Mirabella y las decadentes chicanas: "vive en Nordelta (Carolina Losada) y nos dice que tenemos que hacer"

Roberto Mirabella es quizá el más fiel ejemplo del político de antes, el que ya la gente no quiere, el que aún piensa que se le debe rendir pleitesía por ser ni más ni menos que empleado de todos. Mirabella no hace nada por amor al arte, cobra un suculento sueldo y como la mayoría de los políticos su cargo de senador Nacional no es full time, se encarga de recorrer la provincia de Santa Fe para ser Diputado Nacional y seguir prendido a la "teta" de un estado desbastado por políticos que desde hace años se encargaron de vaciarlo. 

“Estamos dejando todo en la cancha” y chicanea picante con un “que alguien que vive en Nordelta no nos diga lo que tenemos que hacer”, en referencia a la rival de Juntos por el Cambio, Carolina Losada, chicanea Mirabella como viejo y zorro de una política decadente, machista y descalificante.

Históricamente a la sombra de Perotti, el senador tomó otro rol, otro juego. Pasó de ser jefe de campaña permanente del gobernador a candidato. En esa transición está. En aquella vivía estresado, encargado de enhebrar hilo y aguja en toda la provincia. Ahora – dice – lo vive de otra manera, más relajado.

“El auto es mi oficina”, avisa Roberto Mirabella, sentado en el asiento delantero derecho de un Chevrolet Cruze que lo transporta por toda la provincia. Allí se reencuentra con su celular “estallado”, repasa mensajes, devuelve los más importantes.

Apenas su chofer arranca el vehículo, marca el número de un ministro y le pide que revise una situación que afecta al programa Billetera Santa Fe. El funcionario atiende raudo, porque a Mirabella – la mano derecha del gobernador Omar Perotti – se le responde rápido. A quién no lo haga, como Hugo, se le manda un mensaje de WhatsApp, “Hugo, te estoy llamando”, y no más de cinco minutos después Hugo llama.

Parte de un día en la vida del Senador Mirabella, el que dice ser la mano derecha de Perotti...

Con información de LetraP