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La Argentina se cayó del mapa de los inversores globales y ni siquiera el resultado electoral genera interés

ECONOMÍA 25/06/2021 Pablo WENDE
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Los inversores se hartaron de la Argentina. Algo que ya estaba claro para quienes siguen de cerca la evolución de los mercados financieros, la evolución de las acciones y de los bonos, ahora quedó mucho más en evidencia. La decisión del grupo MSCI de poner a los activos locales incluso por debajo de los mercados “fronterizos” no hace más que reflejar lo que en la práctica ya venía ocurriendo. Y eso que venía sucediendo es que prácticamente nadie está dispuesto a volver a apostar por el mercado argentino.

La primera reacción es echarle la culpa a la falta de plan económico del gobierno de Alberto Fernández, las demoras para arreglar al FMI o una política exterior cada vez menos alineada con Occidente. Pero sería una exageración. Una porción relevante de la responsabilidad también la tiene el gobierno de Mauricio Macri, que generó enormes expectativas entre los inversores y no estuvo a la altura.


Así lo pudo comprobar la ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, en su reciente visita a Wall Street. Los managers de fondos con los que se reunió casi no le preguntaron por sus planes futuros, sino los motivos por los cuales fracasó el último gobierno. Fue la primera vez que los grandes fondos tenían cara a cara a una figura relevante de Juntos por el Cambio luego de las elecciones de 2019. Aquella derrota electoral del macrismo le hizo perder millones a quienes habían apostado por un resultado diferente y se habían creído que Cristina Kirchner no volvería más a tener un cargo político demasiado relevante.

En Wall Street perdieron la paciencia con la Argentina. Así se lo hicieron saber los inversores que se reunieron de manera virtual con Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados. En ese encuentro organizado por el Consejo de las Américas la semana pasada no escondieron su malhumor por las medidas del Gobierno y la falta de señales alentadoras sobre el rumbo económico.


Lo más impactante es que ni siquiera existe una gran expectativa puesta en el resultado electoral de noviembre. Nada va a cambiar demasiado y tampoco se espera el “milagro” de 2013. En aquel momento, la victoria del propio Massa contra el candidato kirchnerista le cerró el camino a Cristina a la reelección y al mismo tiempo abrió paso a lo que sería finalmente la presidencia de Mauricio Macri.

En aquella oportunidad las acciones volaron más de 200% y hubo espectaculares ganancias para los inversores. Luego se devolvió la mayor parte a medida que se iba diluyendo el gobierno macrista. Alberto Fernández nunca consiguió mejorar la imagen pesimista de los mercados financieros en relación a su gobierno. Posiblemente tampoco le interesa intentarlo. Sabe que es una batalla perdida, a no ser que cambie sustancialmente de discurso.

Argentina cayó sin escalas de “emergentes” a “mercado solitario” y se salteó volver a la categoría de fronterizo. Este castigo no es más que un reflejo del sentimiento ultra negativo que hoy la comunidad financiera tiene respecto a la evolución del país y las dudas sobre cómo piensa seguir este gobierno. El estricto control de capitales juega claramente en contra. Ningún país emergente tiene cepo al estilo argentino ni tipos de cambio múltiples, por lo que la Argentina no podía seguir en esa categoría. Pero si bien la decisión estaba cantada, en cambio fue inesperado caer literalmente al fondo de la tabla.


Esta vez el mercado ni siquiera le presta demasiada atención a las elecciones legislativas, aunque la oposición quiere instalar que se trata del comicio “más importante de los últimos 40 años”, ante los peligros de un endurecimiento del rumbo por parte del kirchnerismo.

“El resultado electoral no va a ser muy claro. Pero además la visión en Wall Street es que luego de las elecciones se viene una crisis mucho mayor para el país. No tendría sentido esperar algo de lo que ocurra en noviembre, porque el impacto posterior será muy duro”, señaló a Infobae uno de los brokers que se reunió en Nueva York con Vidal y en forma virtual con Massa.

La inflación reprimida, la decisión de planchar el tipo de cambio y las medidas para estimular el consumo (que muchos inversores ven como artificial) generan todavía más incertidumbre y temor entre quienes toman decisiones. El escenario de una nueva crisis cambiaria y por ende inflacionaria en 2022 es algo que nadie descarta. Esto retrasaría todavía más el repunte de la economía para dejar atrás el desastre generado a partir de la pandemia.

El malhumor de los mercados con Argentina también se traslada a la economía real. Con el financiamiento totalmente cerrado y en medio de un gran clima de desconfianza, es sumamente improbable que haya inversores dispuestos a invertir a largo plazo en el país, sobre todo habiendo tantas opciones en América latina. Argentina quedó en el fondo de la tabla y nadie cree que esté en condiciones de salir de ese lugar. Por mucho tiempo.

Fuente: Infobae

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