y el 9, que hacen los goles, y me parece que es importante entender el concepto de equipo, que cada uno tiene un rol.

-Siempre hay un director técnico que elige la estrategia y le da al equipo una identidad. La sensación que deja Juntos por el Cambio es que hay muchas individualidades, pero que no se ponen en función de un juego colectivo. ¿Qué papel tiene Macri en ese equipo?

-Bueno, podemos asignarle el rol de director técnico.

-Eso no le va a gustar a Rodríguez Larreta.

-Es importante el rol del ex presidente e insisto: Horacio y Mauricio hacen un equipo impresionante.

-En ese equipo con tantas individualidades, ¿cómo juzga la actitud de Bullrich, cuyas posiciones tan duras incomodan a dirigentes con gestión de gobierno como Rodríguez Larreta?

-Patricia ha logrado instalar determinados temas y después podemos discutir el cómo, pero en el qué hoy todavía estamos discutiendo por qué la Argentina no tiener las vacunas de Pfizer, por ejemplo. La Argentina hubiera podido tener 5 millones de vacunas de Pfizer más y tenía la prioridad de recibir 14 millones de dosis: ¿cuántas muertes se hubieran evitado si esas vacunas las recibía nuestro país si en vez de priorizar la cuestión ideológica, geopolítica, los amigos, los intermediarios, hubiéramos priorizado la vida de los argentinos? Es muy importante que Patricia, como presidenta del PRO, se plante en esos temas. Y es muy importante que lo haya hecho también cuando quisieron intervenir la propiedad privada, cuando se avalaban las intrusiones en el Sur y los mapuches sacaban a patadas y a los tiros a los dueños de viviendas o de campos. Y es fundamental que lo haya hecho como cuando quisieron ir contra los tres jueces que investigan causas de Cristina Kirchner.

-Pero eso se traduce también en críticas contra Rodríguez Larreta, como cuando Bullrich cuestionó la falta de ayuda a los comerciantes porteños durante la pandemia.

-Rodríguez Larreta les dio un montón de alternativas a los comerciantes ante la difícil decisión de tener que cerrar por la pandemia. Eso es lo importante. Estoy seguro de que Horacio coincide en todos estos planteos que hizo Patricia, aunque puede haber alguna diferencia en el cómo. Eso no los aleja desde el punto de vista conceptual de hacia dónde quieren que vaya el país.

-¿Entonces en ese equipo de fútbol que usted armó podría decirse que Bullrich juega de 9, Rodríguez Larreta de defensor de su gestión de gobierno y Macri como el DT?

-Podría decir que Horacio es más el 10 y el 9 y que Patricia raspa un poco más.

-¿Y usted en qué puesto juega en este equipo?

-Siempre jugué de 10. Soy zurdo, así que yo me veo tranquilo, yendo y viniendo. Ayudando al 9 a hacer los goles y bajando con el 2 a recuperar la pelota.

-¿Por eso Macri bendijo su candidatura a senador en Santa Fe?

-Es muy importante contar con el apoyo de Macri, Rodríguez Larreta y Bullrich. Ahí no hay diferencias y me da un espaldarazo muy importante ante esta candidatura a senador nacional. Santa Fe está necesitando que la defiendan. En los últimos dos meses pasaron tres cosas muy importantes y nadie del gobierno provincial ni los propios senadores nacionales defendieron a la provincia.

-¿A qué cosas se refiere?

-Primero, al tema de biocombustibles y la falta de la renovación de la ley existente. Como no hay previsibilidad se ponen en riesgo más de 20.000 puestos de trabajo y atenta contra un sector muy importante de la economía santafesina. Ni qué hablar de la cuestión de la Hidrovía: el gobierno de Macri había dejado todo preparado para lanzar una licitación internacional, transparente, para que haya nuevos actores que puedan participar y que la Argentina pueda tener más provecho de esa vía fundamental que tiene el Paraná. No se hizo absolutamente nada durante todo 2020. En mayo de 2021 se prorrogó el contrato a la empresa que ya venía funcionando y se empezó a generar ese ruido con actores del kirchnerismo. Por eso, en vez de que sea una licitación internacional trasparente, terminará en manos de La Cámpora o del Estado, generando más gasto público, más ineficiencia. Y lo último muy preocupante es el cierre de las exportaciones de carne, que atenta contra el corazón productivo de Santa Fe. La provincia aporta el 50% de la carne que exporta nuestro país. Eso va a traer menos inversión, menos fuentes de trabajo, más pobreza, y lo único que hizo el gobernador (Omar) Perotti para defender a este sector tan importante de la provincia es un tuit. Por eso digo que Santa Fe necesita que la defiendan más. No se los escucha al gobernador ni a los senadores del Frente de Todos.

-En las últimas semanas vimos a Alberto Fernández cometiendo errores políticos evidentes, como cuando dijo que “los brasileños salieron de la selva”, mientras Cristina Kirchner rompió el silencio, pidió reformas en el sistema de salud e impuso un nuevo tope en las paritarias. ¿Será la dinámica que regirá la relación entre ambos hasta el final del mandato?

-Cristina Kirchner eligió al Presidente y ella es la vicepresidenta. Eso ya marca claramente muchas de las cosas que están pasando. Hoy, quien gobierna la Argentina es Cristina Kirchner y Alberto Fernández es un buen jefe de Gabinete. Todo lo que dice Alberto Fernández lo cambia a las 48 horas si no está de acuerdo Cristina Kirchner. Es muy difícil porque también lo que está pasando es que la autoridad presidencial se ha devaluado muchísimo. Y en un momento de emergencia el Presidente tiene que tener autoridad. Es clave ver que quien lidera es el presidente de la Nación. Si Axel Kiciloff tiene un capricho, Cristina Kirchner se lo concede y el que queda desdibujado es Alberto Fernández. El Gobierno está en su piso de imagen más preocupante desde que asumió y como no tiene un plan, no tiene un camino a recorrer y no le interesa tampoco generarlo tratando de hacer ciertos acuerdos con la oposición, lo que hace es redoblar siempre la apuesta. Y hoy la agenda de Cristina Kirchner es ver de qué manera modifica la Ley del Ministerio Público Fiscal y así tiene más poder sobre la Justicia en lugar de ocuparse de los problemas de los 44 millones de argentinos, preocupados por la manera de llegar fin de mes, conseguir trabajo, llegar a su casa sanos y salvos sin que los maten, poder abrir su negocio o no fundirse. Esas preocupaciones no son las de Cristina Kirchner.

* Para www.infobae.com

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