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Un gobierno más débil y desorientado buscará hacer control de daños

POLÍTICA 06/06/2022 Facundo CHAVES
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Tras el traumático despido de Matías Kulfas del Ministerio de Desarrollo Productivo, el gobierno de Alberto Fernández iniciará una semana clave para reconstituir su poder interno y recuperar la iniciativa política. No será fácil: volverá a dar una señal equívoca con el anuncio de un impuesto, el de la renta inesperada, que es resistido por los empresarios y que no estaba en los planes de nadie cuando fueron invitados tanto el Presidente como el ministro de Economía, Martín Guzmán, al acto por los 20 años de la Asociación de Empresarios Argentina (AEA).

Además, Alberto Fernández tendrá en la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, la riesgosa misión de hablar, como presidente de la CELAC, en defensa de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, que fueron excluidos de ese encuentro hemisférico por las graves violaciones a los derechos humanos que cometen esos regímenes dictatoriales.

 
Poco hay para agregar sobre los episodios que se iniciaron el viernes del centenario de YPF con el sketch de la lapicera, el off the record furtivo que precipitó la expulsión de Kulfas y la llegada de Daniel Scioli a un gabinete fragmentado y en shock.

La reaparición de la vicepresidenta terminó reconfigurando otra vez el gobierno. Es que para evitar la ruptura Alberto Fernández entregó a otro de los leales pero ninguno sabe si en la interna del Frente de Todos va a repetirse la frase adjudicada al mítico sir Winston Churchill en el inicio de la Segunda Guerra: “Hemos preferido el deshonor a la guerra. Ahora tendremos el deshonor y también la guerra”.

Antes de Kulfas, Alberto Fernández había depositado en el altar de la unidad el proyecto de ampliación de la Corte Suprema y en las próximas horas hará lo mismo con el impuesto a la “renta inesperada” que pedía el kirchnerismo duro.

Ese anuncio choca de frente con los empresarios que habían convocado a Guzmán para hablar en el encuentro por los 20 años de AEA que se desarrollará, mañana, en un hotel del barrio porteño de Retiro. El ministro de Economía fue invitado para cerrar la jornada donde se darán cita Paolo Rocca (Techint), Luis Pagani (Arcor), Héctor Magnetto (Grupo Clarín), Alfredo Coto (Coto), Federico Braun (La Anónima) y Martín Migoya (Globant), entre otros 250 hombres de negocios.

Llama la atención que, un día antes de ir a la cumbre de AEA, Guzmán anuncie ese tributo que había sido rechazado por los dueños de las compañías de mayor escala de la Argentina.. “La creación de nuevos impuestos -como el recientemente anunciado ‘impuesto a la renta inesperada’- va en la dirección opuesta. En la Argentina ya están en vigencia 165 impuestos y la carga tributaria sobre el sector formal de la economía es muy elevada y ha crecido fuertemente en los últimos 20 años, superando holgadamente el promedio de la región”, habían expresado en su último comunicado.

Como ocurrió con el anuncio de la ampliación y provincialización de la Corte Suprema -de dudosa constitucionalidad y baja probabilidad de aprobación legislativa-, el presidente y su ministro anunciarán un impuesto que la oposición ya dijo que no aprobará.

 

El viaje de Scioli y el mensaje de Massa

Más allá de esas polémicas, el futuro ministro de Desarrollo Productivo se subirá en las próximas horas a un avión para cerrar, con prolijidad, su misión diplomática en Brasil. Para Scioli hay cuestiones de gestión, administrativas y hasta de familia por resolver antes de la asunción. En Brasil tenía agendadas reuniones con empresarios locales y argentinos para promover el intercambio comercial, tarea que el ex vicepresidente había puesto como prioridad, al igual que amortiguar las tensiones de dos presidentes (Alberto Fernández y Jair Bolsonaro) que no esconden el rechazo mutuo.

“Siente una reivindicación. Está contento”, respondió un hombre que lo conoce hace casi dos décadas. Sabe que su presencia en el Gabinete está marcada por la buena sintonía que tiene con Cristina Kirchner y Alberto Fernández. A los dos los conoce (y los sufrió). Y entiende que su condición de “presidenciable” le generará más de un recelo. Ya lo dijo en una entrevista el fin de semana Emilio Pérsico, funcionario a la vez que jefe del poderoso Movimiento Evita: “Si el Gobierno llega bien, Alberto tiene que ser candidato, si no tenemos que poner a otro. Sencillo”.

Según pudo saber Infobae, conoce a parte del equipo del economista renunciado: “Va a recibir un Ministerio funcionando. A algunos funcionarios los va a mantener”, continuó el informante.

En esta línea de rediscusión de todo en el seno del Frente de Todos es que trascendieron detalles del diálogo hermético que mantuvieron el sábado Alberto Fernández y Sergio Massa en la Quinta de Olivos en plena crisis. De esa conversación a solas surgieron distintas versiones, según quien reconstruyó lo sucedido. “Antes que nombrar a un ministro hay que repensar el gobierno”, aseguran que le dijo el titular de la Cámara de Diputados al primer mandatario. Se habla de un ofrecimiento -¿el tercero?- para ingresar al Gabinete que fue rechazado.

