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El FMI mejora pronóstico de crecimiento para Argentina: 7,5%

ECONOMÍA 13/10/2021 Liliana Franco*
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El Fondo Monetario Internacional volvió a mejorar sus proyecciones de crecimiento para la Argentina: espera que el año termine con un aumento del producto bruto interno (PBI) de 7,5%. Así surge del informe Perspectivas Económicas Mundiales dado a conocer este martes en Washington.

Las nuevas estimaciones contemplan un crecimiento de la economía global de 5,9% ligeramente menor al previsto en julio (6%), alerta sobre el “rápido” aumento de la inflación en distintos países y advierte que “la principal fuente de preocupación es que más variantes agresivas del SARS-CoV-2 podrían surgir antes se alcanza la vacunación generalizada”.

A medida que fue avanzando el año, el FMI fue corrigiendo al alza sus proyecciones de aumento del PBI argentino, ya que pasó de estimar una expansión de 5,8% en abril a 6,4% en julio y ahora llega al 7,5%, una variación algo menor a la estimada por el Gobierno que proyecta un 8%.

El Fondo también mejoró marginalmente la perspectiva de crecimiento para 2022, que pasó de 2,4% en la estimación de julio, a 2,5% en el último informe.

Tras el derrumbe de 9,9% de la actividad registrado el año pasado, en medio de la crisis sanitaria desatada por el Covid, si se cumplieran los pronósticos del FMI de todas formas la economía argentina no lograría recuperar el nivel pre pandemia a fines de 2022 (se ubicaría 0,7% por debajo).

Junto con la mayor actividad económica, se estima que se reduzca la tasa de desocupación en el país que caería de 11,6% para el año pasado a 10% en el presente y a 9,2% en 2022.

Asimismo, considera que seguirá siendo favorable el resultado de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que alcanzaría al equivalente de 1% del PBI en el año en curso y a 0,8% el próximo.

Sin inflación

El informe no incluye proyecciones de inflación para la Argentina. Se aclara que fueron excluidas porque “en gran medida se encuentran sujetas a las negociaciones del programa (a acordar con el FMI) aún pendientes”.

En lo que concierne a los principales mercados a los que exporta la Argentina, el Fondo proyecta altas tasas de crecimiento para el año en curso.

Es el caso de Brasil, que se expandiría 5,2% este año, aunque desaceleraría su ritmo de actividad a 1,5% en 2022. Otro es China, con una tasa de aumento de 8% para 2021, pero también con una considerable merma para 2022 cuando crecería 5,6%.

Desaceleración

“La recuperación global continúa pero el impulso se ha debilitado” sostiene Gita Gopinath, la economista jefe del organismo.

El FMI proyecta que la economía global crezca 5,9% en 2021 (0,1 puntos porcentuales menos que lo previsto en el informe de julio pasado), pero mantuvo su pronóstico de una suba de 4,9% para 2022.

La revisión a la baja para el año en curso es consecuencia de que se espera menor dinamismo en el crecimiento de las economías avanzadas, en parte por las interrupciones en las cadenas de suministros.

También se vieron afectados los países en desarrollo y de bajos ingresos, en gran parte debido al empeoramiento de la pandemia. En contrapartida, mejoraron las perspectivas de corto plazo para algunos países exportadores de materias primas.

Más allá de 2022, para el mediano plazo, el Fondo proyecta que el crecimiento mundial se modere a alrededor de 3,3% anual. Menos optimista es con la Argentina, ya que espera un aumento de 1,8%.

Mientras el informe espera que las naciones avanzadas recuperen las tendencias de crecimiento pre pandémicas – particularmente por las políticas de apoyo a la economía –el proceso será más lento en los países emergentes y en desarrollo debido a las demoras en los procesos de vacunación y los menores estímulos.

Precisamente, la propuesta del FMI consiste en vacunar al menos al 40% de la población en todos los países para fines de 2021 y el 70% para mediados del año próximo.

“La peligrosa divergencia entre las perspectivas económicas de los distintos países sigue siendo una preocupación importante” sostiene Gopinath. Para el conjunto de las economías avanzadas se espera que recuperen la tendencia de crecimiento pre pandémica el año próximo y que para 2024 la superen en 0,9%.

En contraste, la previsión para los países emergentes y en desarrollo (excluida China) es que se mantengan 5,5% por debajo de los pronósticos previos a la pandemia en 2023, “provocando un gran revés para las mejoras en el nivel de vida”.

Disparidad

Estas divergencias económicas son consecuencia de grandes disparidades en el acceso a las vacunas y en el apoyo a las políticas, según la economista.

Si bien casi el 60% de la población de las economías avanzadas están completamente vacunadas y algunas están ahora recibiendo inyecciones de refuerzo, alrededor del 96 % de la población de los países de bajos ingresos sigue sin vacunar.

En este contexto se considera que la principal prioridad política es vacunar a un número adecuado de personas en todos los países y prevenir mutaciones de virus más virulentas.

“Si Covid-19 tuviera un impacto prolongado en el mediano plazo, podría reducir el PIB mundial en 5,3 billones de dólares acumulados durante los próximos cinco años en relación con nuestra proyección actual” estima Gopinath. Al respecto, argumenta que “la comunidad mundial debe redoblar sus esfuerzos para garantizar el acceso equitativo a las vacunas para todos los países, superar la vacilación de la vacuna donde hay suficiente oferta y asegurar mejores perspectivas económicas para todos”.

Inflación

Tras señalar que “la inflación asusta” por la aceleración registrada en distintos países, el Fondo espera que en los países desarrollados las tasas se moderen hacia mediados del año que viene.

La inflación anual en las economías avanzadas alcanzará un máximo de 3,6% en promedio en los últimos meses de este año, volverá a un ritmo de 2% en el primer semestre de 2022, es decir un nivel en línea con los objetivos de los bancos centrales.

Para los mercados emergentes se prevé un aumento más rápido, alcanzando una inflación promedio anual de 6,8%, para luego ir disminuyendo al 4%.

No obstante advierte que los bancos centrales “deben estar preparados para actuar rápidamente si la recuperación se fortalece más rápido que lo esperado o si se vuelven tangibles los riesgos de aumento en las expectativas de inflación”.

Otra prioridad planteada por Gopinath se refiere a mitigar los efectos del cambio climático. Al respecto, considera que “se necesitan compromisos concretos más sólidos en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26)”.

Esto implica un precio mínimo del carbono ajustado a las circunstancias de cada país, inversión pública verde, investigación, subsidios y transferencias compensatorias dirigidas a los hogares para ayudar a avanzar en la transición energética de manera equitativa. Además considera que los países deben cumplir sus promesas anteriores de movilizar por año 100 mil millones de dólares de financiamiento climático para las naciones en desarrollo.

* Para www.ambito.com

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