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"El dólar no se toca": el Gobierno ratificó que no piensa devaluar, ¿cómo logrará frenar la presión?

ECONOMÍA 06/08/2021 Pilar Wolffelt*
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Este miércoles por la tarde, tras una reunión con el equipo económico, el ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó la postura que viene fijando hace meses respecto de que no se aplicará ningún tipo de política de shock ni una devaluación pronunciada para normalizar la economía después de las elecciones.

En ese marco, el funcionario destacó los avances logrados en materia de estabilización cambiaria al asegurar que hay condiciones para que el dólar oficial proyectado para diciembre en $102,40 llegue en ese rango a fin de año y destacó la importancia de encarar el camino hacia la estabilización económica, como parte de un plan que requiere un enfoque integral y no solamente cambiario.

Ya varias veces el Gobierno ha salido a desmentir que tenga planeado devaluar fuertemente la moneda después de las elecciones y dejar atrás su estrategia de llevar la evolución del tipo de cambio por detrás de la inflación, tal como lo viene haciendo hasta ahora.

De hecho, hace pocos días, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, había reforzado esta postura cuando dijo públicamente que "no creemos que la devaluación sea la solución para ninguno de los problemas". 

El economista Fabio Rodríguez, socio de la consultora M&R, una vez más dejó en claro que "las autoridades económicas han descartado de plano cualquier movimiento devaluatorio brusco del mercado oficial, asegurando además que la brecha y el blue se mantendrán cerca de los niveles actuales aunque con cierta volatilidad".

El contexto electoral como telón de fondo

La presión por una devaluación tiene su explicación en lo que Rodríguez identifica como "las tensiones cambiarias pre electorales, que son un clásico en Argentina bajo cualquier circunstancia". Y, en este sentido, anticipa que, seguramente, la dolarización de cartera irá subiendo a la largo de agosto, presionando más que nada los dólares financieros y la brecha.

En la misma línea, el economista Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos, apunta que "el trasfondo siempre es el contexto electoral y el Gobierno tiene bien en claro que, para ganar las elecciones, tiene que mostrar buenos resultados económicos".

Así, detalla que, en el actual contexto, generar un contexto favorable implica continuar bajando la inflación y que no se escape para que mejore el poder adquisitivo de las personas y asegura que eso va de la mano de que no salte el dólar oficial.

"Si el dólar empezara a moverse a lo loco cerca de las elecciones, en cualquiera de los diferentes mercados de divisas que hay hoy, sería un gran problema para el equipo económico", señala Tiscornia.

Es por eso que espera que en los próximos meses el Gobierno apueste a reforzar los controles sobre el dólar, a seguir incentivando la liquidación por parte de los exportadores y a intervenir las cotizaciones financieras, que es lo que vienen haciendo.

Advierte, no obstante, que la variable más peligrosa es el mercado blue porque "el BCRA no pueden intervenir en ese mercado por ser ilegal", pero no descarta que buscará mecanismos para presionar a los operadores de ese mercado y que puedan hacer alguna intervención indirecta con manos amigas.

Razones para no devaluar

¿Por qué el Gobierno busca por todos los medios no devaluar? Según explica Julián Zicari, economista e investigador del CONICET, esto se debe a que eso generaría un impacto recesivo, traslado a precios, con una consecuente aceleración de la inflación y aumento de la pobreza. "Todo eso implicaría una caída económica cuando lo que se está buscando es todo lo contrario: apuntalar la recuperación y desacelerar la pauta inflacionaria y, para ello, usa el tipo de cambio como ancla", asegura.

Desde Ecolatina, Matías Rajnerman, director de la consultora, coincide con esta mirada al señalar que "la devaluación es mala para las variables inmediatas de la economía". Al igual que Zicari, advierte que avanzar en ese sentido generaría una aceleración de la inflación, golpearía el nivel de actividad y provocaría una caída del salario real importante.

"Entonces, el Gobierno no quiere ir por ese camino para que la economía no empeore", dice Rajnerman. Y Zicari agrega, además, que "otro elemento clave es que no hay motivos que lo requieran" dado que:

* Hay superávit comercial.

* La Argentina va a recibir un aporte de los DEG del Fondo Monetario Internacional (FMI) por unos u$s 4.500 millones.

* El año pasado el Gobierno hizo un canje de deuda muy importante.

* Tiene un control de cambio muy férreo que impide las corridas.

* Tiene controlado el comercio exterior.

* Los precios internacionales de los commodities están por las nubes.

* El tipo de cambio está en un nivel competitivo.

"Todo esto indica que no habría una necesidad objetiva de la devaluación. Para mí, el Central tiene la partida ganada con respecto al oficial. Se le puede descontrolar un poco el blue, que no está regulado, pero no hay peligro inminente", afirma Zicari.

Control e intervención, base del plan 

Así, los analistas consultados consideran que el Gobierno tiene herramientas para mantener la situación cambiaria estable hasta los comicios. "Lo que pueden hacer es controlar el mercado de futuro y el crecimiento de la base monetaria", opina Zicari.

Rajnerman coincide en que el Gobierno "tiene las condiciones necesarias para evitar el camino de una devaluación fuerte, por lo menos, de acá a noviembre", ya que hay reservas suficientes para lograrlo y cuenta con la ayuda del cepo para cumplir con ese objetivo.   

Así, Rodríguez anticipa que lo más probable es que en los próximos meses, el Gobierno persista en su política de atrasar el dólar, ya que apenas se mueve en torno al 1% mensual y sostiene también que, "hasta las elecciones, el BCRA cuenta con herramientas para llevar calma al mercado cambiario, siempre en un contexto de súper cepo y controles diversos".

Si bien reconoce que es cierto que desde ahora comenzará a bajar el flujo de divisas provenientes de las exportaciones y aumentarán los pesos que se largarán a la calle, señala que "se ha recompuesto el stock se reservas netas, lo que le da al BCRA margen para actuar en el mercado de futuros, puede moderar las divisas que consumen las importaciones y acaba de despejar la incertidumbre sobre los vencimientos importantes con FMI", dado que se anunció que se usará el dinero de los DEG para cancelar el próximo compromiso de pago con el organismo internacional. Y eso descarta la posibilidad de un default a la vez que garantiza la preservación de las reservas.

Dólar: escenario más difícil post elecciones

No obstante, después de las elecciones, el panorama se presenta distinto. Tiscornia considera que, más allá de que el Gobierno tenga la posibilidad de mantener la calma cambiaria hasta las elecciones, "la deuda pendiente es generar confianza".

Sobre este punto, advierte que, de la mano de la evolución de la inflación, es inevitable que haya una expectativa de que va a haber una corrección del tipo de cambio post elecciones.

En un sentido similar, Rodríguez sostiene que "hay que robustecer la confianza y expectativas para mejorar la actual debilidad del peso". Así, opina que no alcanzará con formular que el plan es el Presupuesto, sino que considera que "habrá que explicitar y fortalecer un sendero fiscal, monetario y financiero que alargue el horizonte". Y anticipa que esto se deberá hacer, muy probablemente, de la mano de un acuerdo con el FMI.

* Para www.iprofesional.com

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