 

Macri, como Cristina

Como suele pasar con Cristina en el Frente de Todos, Mauricio Macri generó una fuerte controversia en el bloque opositor. Una frase descuidada del ex presidente sobre Hipólito Yrigoyen detonó en el frente opositor una crisis que sacudió la relación de la UCR con el PRO. El ex presidente afirmó en una conferencia del Instituto Liberdade en Brasil que el populismo “se originó en Latinoamérica y tal vez en Argentina es donde arrancó, primero con Yrigoyen y después con Perón y Evita”.

No es la primera vez que vincula al radicalismo con el populismo. El 9 de mayo, Infobae reveló un pedido del ex presidente para que el PRO “no se deje manejar por la UCR en el Congreso, como sucedió en las últimas votaciones”. “Tenemos que diferenciarnos y no seguir cayendo en la trampa del radicalismo”, afirmó en un almuerzo.

Esta vez, la frase sobre Yrigoyen provocó la reacción de Gerardo Morales, presidente de la UCR, gobernador de Jujuy y posible candidato presidencial. “Si tu intención es romper Juntos por el Cambio para buscar un acuerdo con sectores de la extrema derecha antidemocrática lo mejor es decirlo concretamente”, le advirtió en una carta.

Se trata de un giro inesperado. Es que un 13 de mayo de hace más de 6 años, el mismo Macri, siendo presidente, homenajeó al prócer radical: “Don Hipólito creía fuertemente en la herramienta del diálogo, del consenso. Creía en que no hay soluciones de largo plazo si no se afirman en instituciones fuertes, sólidas y coherentes en el tiempo, que van más allá de las personas. En eso se ha basado la lucha de la UCR y el aporte enorme que le hace a la Argentina”. En primera fila lo escuchaba Gerardo Morales.

Morales no fue el único en criticar a Macri. Gastón Manes, Mario Negri, Julio Cobos, entre otros, se sumaron a las condenas. El otro precandidato presidencial, el diputado Facundo Manes, tuiteó la foto de Yrigoyen. Llamó la atención el bajo perfil de los otros gobernadores radicales, Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes) que eligieron una piadosa moderación.

El único que respondió por el PRO fue el vicepresidente del partido, Federico Angelini: “Llevar a lo público una discusión como lo hace Morales es de una gran irresponsabilidad y muestra cierta intencionalidad de tensionar la unidad de Juntos por el Cambio. El gobernador de Jujuy está alejado de la realidad por la que están sufriendo los argentinos al referirse a un hecho histórico menor con tanta agresividad. Poco dice Morales sobre a la catástrofe que nos está llevando el kirchnerismo”. ¿Especulación o sospecha?

Ni Horacio Rodríguez Larreta, ni Patricia Bullrich o María Eugenia Vidal se subieron a la polémica. Son los dirigentes que más comprometidos se muestran con la unidad de la oposición. O los que priorizan el Juntos por sobre el Cambio. Un gesto: Macri estará ausente de la reunión que hará JXC el viernes en Río Cuarto. Un oportuno viaje de la Fundación FIFA, según trascendió.

Cuando habló de “acuerdo con sectores de la extrema derecha antidemocrática”, Morales explicitó lo que se discute sotto voce: un posible entendimiento entre Macri y Milei.

 

De Milei

El diputado libertario agitó anoche esa hipótesis. En televisión reiteró que estaría dispuesto a competir con el ex presidente en las PASO y le agregó una definición inquietante: “Si el ingeniero Macri gana esa interna, yo lo acompañaría. Si la gente quiere tener a Macri de presidente no tengo por qué yo ser un obstáculo”.

Se trata de un argumento que novedoso en boca de Javier Milei, que viene de dos semanas de traspiés y controversias mediáticas -con la discusión por la libre portación de armas y la venta de órganos- que puede haber impactado en los sondeos de opinión. La consultora de Gustavo Córdoba registró por primera vez un aumento de la imagen negativa, que pasó de 40,3% al 51,4% y una caída de la positiva, de 47,7% a 41,2%, dándole así un inédito diferencial negativo.

“Veníamos advirtiendo que el fenómeno Milei se alimentaba esencialmente de una alquimia que incluía el malestar social generalizado con la política, expectativas económicas frustradas y un componente no menor de “voto identitario”, movilizado por posiciones anti-feministas. Hasta hace algunas semanas, el fenómeno Milei lograba articular un discurso público que combinaba exitosamente esas tres fuentes. Pero era una alquimia peligrosa, que podía llegar a desestabilizarse ante la más mínima variación”, advirtió el informe nacional de junio de la encuestadora Zuban Córdoba y Asociados.

Sin embargo, el dirigente libertario sigue como tercera opción electoral, mientras avanza en un proceso acelerado de desembarco en el conurbano bonaerense y en precisión del contorno ideológico. “Somos un liberalismo popular, no populista”, explica el diputado porteño Ramiro Marra, que acompañó a Milei en la última caminata por Isidro Casanova y estará en la mañana del lunes en otro predio simbólico de La Matanza. Habrá “baño de multitudes” y selfies al por mayor.

Milei sabe que para preservar competitividad electoral tendrá que seguir con una estrategia de proximidad con la gente y con fuerzas vivas del epicentro político del país: el Conurbano bonaerense. El viernes tendrá un bautismo de fuego crítico en el acto-recital que compartirá con el cumbiero El Dipy en la cancha de El Porvenir, en Gerli,. Allí, se verá la capacidad de movilización, de organización, como así también qué tipo de convivencia tendrá con factores de poder territorial en una zona gobernada por el PRO: Lanús tiene un intendente, Néstor Grindetti, en plena reconfiguración.

Fuente: Infobae

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