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El campo quiere que la política lo deje de ver solo como fuente de recursos fiscales y exige reglas de juego claras

ECONOMÍA 13/12/2022 Juan Martín Melo*
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El campo ciertamente no está cerrando su mejor año, que se presentó como en extremo complejo y diverso en cuanto a situaciones que se vivieron durante estos 12 meses: la salida de la pandemia, el ataque de Rusia a Ucrania que hizo escalar los precios de los commodities, pero también de los costos de producción, incluyendo faltantes de insumos claves como el combustible, una severa sequía que azotó y sigue haciéndolo al grueso de las actividades agropecuarias, nuevas intervenciones a los mercados por parte del Gobierno y una macroeconomía tambaleante que nunca pudo hacer pie.

Este combo supo complejizar la producción agropecuaria de manera considerable, sin contar con ninguna clase de contención política ni mucho menos herramientas que permitan darle algo de previsibilidad al sector. Es por eso que desde la Mesa de Enlace se volvió a pedir, casi a modo de súplica, por una cambio en la visión de los gobiernos de turno hacia el campo, en el cual no solo se lo ve como una fuente de recursos inagotables, sino como una rama de la economía a potenciar.

“Soy optimista y pienso que esto puede cambiar el día que la visión de los gobiernos cambie y deje de vernos como una fuente de recursos fiscales y que piensen de que si este sector les deja el 70% de los recursos, traten de promocionarnos para ganar más plata. De la actual manera, van a reduciendo el campo de acción y cada día va a ser más complicado para nosotros y para el gobierno en recaudación”, aseguró el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, días atrás durante una jornada organizada por su entidad.

El dirigente rural sostuvo en una charla que compartió con los demás titulares de las entidades que conforman la Mesa de Enlace que “el campo siempre fue el factor de ajuste de este país, siempre se le ha echado mano cuando los números no cierran y esta vez es más grave porque la situación del país es más grave. El campo es el que más siente toda esta negatividad a la que estamos sometidos”.

“No pedimos ningún tratamiento especial, sino que reclamamos tener reglas de juego claras, lógicas y normales para que podamos crecer, invertir y producir más. No es tan difícil de entender, pero la visión que tiene el sector político para con el campo no coincide con esto, pero creo que de alguna manera hay que insistir y luchar para que ese pensamiento prenda”, afirmó Chemes.

En la misma tónica, el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, pidió al sector político dejar de lado el “egoísmo” y no repetir los errores que llevan a que no se aprovechen las oportunidades que el campo tuvo y tiene por delante. “No queremos que se vuelva a repetir, que volvamos a perder tantas oportunidades, que la política, en su conjunto, y que el pueblo con la madurez necesaria no dejen pasar la oportunidad”.

Para Achetoni, es necesario que la clase política “se despoje de egoísmo y que construyamos las políticas públicas que hacen falta venga quién venga y que se respeten, porque si no todos los días volvemos a empezar, perdemos los que nos esforzamos”, por lo que pidió que le “saquen el pie de encima al sector y, junto con la sociedad, vamos a poder tener un país diferente”.

Balance

Una de las grandes coincidencias dentro del sector agropecuario es que 2022 no pasará a la historia como bueno y cómodo, sino todo lo contrario: quedará impreso en la retina del productor como un año en extremo complejo, tanto por la coyuntura nacional e internacional, como por la severa sequía con la que tuvo y tiene todavía que convivir.

En este sentido, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, expresó que “fue año difícil, complicado y raro con la guerra, saliendo de la pandemia. Pero también fue un año complicado para el sector con más de lo mismo, con intervenciones, con un gobierno toqueteando a los mercados y eso impidió que en con la guerra Argentina haya contestado a la demanda que el mundo presentó y que por nuestros problemas internos no pudimos estar a la altura. Esta es una oportunidad más que se le pasa al país”.

No obstante, remarcó la impronta del productor y ciudadanos argentino. “También pudimos demostrar la capacidad que tenemos de hacer frente a situaciones malas, porque aún con los índices que tenemos de pobreza e inflación, los argentinos tratamos de seguir yendo para adelante. Hay que aprender de estos momentos feos, sin tocar el tema climático que hace tres años que nos viene pegando. Trabajamos como podemos y en función de lograr una Argentina mejor”.

En la misma línea, el flamante presidente de Coninagro, Elbio Laucirica, consideró que 2022 “fue un año de mucho aprendizaje y sinsabores porque no logramos todo lo que ansiábamos”, por lo que sostuvo que “se necesita una dirigencia y a la sociedad en su conjunto que empiece a tomar nota de las situaciones que estamos viviendo, y hacer las correcciones necesarias cuando volvamos a votar”.

Pero, tal como lo hizo Pino, resaltó las cualidades del hombre de campo. Por eso, opinó que “dentro de la situación que estamos viviendo, quedó en evidencia que tenemos un sector muy pujante, innovador y que cuando se le da la oportunidad puede responder ante una calamidad como una guerra. Allí podríamos ser gran parte de la solución para la seguridad alimentaria del mundo, no solo de nuestro país y esta es otra oportunidad perdida por falta de políticas”.

Política

Pero dentro de ese balance, en el cual no solo de remarcó lo complicado que resultó el 2022 para el sector y se subrayó la impronta del agro a la hora de sobreponerse a estas situaciones, también se puso sobre la mesa las falencias del campo, sobre todo en lo que concierne a su actividad política y su capacidad de influencia al momento en que se deciden las políticas agropecuarias.

“Tenemos que participar más en política, sino te invitan a hacer los anuncios y una vez que los hacen no se puede corregir nada”, dijo Achetoni, por lo que puso de relieve que el sector “se tiene que involucrar tanto desde lo gremial en la gestión, como preparando cuadros para indicar en la política directamente, así no solo podremos peticionar, sino también corregir las grandes distorsiones que se han hecho durante tanto tiempo en primera persona”.

Por su parte, Pino opinó que es necesario que la dirigencia y productor agropecuario dejen la “comodidad” del sector y se proyecten hacia la política. “Como sector somos 200.000 productores, ni hablar de todo el empleo indirecto que se genera, con cuatro millones de puestos. Es un sector muy pujante, pero tenemos que mejorar y hacer, no solo por nosotros, sino también por el país, que salgamos de nuestra zona de confort, lo que significa meterse a trabajar en una política que ayude a Argentina. Llegó el momento: hay que moverse y salir de donde nos sentimos cómodos”.

Por último, Chemes, que supo ser uno de los “agrodiputados” tras el conflicto de la Resolución 125 en 2008 y es un ferviente defensor de la participación del campo en la política, en especial en el Poder Legislativo para generar leyes, sostuvo que “no se ha tomado real conciencia de lo que ha significado la labor de la Mesa de Enlace”, durante 2022.

“Hemos sido demasiado castigados este año con críticas de nuestro propio sector que no termina de ver claramente nuestra labor, pero tampoco ven que si no hubiéramos estado, la situación sería peor. Hay mucho por hacer, pero debemos pensar con más calma y tratar de aunar criterios y fuerzas, porque tirando piedras desde afuera no vamos a llegar a un crecimiento en el sector y lograr lo que queremos”, concluyó.

* Para www.infobae.com

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