google.com, pub-4701688879962596, DIRECT, f08c47fec0942fa0






 

El control de precios es una medida tan antigua como fracasada

OPINIÓN 23/10/2021 Eduardo Reina*
feletti-con-los-empresarios-alimenticios-20211018-1249932

El control de precios es una medida tan antigua como fracasada. Pueden encontrarse algunas referencias a la idea de control de precios en el Antigüo Testamento, pero los antecedentes más documentados y conocidos son el “Edicto de precios máximos” promulgado en el año 301 por el emperador romano Diocleciano y la “Ley del máximum general” sancionada por la Convención Nacional de la Revolución Francesa en el año 1793. La reforma de Diocleciano fue parte de un plan para combatir la constante devaluación de la moneda producto de la inflación, y la de los sans-coulotes del año 1793, para combatir las consecuencias de la revolución en la economía. Lo que ambas tienen en común son sus consecuencias desastrosas. La ley romana esta primero generó un acrecentamiento de la inflación en otros productos y finalmente fue ignorada completamente hacia el año 305. La ley francesa fue sostenida a sangre y fuego por las guillotinas del terror francés, pero no solo acrecentó la escasez, sino que, la impopularidad de esta medida, fue un factor determinante en la caída de Robespierre.

Parece que a Roberto Feletti no le bastan sus más de 30 años en la función pública para darse cuenta de que esta es una solución antigua con miles de versiones, todas fallidas. Podrían decirme que estos ejemplos lejanos de la historia no tienen por qué conocerlos, pero en realidad todos sabemos que son moneda corriente en la Argentina el fallo de estas medidas.

Uno de los casos más célebres fue el plan de José Ber Gelbard hombre que trabajó con Perón en la construcción de una burguesía nacional que se vinculaba con el mercado interno, que, para estimular el mismo, promovió un plan de aumento de sueldos y congelamiento de precios con un aumento del gasto público y emisión monetaria además de la creación del Impuesto al Valor Agregado.

Este plan terminó con el tristemente célebre “rodrigazo” en el que el ministro de economía del gobierno peronista, Celestino Rodrigo, en 1975 dispuso un ajuste que devaluó 100% la moneda nacional e impuso un aumento de combustible del 180% de un día para el otro. Con esto produjo la disminución del poder de compra de los argentinos y el desabastecimiento de productos de primera necesidad.  Así se pasó de un país que en 1974 había registrado los indicadores de actividad industrial y participación de los asalariados en la economía más altos de su historia y las tasas de desempleo y desigualdad más bajas, a un cambio en la estructura del salario que aún hoy en día sigue siendo el mayor ajuste realizado en la Argentina.

Hoy, el diagnóstico oficial sobre la suba de precios apunta a la recomposición de los márgenes empresariales. El oficialismo, al igual que los sans-culottes busca en los comerciantes, los productores y hasta en algunos consumidores, la principal responsabilidad por la suba de precios y la espiral inflacionaria general. Sin embargo, el análisis económico revela otros factores para explicar la dinámica inflacionaria.

El razonamiento del gobierno es que el 60% de los productos de la canasta son producidos por monopolios u oligopolios que persiguen solamente la maximización de ganancias que se llevarán al exterior.  Sin embargo, los mismos oligopolios y monopolios alimenticios existen en todo el mundo y en todos lados actúan de formas similares, pero en pocos lugares se producen niveles similares de inflación a los de la Argentina.

Sería bueno revisar qué hacemos diferente para tener precios tan elevados en los alimentos y una inflación cada vez más alarmante. Si analizamos la composición de los precios en la Argentina vemos que gran parte de su composición está dada por impuestos (en algunos casos hasta el 50% a eso hay que agregarle el 30% entre sueldos y cargas sociales). Impuestos que sirven para financiar el abultado estado.

Por otra parte, estando tan concentrados los productos alimenticios, no se puede tratar de arreglar los problemas castigando económica y simbólicamente a empresas tan poderosas y globalizadas. No es gratuito enfrentarse a estos dadores de trabajo y de inversión, Molinos Río de la Plata, Arcor y Ledesma se niegan a acatar la norma porque reclaman un aumento de entre el 4% y el 7%, antes de congelar los precios, con el respaldo de la Cámara de Comercio. Las multinacionales sí la aceptan. Ahí ya hay un conflicto explícito

La imposición de un plan difícil de llevar adelante puede ser la mecha que encienda el incendio, cuando militantes no preparados salgan a buscar a  los culpables por los barrios , almacenes , supermercados y pidan su clausura para sacarse una foto de campaña … por ahí más de uno decide no abrir y quedarse a esperar con su mercadería dentro del depósito, todo este plan deja más expuestos a los más pequeños  que no tienen espalda para aguantar estas medidas ya que cada uno tiene una  eficiencia de costos y márgenes de rentabilidad diferentes , por eso  muchas de estas medidas pueden terminar haciendo que las empresas más pequeñas cierren acentuando la concentración no deseada.

Toda esta inmediatez y rapidez en tomar medidas tan drásticas y extremas en 48 hs parece tener una intención electoral, ya que el INDEC, podrá días antes de las elecciones exhibir un número de inflación mensual en baja por retrotraer los precios en algunos casos casi hasta el 40 por ciento. Nada es casual como vemos

Es poco probable poder frenar la inflación con parches, deberíamos tener en cuenta que se están imprimiendo un millón de billetes de mil por día. Lo que, además de empujar la falta de reservas, suma más problemas a la delicada situación económica.

Más allá de la tenacidad de Felleti por revivir su pasado peronista histórico propio del año 45 con esta solución, la cortedad de miras del congelamiento es tal que muchos funcionarios del oficialismo también ven que es un camino equivocado, y ni que hablar de intendentes del peronismo que deberán salir a custodiar precios cuando no creen en esta medida 

Mientras Felleti va por un camino, Guzmán y Kulfas intentan ir por otro. Esto hace que las propuestas de reuniones con la oposición del oficialismo, queden desdibujadas como una medida electoral inoportuna. Es evidente que después de las elecciones que se van a celebrar en 15 días, se van a tener que sentar en una misma mesa con la oposición (la situación delicada lo requiere). Pero Juntos rechaza por ahora la propuesta porque no quiere que quede en un acto de propaganda electoral, dicen algunos voceros que se juntarán cuando se propongan temas de reunión claros y cuando haya un plan económico expuesto claramente y consensuado por todo el frente oficialista, Alberto Fernández, Sergio Massa, Cristina Kirchner

La portavoz del gobierno Gabriela Cerruti debutando en una conferencia de prensa se refirió, entre otros temas, a la puja con los empresarios por el congelamiento de precios y pide no tirar mala onda y ser negativos con el plan de congelamiento de precios , los economistas dicen, que por lo que se ve no se puede diagnosticar un plan que no existe¨ , es un conjunto de responsables económicos confeccionado diferentes herramientas que no son conjugables , dólar ,deuda, consumo, trabajo, emisión, inflación sin un plan económico .

Esperamos el plan económico para el futuro, por ahí después del 14 de noviembre con otro posible cimbronazo llegue el plan de científicos que impida que se cumpla el deseo como dice la portavoz de muchos que esto fracase

"No he fallado. Simplemente he encontrado 10 mil caminos que no funcionan". Thomas A. Edison, empresario e inventor.

* Para www.perfil.com

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto
google.com, pub-4701688879962596, DIRECT, f08c47fec0942fa0