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El Gobierno vaticina una disminución en la participación en las PASO: qué espacio político podría verse más afectado

POLÍTICA 30/08/2021 Brenda Struminger*
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El Gobierno no sabe si la posible merma en la participación afectará sus chances electorales. Con un alto grado de incertidumbre por el inédito contexto sanitario, el oficialismo evalúa los registros de baja en la asistencia en las provincias donde ya se votó este año y cree que el fenómeno podría extenderse a los distritos más poblados. Pero hay dos visiones contrapuestas en el búnker de campaña sobre los daños, en términos políticos, del incipiente fenómeno. Un sector del Frente de Todos teme que por la pandemia y la creciente atmósfera de apatía electoral, el votante “blando”, menos ideologizado, no se comprometa a ir a las urnas, y que esto provoque un impacto electoral. Aunque otros auguran que una baja en la concurrencia afectará a Juntos por el Cambio.

El Gobierno enfrenta un cóctel complicado por la crisis, la pandemia y la sucesión de escándalos que protagonizó a Alberto Fernández, desde el vacunatorio VIP a la fiesta en Olivos. Ese combo, advierten en el Frente de Todos, podría impactar en las chances de ganar y en la asistencia en las PASO. “Hay que ver cuánta gente va a votar”, deslizó un funcionario desde un despacho de la Casa Rosada esta semana durante una conversación sobre los inciertos resultados.

Los equipos de campaña miran con atención las proyecciones sobre una eventual baja en la concurrencia a los centros de votación el 12 de septiembre. En las oficinas del Complejo C de Chacarita hay inquietud sobre una posible merma en la asistencia al cuarto oscuro de electores pertenecientes al segmento que no tiene una afinidad ideológica definida. En especial en una elección donde los márgenes aparecen ajustados. En oficialismo están convencidos de que ganan, “aunque sea por un punto”, pero creen que por sentimientos de apatía y desilusión con el Frente de Todos -debido a cuestiones económicas, pero también “morales y éticas”, según describen- algún porcentaje podría “escaparse” en votantes ausentes o sufragios en blanco.

Contexto inédito y motivos históricos

La atención en el tema de la participación electoral es inédita, evaluaron expertos en mediciones electorales del Frente de Todos. Es la primera vez desde la vuelta de la democracia que ven como una posibilidad “real” que menos votantes asistan al cuarto oscuro.

Las especulaciones por el impacto del contexto sanitario están en pie desde que irrumpió el coronavirus en la Argentina. Pero este año aparecieron indicios firmes sobre una baja en la participación en los números de asistencia arrojaron los escrutinios de las elecciones en Jujuy, Salta y Misiones, que eligieron representantes este año de manera desdoblada. La disminución de entre un 10 y un 20 por ciento con respecto al promedio histórico encendió las alertas en el oficialismo. Algunos estrategas empezaron a prever la posibilidad de que este escenario se replique dentro de dos semanas en los distritos que aportan la mayor cantidad de votos: la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe.

Las conjeturas están a la orden del día en el centro cultural donde se trabajan a diario los equipos de campaña de Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina Kirchner. El tema se viene discutiendo también en los despachos de la Casa de Gobierno, Diputados y el Senado, según contaron los participantes, y hay visiones distintas en el inédito contexto de pandemia.

En el búnker central de campaña hicieron un diagnóstico sobre los motivos y hay distintas hipótesis para explicar la situación. En principio tienen en cuenta que en las elecciones primarias el porcentaje de participación suele bajar y señalan que los comicios legislativos históricamente son menos convocantes que los presidenciales. Pero también atribuyen la posible baja al descrédito con la clase política.

En este sentido, hacen un mea culpa, aunque en estricto off, por los resonantes hechos que atravesaron la gestión nacional, desde la extensa cuarentena, hasta el vacunatorio VIP y el escándalo de Olivos, en un marco de crisis económica y sanitaria. Si bien descartan que exista una “crisis de representación” similar al de 2001, registran “apatía” en la población. “Hay un clima de baja intensidad política”, deslizó un estratega en diálogo con este medio

“La campaña no se está viviendo con intensidad. Lo vemos en los focus groups y en la calle. Si alguien trae a colación un tema político, el resto de los participantes no se engancha en la polémica”, describió un analista, que consideró que las inquietudes principales están orientadas a núcleos de problemas como el trabajo, progreso en la macroeconomía y en la economía particular. Aunque no desechó la posibilidad de que regrese el miedo al contagio si se expande la variante Delta de coronavirus, por ahora ese tema no aparece en las encuestas como una preocupación central, por el avance del plan de vacunación y el relajamiento en las restricciones.

