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Macri ya juega como un candidato a presidente en 2023

POLÍTICA 22/02/2022 Agencia de Noticias del Interior
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El expresidente publicó una carta en Facebook para condenar "el mayor éxodo de argentinos de la historia". Culpó por la "desesperanza" al Gobierno "errático".
El expresidente Mauricio Macri instó a "construir una ilusión de futuro" ante lo que consideró un "aluvión de emigrantes" que calificó como "una fractura en la historia argentina" y culpó al Gobierno por "el mayor éxodo de argentinos" de todos los tiempos. "No podemos aceptar que este gobierno errático nos empuje cada día a la desesperanza", escribió en su cuenta de Facebook.

 

"Aunque parezca raro, los argentinos que nos quedamos en el país tenemos una deuda inmensa con los que están yéndose", sostuvo Macri, quien continúa alimentando las expectativas de quienes aseguran que volverá a postularse en 2023 para volver a la Casa Rosada.

 


"En nombre de ellos no podemos permitirnos sentir que vivimos en un país inviable, resignarnos a la mediocridad, la decadencia, la torpeza, la gula de poder, el fanatismo y dejar que la mentira sistemática nos domine", abogó el exmandatario en su texto, en el que se mostró comprensivo con los "miles" de compatriotas que deciden dejar el país, en lo que consideró "el mayor éxodo de argentinos de la historia".

"En nombre de ellos no podemos aceptar que este gobierno errático nos empuje cada día a la desesperanza. Por eso, estamos obligados a construir una ilusión de futuro, porque esa ilusión nos guiará y nos salvará", disparó Macri, quien sigue modelando una postura de líder opositor que se muestra por encima de las internas de Juntos por el Cambio.

 

En esa línea, consideró "difícil saber qué motiva a cada uno de ellos a irse, pero seguramente tienen en común el hartazgo de los ciclos negativos que se repiten en la Argentina y la falta total de futuro que produjo el actual gobierno". Desde su punto de vista, "es indiscutible que las autoridades se han empeñado en cerrar cualquier puerta que pudiera traer un alivio, algo de sensatez o la ilusión de que hay un destino para todos los argentinos".

 

Frente a este escenario, el exmandatario pidió "comprender y apoyar" a quienes deciden  irse porque "es doloroso para todos", tanto "para ellos mismos que vivirán el desarraigo aún teniendo oportunidades de desarrollo en otras tierras, para sus familias que se quedan sin sus seres más queridos, para sus amigos que tendrán que seguir por Instagram los contrastes entre las vidas que progresan fuera del país y las suyas, para sus colegas profesionales y para el país, que pierde con cada argentino que se va lo más valioso que puede tener una nación".

 


Sobre el final del texto y en un tono "esperanzador", estimó que el panorama podrá revertirse, aunque no sin antes lograr un "cambio de rumbo".

 

"Estoy seguro de que de una forma u otra nuestros hijos, hermanos y amigos volverán a la Argentina. Ojalá vuelvan a vivir acá, pero si no lo hacen seguro volverán como un recordatorio, una advertencia de lo que puede pasar cuando se pierde el rumbo por completo".

 

A continuación, el texto completo de la carta:

 

A LOS ARGENTINOS QUE SE VAN Y A LOS ARGENTINOS QUE SE QUEDAN

 

Estamos ante el mayor éxodo de argentinos de la historia. Hay miles de jóvenes, hombres y mujeres, que parten solos rumbo a otros países, familias que se van con sus hijos desafiando todas las dificultades que eso significa, parejas recién formadas que se aventuran juntas, graduados de todas las disciplinas, empresarios gigantes y de todos los tamaños que prefieren seguir en otro lado, empleados corporativos que piden expatriarse, comerciantes que venden todo para armar una vida en otro lugar, emprendedores que no están dispuestos a ver fracasar sus proyectos, técnicos, especialistas, trabajadores, operarios… Se van del país. Muchos de ellos publican sus fotos en las redes sociales cuando están en Ezeiza a punto de partir. A veces acompañan las fotos con textos llenos de esperanza por lo que los aguarda, pero siempre hay pena o bronca por lo que dejan atrás.

 

Es difícil saber qué motiva a cada uno de ellos a irse, pero seguramente tienen en común el hartazgo de los ciclos negativos que se repiten en la Argentina y la falta total de futuro que produjo el actual gobierno. Porque es indiscutible que las autoridades se han empeñado en cerrar cualquier puerta que pudiera traer un alivio, algo de sensatez o la ilusión de que hay un destino para todos los argentinos.

 

Los que se van expresan la oscura atmósfera que se instaló en el país. Ellos se van, pero esa atmósfera persiste y los que se quedan se sienten acechados: ¿Qué nos espera? ¿Hacia dónde nos dirigimos?¿Mañana será peor que hoy y el año que viene peor que este? ¿Tienen futuro mis hijos acá? ¿Tendré trabajo? ¿Podré pagar las cuentas?

 

Entendamos a los que se fueron o están por irse. Tenemos que comprenderlos y apoyarlos. Es doloroso para todos, para ellos mismos que vivirán el desarraigo aún teniendo oportunidades de desarrollo en otras tierras, para sus familias que se quedan sin sus seres más queridos, para sus amigos que tendrán que seguir por Instagram los contrastes entre las vidas que progresan fuera del país y las suyas, para sus colegas profesionales y para el país, que pierde con cada argentino que se va lo más valioso que puede tener una nación.

 

Este aluvión de emigrantes es sin duda una fractura en la historia argentina. Quedarán las huellas como quedan en las piedras las marcas de los terremotos. Pase lo que pase, cada persona que se va a otro país con sus talentos, su voluntad, su visión, sus redes de ideas, sus pasiones, es una pérdida de consecuencias invaluables que costará muchos años o décadas hasta que eventualmente otras puedan ocupar su vacío, pero aquellos que se fueron serán siempre irremplazables y el daño de sus ausencia irreparable, como bien lo sabe cada familia que se divide.

 

Aunque parezca raro los argentinos que nos quedamos en el país tenemos una deuda inmensa con los que están yéndose. En nombre de ellos no podemos permitirnos sentir que vivimos en un país inviable, resignarnos a la mediocridad, la decadencia, la torpeza, la gula de poder, el fanatismo y dejar que la mentira sistemática nos domine. En nombre de ellos no podemos aceptar que este gobierno errático nos empuje cada día a la desesperanza. Por eso, estamos obligados a construir una ilusión de futuro, porque esa ilusión nos guiará y nos salvará.

 

Estoy seguro de que de una forma u otra nuestros hijos, hermanos y amigos volverán a la Argentina. Ojalá vuelvan a vivir acá, pero si no lo hacen seguro volverán como un recordatorio, una advertencia de lo que puede pasar cuando se pierde el rumbo por completo.

Con información de LetraP

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