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Tensión en el oficialismo: pases de factura, promesa de medidas y la obsesión por cuidar los dólares del BCRA

ECONOMÍA 15/09/2021 Claudio Zlotnik*
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Un empresario de medios lo advirtió con todas las letras. Frente a uno de los referentes del Gobierno comentó que había financiado una encuesta en el conurbano bonaerense, y que el resultado había sido muy preocupante para las aspiraciones del oficialismo. "Hay muchísimo enojo; la gente está sufriendo el ajuste. Ojo que pueden perder", le dijo el directivo de uno de los mayores conglomerados mediáticos, con fuerte presencia en la provincia de Buenos Aires.

El funcionario, con despacho en la Casa Rosada, no le quiso creer del todo. Pensó que el empresario exageraba. O que, directamente, "me estaba operando", admite el funcionario, en diálogo con iProfesional.

El "día después" del fortísimo e inesperado golpe electoral, algunos funcionarios del gabinete económico todavía estaban buscando respuesta a semejante contundencia.

Algunos, como Matías Kulfas, admitían que en las próximas horas habrá medidas concretas, para dar cuenta de que el Ejecutivo hizo una correcta lectura de lo sucedido en las urnas.

Una señal hacia el electorado, pero también hacia la interna de la coalición: el kirchnerismo reclama una rápida reacción del Gobierno nacional y exige un aumento del gasto público, en especial en los sectores más postergados de la sociedad que también votaron en contra del oficialismo el último domingo.

Según pudo saber iProfesional, uno de los más enojados con el resultado electoral fue el ministro del Interior, Wado de Pedro. El funcionario, uno de los referentes del kirchnerismo, no disimuló su malestar con Martín Guzmán. Incluso delante de otros colegas suyos en el gabinete nacional, en la mañana del lunes.

El diagnóstico inicial en el equipo económico, tras el golpazo, fue que "la reactivación de la economía no está llegando a la gente". Y que debe apurarse ese proceso. "No sabemos si nos va a alcanzar para dar vuelta el resultado, pero somos el peronismo. Si nos quedamos de brazos cruzados, no existimos", resumió un funcionario del elenco oficial.

Desde la Casa Rosada desmentían cambios de gabinete. "¿Para qué cambiar ahora, antes de noviembre? ¿Cómo quedarían los eventuales nuevos ministros si agarran ahora y el Gobierno igual pierde en dos meses? No tiene sentido", sentencia el funcionario con oficina en el primer piso de Balcarce 50.

Esperando la reacción del Gobierno

Este miércoles podría ser clave para el anuncio de medidas. Después del encuentro semanal del gabinete económico.

Más allá de los títulos, habrá que ver el volumen de esos anuncios. Por ahora, el Gobierno fue muy conservador a la hora de la asistencia social y la utilización de recursos fiscales. Por eso Guzmán quedó en el ojo de la tormenta.

El lunes a la noche, desde el Palacio de Hacienda, certificaban que -salvo en el momento del anuncio del "Compre Nacional" junto a Alberto Fernández, el ministro había pasado toda la jornada en su despacho trabajando en el proyecto de Presupuesto 2022 y sobre las negociaciones con el Fondo Monetario.

"Guzmán se queda, no lo duden", refuerza la fuente cercana al ministro.

Por lo pronto, así como puertas adentro se discuten las próximas medidas y la estrategia de cara a noviembre, hay un tema que no admite ninguna discusión: la prioridad uno -en este contexto- refiere al cuidado de las reservas del Banco Central.

Este lunes, el BCRA terminó la jornada con compras por u$s15 millones, que se suman a los u$s8 millones que la mesa de operaciones oficial adquirió el último viernes.

Claro que este cambio de tendencia, luego de ventas masivas las dos semanas previas, tiene un costo: el bloqueo de importaciones. Habrá que esperar a tener datos oficiales para tomar dimensión de este escenario, que impacta en el nivel de actividad -por las empresas que dejan de contar con insumos para fabricar- y también en las expectativas.

Más allá de que en la coyuntura el Gobierno extreme las precauciones, está más que claro que el escenario de fondo es desafiante para las autoridades.

Básicamente porque se presume que las liquidaciones de las cerealeras -hasta ahora en niveles récord- van a contraerse en las próximas semanas, al menos hasta fin de año.

En los últimos dos meses, las importaciones rondaron los u$s5.700/u$s5.800 millones mensuales. ¿Será necesario ajustar el grifo para evitar un cimbronazos? Y si se ajusta, ¿cuál es el riesgo de perjudicar la actividad económica, que está en plena recuperación, tras el desplome por la pandemia? ¿Acaso será imprescindible volver a tomar medidas restrictivas en el mercado cambiario? ¿En las operaciones del contado con liqui?

Para algunos economistas, estos números de importaciones no se pueden analizar sólo en un contexto de mayores inversiones por la recuperación económica.

"Un nivel de pagos de importaciones de u$s6.000 millones por mes no se condice con el actual nivel de actividad y es el reflejo de un sobrestockeo por parte de las empresas que aprovechan el enorme subsidio implícito en un dólar de $98 para alocar parte de los excedentes de pesos", escribió la economista Marina Dal Poggetto en su reporte semanal.

Lo que está claro -más allá de las discusiones de la coyuntura- es que sin estabilidad en el mercado cambiario, las chances de dar vuelta el resultado electoral en noviembre se diluirá totalmente. Pero no sólo eso: lo que está en juego es nada menos que no se agrave la crisis, hacia una dinámica imprevisible.

* Para www.iprofesional.com

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