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China se suma a unos ejercicios militares de Rusia a gran escala en pleno desafío a Estados Unidos

INTERNACIONALES 18/08/2022 Inma BONET BAILÉN |Javier G. CUESTA
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Las tropas chinas entrenarán codo con codo con las rusas en uno de los ejercicios militares más importantes para Moscú. El Ministerio de Defensa del gigante asiático ha anunciado que el Ejército Popular de Liberación (sus Fuerzas Armadas) tomará parte en los ejercicios estratégicos Vostok 2022, unas maniobras anunciadas hace ya un año a bombo y platillo y que contarán también con soldados de India, Bielorrusia, Tayikistán y Mongolia. Sin embargo, el anquilosamiento de la guerra de Ucrania planea sobre unos ejercicios militares que eran estos últimos tiempos una exhibición de músculo de las Fuerzas Armadas rusas.

Los ejercicios tendrán lugar desde el 30 de agosto al 5 de septiembre en Rusia, en 13 lugares del Distrito Militar del Extremo Oriente. En su nota, la cartera castrense china asegura que estas pruebas conjuntas forman parte del acuerdo de cooperación bilateral entre ambas potencias y enfatiza que “no están relacionadas con la situación internacional y regional actual”. Según el texto, el objetivo es “profundizar la cooperación práctica y amistosa de los ejércitos participantes, mejorar el nivel de coordinación estratégica y reforzar la capacidad de respuesta a varias amenazas de seguridad”. La primera vez que China participó en los ejercicios de Vostok (Este, en ruso) fue en 2018, año en el que envió 3.200 soldados, 1.000 armas, 30 aviones y helicópteros.

Se trata de los primeros ejercicios militares a gran escala desde los entrenamientos con los que Rusia enmascaró su despliegue masivo en torno a Ucrania antes de lanzar su ofensiva el pasado 24 de febrero. En ellos participarán las unidades del Distrito Militar del Extremo Oriente que no han sido enviadas al frente, así como las fuerzas aerotransportadas, unas de las más castigadas al principio del conflicto, y la aviación de largo alcance.

“Preste atención a que solo una parte de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia participa en la operación militar especial (la ofensiva sobre Ucrania), y su cantidad es suficiente para cumplir con todas las tareas establecidas por el comandante en jefe supremo (Vladímir Putin)”, ha asegurado el Ministerio de Defensa en un comunicado para justificar estos ejercicios, anunciados hace un año, mientras su campaña militar se prolonga sin un horizonte claro.

Las maniobras serán dirigidas por el segundo al mando, el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, Valeri Gerásimov, que ha sido relegado a un discreto segundo plano al no aparecer en la prensa desde los primeros reveses sufridos al principio de la guerra, hace ya casi medio año.

 

Amigos, aunque a un precio

El anuncio llega tras dos semanas en las que China ha estado realizando unas maniobras militares sin precedentes alrededor de Taiwán, en respuesta a la polémica visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y, más recientemente, a la de una delegación de cinco congresistas estadounidenses. El gigante asiático, que considera Taiwán una parte inalienable de su territorio y cuya reunificación es “una misión histórica”, percibe los viajes de altos funcionarios extranjeros a la isla como un mensaje de apoyo a la independencia.

Esta semana, Putin calificó la parada de 19 horas de Pelosi en Taipéi como una “provocación cuidadosamente planeada” por parte de Estados Unidos con el único objetivo de sembrar el caos en la región. “Estados Unidos echó leña al fuego una vez más para agitar la situación en la región Asia-Pacífico”, afirmó el mandatario en un congreso sobre la estabilidad internacional donde criticó que Occidente forme sus propios bloques, como el Aukus (Australia, Reino Unido, EE. UU.), “en una analogía de la OTAN en Europa”.

El Ministerio de Exteriores de China recibió el miércoles los comentarios con entusiasmo y expresó que demuestran “una coordinación estratégica de alto nivel” y “el firme apoyo que los dos países se han brindado mutuamente en temas relacionados con sus intereses fundamentales”.

