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¿Cuánto debería bajar la inflación para que haya aumento de salario real en 2021?

ECONOMÍA 10/07/2021 Santiago REINA
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A la espera del dato oficial de inflación de junio, los economistas estiman una desaceleración para el segundo semestre pero advierten presiones futuras para cuando el Gobierno decida ajustar precios regulados que vienen atrasados. En ese contexto, esperan cierta recuperación del salario real a partir de la reapertura de paritarias y la proximidad de las elecciones. Las dudas giran en torno a la amplitud, la magnitud y la duración de ese repunte.

Según las estimaciones de las consultoras y entidades financieras que participaron del REM de junio realizado por el Banco Central, los precios aumentaron 3,2% en el sexto mes del año, una cifra que resultaría muy similar a la de mayo. En caso de que este sea el número oficial publicado por el INDEC este jueves, la inflación acumulada en el primer semestre de 2021 se ubicaría en el 25,3% y la interanual superaría el 50% por primera vez desde febrero de 2020.
Para lo que queda del año, el sector privado espera una inflación promedio mensual del 2,8%, lo cual daría como resultado una inflación anual en torno al 48%.

La pauta presupuestaria del 29% es cosa del pasado y el mismo Gobierno ya lo reconoció. Es por eso que las paritarias que se habían cerrado tomando como referencia ese número comenzaron a discutirse nuevamente. El puntapié inicial lo dieron Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa cuando convalidaron un incremento de 40% para los trabajadores del Congreso.

"En el caso de las paritarias privadas, lo que estamos haciendo es incentivando la reapertura de la paritaria cuando lo acordado empieza a perder respecto del índice de inflación. Hay que tener en cuenta que las negociaciones paritarias no siempre coinciden con el año calendario, por lo tanto, en algunas negociaciones esta situación ya ha sido contemplada”, detalló el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, en la última reunión del Gabinete económico.

Según un informe de la consultora Synopsis, los acuerdos salariales promediaron durante junio el 43,4%. Gremios liderados por dirigentes afines al Gobierno, como Bancarios, Camioneros o Encargados de edificios, ya cerraron nuevos aumentos en torno al 45% anual, que parece ser el nuevo piso para las negociaciones de acá en adelante. En el caso de Bancarios y Camioneros también habrá bonos extraordinarios que engrosarán la suma percibida por los trabajadores.

Para que un aumento del 45% implique un crecimiento del salario real durante 2021, los precios deberían subir a un ritmo mensual promedio inferior al 2,5% durante el segundo semestre (tomando una paritaria de enero a diciembre y sin contar bonos ni cláusulas de revisión).

Un informe de la consultora Ecolatina proyectó que el salario real de los trabajadores registrados crecería 3,5% en el segundo semestre en comparación con el primero. Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, estima que los salarios le van a ganar a la inflación por primera vez desde 2017. “Creo que los salarios privados registrados van a subir aproximadamente 25% en el segundo semestre”, aseveró. Paralelamente, si se cumplen los pronósticos del REM, los precios treparían 18% en el mismo período.

Cabe recordar que los datos publicados hasta el momento por el INDEC indicaron que entre enero y abril los salarios de los trabajadores registrados subieron 0,8 puntos porcentuales por debajo de la inflación. Aun así, se observó heterogeneidad al interior del mercado laboral ya que los trabajadores registrados en el sector privado percibieron una mejora en términos reales, a diferencia de los empleados del sector público y de los informales.

“Los salarios privados registrados van a ser los que mejor estén. Bancarios y Comercios son punta de lanza mientras que gremios como Comercio y Hoteleros van a quedar un poco más rezagados”, puntualizó el Rajnerman de cara a lo que queda del año.

En cuanto a los empleados públicos, el analista remarcó también la heterogeneidad ya que en ANSES y el Congreso los acuerdos no son los mismos que los que negocia UPCN aunque aclaró que “no van a ser los que mejor estén”.

Para el especialista, los trabajadores informales van a ser los más perjudicados ya que no tienen negociación colectiva y suelen ser los que más sufren las crisis. No obstante, advierte que van a ser los de mejor performance en materia de recuperación de puestos de trabajo.

Gonzalo Semilla, economista jefe de CREEBBA, detalló en diálogo con Ámbito que la inflación en alimentos durante la primera semana de julio (0,1%) no se observaba desde marzo y que espera una desaceleración de las subas de precios a partir del mes en curso. De todos modos, aclaró que hay factores que pueden traccionar al alza los incrementos, como las vacaciones de invierno, la mayor disponibilidad de pesos como consecuencia del aguinaldo y el impacto de la reapertura de paritarias en las estructuras de costos de las empresas.

A pesar de la desaceleración estimada para la inflación del segundo semestre, las cifras estimadas siguen despertando preocupación teniendo en cuenta que dos de los principales precios de una economía, como las tarifas y el tipo de cambio, vienen subiendo a un ritmo muy cansino por la regulación del Gobierno y el Banco Central.

“Las tarifas sabemos que están fuera de juego hasta el año próximo y el dólar oficial está calmo (ritmo de 1% mensual de variación). Creo que el Gobierno apuesta a esta fórmula y a que el capítulo más importante, el de alimentos y bebidas, rompa la barrera del 3% mensual”, sostuvo Semilla.

Buena parte del mercado prevé un mayor aumento del dólar luego de las elecciones legislativas de noviembre aunque el ajuste podría amortiguarse en caso de que la autoridad monetaria siga acumulando reservas como lo viene haciendo en lo que va de 2021.

Paralelamente, las tarifas probablemente también tengan una corrección a partir de 2022, más teniendo en cuenta que el propio ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció que los subsidios energéticos son “pro ricos” y que deben tener un menor peso en gasto total del Estado Nacional.

Guzmán es partidario de una mayor disciplina fiscal, algo que sostuvo en los primeros cinco meses del año al ubicar el déficit primario en apenas 0,1% del PBI y achicando la base monetaria en términos reales. Esto probablemente quite presiones sobre la brecha cambiaria y, por ende, sobre la inflación.

No obstante, la crisis económica y el deterioro de los ingresos de los ciudadanos vuelve necesaria la asistencia del Estado. Por lo tanto, la reapertura de paritarias puede llegar a estar acompañada de un aumento en el gasto público.

En resumen, no está claro que la desaceleración de la inflación vaya a mantenerse en el tiempo ya que hay muchas tensiones que el Gobierno debe administrar con sintonía fina. En este marco, los salarios parecen dejar se ser un ancla inflacionaria para competir de igual a igual en la carrera con los precios.

Fuente: Ámbito

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