Como puntos a favor, destacan la fuerte tradición cívica de los argentinos -la participación suele superar el 80 por ciento-, debido a la obligatoriedad del voto y a la herida aún presente de los procesos dictatoriales. Al mismo tiempo, resaltan la capacidad del “aparato” del peronismo, en especial cuando es oficialismo, para movilizar a los votantes.

Inciertas consecuencias

Más allá de las explicaciones, entre las oficinas del comando electoral y los despachos de la Casa Rosada conviven distintas miradas sobre las consecuencias de la baja en la asistencia a votar. Unos piensan que podría perjudicarlos, otros creen que afectará principalmente a Juntos por el Cambio.

Los analistas que están intranquilos por el impacto en el Frente de Todos miran el alto porcentaje de “moderados” que muestran las encuestas, en torno a un 30 por ciento. En ese sector muchos estarían “decepcionados” con el Gobierno por la gestión de la pandemia, por el desempleo y por el alto nivel de inflación, además de los problemas políticos.

Apuntan al grupo de electores que habían elegido a Cambiemos en 2015 y 2017 y que se volcaron por el Frente de Todos en 2019 por la desilusión con Mauricio Macri y la confianza en la figura conciliadora de Alberto Fernández. “Este año, muchos desencantados de ambos gobiernos podrían directamente no ir a votar. No van a ser números caudalosos, pero nos pueden afectar”, explicó un experto en encuestas que trabaja para el oficialismo. En el Gobierno miran con preocupación el golpe que representó en la imagen del Presidente, imputado desde el jueves por la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yáñez en la residencia de Olivos durante el período más estricto del aislamiento de 2020.

Un funcionario se manifestó con mayor contundencia: “Mientras menos gente vote, más se va a beneficiar la oposición. Los votantes enojados son los tienen mayor ímpetu para ir al cuarto oscuro. Es lógico: cuando querés oponerte, estás más motivado”.

Sin embargo, los encargados de la campaña descartaron promover una campaña de incentivo a la asistencia a los centros de votación. Creen que es suficiente con los actos que llaman a apoyar al Gobierno. “Sabemos que el voto por la positiva no moviliza tanto. Pero con el planteo de que vamos a ofrecer algo mejor a futuro, en contraste con los frenos a los que nos obligó la pandemia y la pésima experiencia con Macri ya estamos pidiendo que vayan a votar, casi en defensa propia”, sostuvo un funcionario sobre la campaña donde los tres socios más importantes retomarán un rol principal a partir de mañana. Esta semana, Cristina Kirchner irá a Santa Fe, Alberto Fernández realizará anuncios de gobierno, y Sergio Massa junto a Máximo Kirchner recorrerán el conurbano para exhibir una fuerte sintonía política.

De todas formas, las perspectivas son variadas. Algunos consultores propios creen que una baja participación es más problemática para la oposición que para el oficialismo. “No tenemos ningún antecedente sobre el cual basarnos para saber cómo es la movilización en función de afinidades en contexto de pandemia. Sí tenemos, en la historia reciente, muestras de que a mayor participación, mejor desempeño de la oposición al peronismo”, acotó uno de los asesores más relevantes de la coalición.

Y citó los casos de 2019, 2017 y 2015, cuando Cambiemos mejoró su performance en las generales con respecto a las PASO. Para argumentar, recordó el resultado de las últimas legislativas: “En 2017 Cristina había prácticamente empatado en las PASO y en octubre, cuando subió la participación, esa diferencia se dio vuelta a favor de la oposición”. Hay unanimidad en el Gobierno en la perspectiva de una suba en la participación en las elecciones generales. “Siempre vota menos gente en las PASO. Después se incorpora más gente. Eso va a pasar seguro”, aseguró un funcionario.

* Para www.infobae.com

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