Brecha del orgasmo: las mujeres siguen disfrutando menos del sexo que los hombres

Durante siglos, la sociedad ha impuesto que la mujer viviera para los demás en lugar de para ella. Daba igual qué día fuera, la entrega debía ser constante y perenne. Se encargaba del menú semanal y del cuidado de los niños. Se ocupaba del 100% de las tareas del hogar, tuviera o no que cumplir con sus propias responsabilidades profesionales. La mujer era quien hacía todo porque su familia tuviera sus necesidades cubiertas. Pero, ¿qué pasaba con las suyas?

Cecilia Joyce, socióloga y portavoz de JOYclub, manifiesta que el empoderamiento de la mujer ha servido para dar visibilidad a los gustos, deseos y motivos por los que quiere vivir su sexualidad de una manera plena y en igualdad de condiciones a como lo han hecho los hombres durante siglos.

«La mujer busca placer, quiere que la satisfagan y disfrutar de su sexualidad. Y para eso no es obligatorio tener una pareja al lado. Pasarlo bien y disfrutar del sexo sola o en compañía debe quedar totalmente normalizado», expone Joyce.

Afortunadamente, la búsqueda del placer femenino y la masturbación son dos tabúes que poco a poco se han ido extinguiendo. «Hace décadas era impensable verbalizar que una mujer también tiene necesidades sexuales, que quiere disfrutar del sexo y que guarda en su cajón un juguete con el que disfrutar de su propio cuerpo teniendo o no una persona a su lado», explica la socióloga.

Brecha del orgasmo
«La brecha orgásmica hace alusión a que las mujeres disfrutan de muchos menos orgasmos que los hombres. Esta brecha es especialmente grande en las relaciones heterosexuales, en las que las mujeres experimentan un número significativamente menor de orgasmos que sus compañeros varones», expresa Ana Lombardía, experta en salud y bienestar sexual de We-Vibe y Womanizer.

Un estudio publicado en 2018 en Archives of Sexual Behavior evidencia que las mujeres heterosexuales son las que menos orgasmos sienten, seguidas de las bisexuales, lesbianas y los hombres homosexuales; los varones heterosexuales son los que más llegan al clímax.

Según la experta, esto se debe a que la mayor parte de los encuentros de las parejas heterosexuales se centran en el placer y los deseos del hombre, en la satisfacción masculina. «En muchos casos está ocasionado por el desconocimiento de ambos, que no saben cómo funciona el placer femenino: cómo estimularla, qué enciende su deseo, cuáles son sus ritmos... Incluso, se asume que 'es normal' que ellas tengan menos placer y, por tanto, se deja estar», señala.

Otro de los factores que contribuye a esta brecha orgásmica es centrarse solo en la penetración. Joyce indica que la mayoría de las mujeres no llegan al clímax solo con la penetración, sino que es necesario la estimulación del clítoris. «Por lo que si eso no se tiene en cuenta, hay mucha más probabilidad de que llegue al orgasmo el hombre y la mujer se quede a medias».

¿Cómo podemos cambiar esta situación?
Lombardía asegura que ser conscientes de esta brecha es el primer paso para solucionarla y así dejar de cometer los mismos errores. «A partir de ahí, es fundamental la comunicación para que ambos cambien las dinámicas en las que están manteniendo relaciones sexuales, los ritmos, las fantasías, la forma de seducirse...».

Es importante que la mujer tome conciencia de lo que le gusta en la cama y reclame su placer con asertividad y firmeza. Dejar de realizar prácticas no placenteras, fingir los orgasmos y priorizar el placer de la pareja no hace más que acrecentar el problema.

«Por su parte, el hombre debe empezar a descubrir qué le gusta a su pareja, preguntar e interesarse por ello, desde la curiosidad y la humildad», subraya la experta. Además, esto no significa que él vaya a perder placer, sino todo lo contrario, «el placer de su pareja le va a retornar también mucha excitación y disfrute».

El uso de juguetes eróticos en pareja –añade Lombardía– puede aportar muchísimos beneficios y ayudar también a reducir esa brecha orgásmica.

Fuente: ABC