Pekín y Moscú cerraron filas frente al enemigo común, Estados Unidos, el pasado 4 de febrero en la capital china, cuando Xi Jinping recibió a su homólogo ruso antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Inverno. Aquella esperada reunión, la primera del dirigente chino cara a cara con otro mandatario desde el inicio de la pandemia, supuso una exhibición de unidad “sin precedentes” e “inquebrantable”, en palabras de ambos líderes.

Los dos países han estrechado su relación en los últimos ocho años, después de que Rusia se anexionara la península ucrania de Crimea y Pekín socorriese económica y diplomáticamente a Moscú con un acuerdo de compra de gas. Pero la declaración conjunta de febrero dio un paso de gigante en ese acercamiento, pues supuso un rechazo explícito al orden global liderado por Estados Unidos. China declaró por primera vez su oposición explícita a la expansión de la OTAN; y Rusia, al Aukus. Además, Moscú declaró que Taiwán forma parte del territorio chino, una de las grandes prioridades políticas del Gobierno de Xi. Los dos presidentes, dejaron claro que los lazos de sus gobiernos “no tienen límites”. Tanto es así que China se ha negado a criticar o respaldar públicamente la invasión rusa a Ucrania, que comenzó 20 días después de aquel encuentro.

Aunque Pekín ha criticado a los gobiernos occidentales por cortar las relaciones comerciales con Rusia, la superpotencia asiática se aprovecha esta coyuntura. “Las empresas chinas están comprando activamente materias primas porque, debido a las sanciones, Rusia se ve obligada a vender con grandes descuentos lo que solía vender a la Unión Europea”, admite el banco ruso Tinkoff en un análisis de mercados. Por su parte, las empresas metalúrgicas “a veces tienen que vender productos a China por debajo de su coste”. Las rebajas en los hidrocarburos llegan a ser de hasta el 50% respecto al mercado, según el sector.

Los de Vostok serán los segundos ejercicios conjuntos que Rusia y China realicen este año. En mayo, bombarderos de ambas naciones volaron cerca de Japón y Corea del Sur, lo que obligó a estos dos países asiáticos a desplegar sus propios cazas en respuesta. Aquellas 13 horas de maniobras coincidieron con la visita a Tokio del presidente estadounidense, Joe Biden, con motivo de una reunión de líderes del Quad (Australia, India, Japón y EE UU). Hace un año, China y Rusia llevaron a cabo unos entrenamientos conjuntos en el norte de China en los que participaron más de 10.000 soldados.

Estados Unidos también ha realizado recientemente ejercicios militares similares en varias zonas de Asia. Las tropas del ejército estadounidense han practicado en Indonesia con fuerzas aliadas, como Australia y Japón, y en Corea del Sur, donde cientos de activistas salieron a las calles de Seúl a modo de protesta.

 

Amenaza nuclear

El régimen bielorruso enviará a Vostok 2022 un destacamento testimonial para reforzar el mensaje de que Rusia cuenta con su apoyo. Unos 250 militares de una brigada mecanizada bielorrusa participarán en los ejercicios, los primeros de gran envergadura desde las maniobras de febrero, que sirvieron como plataforma para lanzar su ofensiva hacia Kiev por el frente más corto, el que cruza la región de Chernóbil. Precisamente las centrales nucleares siguen siendo utilizadas como un medio de extorsión año después. El Ministerio de Defensa ruso ha advertido de que la enorme planta de Zaporiyia podría ser bombardeada este viernes coincidiendo con la visita a Ucrania del secretario general de la ONU, António Guterres.

Una vez más, Moscú acusa a Kiev de preparar supuestas “provocaciones” para culpar a Rusia, aunque el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha denunciado que los últimos ataques lanzados contra una zona de almacenamiento de material radioactivo provinieron de las fuerzas rusas como una forma de “chantaje” contra su país. El jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, ha denunciado por su parte que el riesgo en torno a esa central, donde hay seis reactores, “es grave”.

Fuente: El País

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