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Dólar, reservas, inflación y tasas: cómo piensa combatir Massa los frentes de tormenta en 2023

ECONOMÍA 02/01/2023 Alejandro Tejero Vacas*
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Las chances electorales del Gobierno en 2023 están -fundamentalmente- en las manos de uno de sus funcionarios: Sergio Massa. El ministro de Economía sabe que el futuro político del Frente de Todos, y el suyo propio, dependerán de cuál sea el resultado de las medidas que implemente para contener los múltiples desequilibrios económicos que heredó cuando asumió el cargo hace poco más de cinco meses.

El andar de un programa económico que hace uso de cuanta herramienta tiene disponible -desde tasa de interés y ajuste del gasto hasta un blanqueo de capitales y acuerdos de precios- tiene, además, que cumplir con los requisitos del FMI.

La semana pasada, en su última y aprobada revisión de las metas del tercer trimestre, el organismo dejó en claro que el ajuste fiscal, las tasas reales positivas y un dólar oficial que no se atrase, son sus condiciones para el año que viene. A eso se agrega la obligación de acumular dólares en las reservas, aun a costo de frenar la actividad económica.

A continuación, las claves de cada uno de los frentes de tormenta que enfrentará el Gobierno en 2023 y con qué herramientas cuenta para abordarlos:

Dólar: ¿salto moderado o crisis?

El dólar oficial está muy atrasado y, seguramente, será necesario en algún momento darle un salto para ajustarlo. Para tener una idea, el tipo de cambio de $60 que heredó Alberto Fernández al asumir como presidente correspondería a un dólar de $240 en la actualidad, si se lo ajustara por inflación. Sin embargo, el Gobierno hará todo lo posible por evitar una devaluación brusca en los próximos meses.

La tensión sobre el oficial estará definida, entonces, por lo que pase en la brecha cambiaria, sobre todo con la de los dólares bursátiles, el mecanismo predilecto de los grandes operadores del mercado para dolarizar sus carteras en episodios de crisis.

Actualmente, los dólares MEP y CCL cotizan en torno a los $340, lejos de los picos de crisis de octubre de 2020 (cuando alcanzaron los $190, hoy equivalentes a más de $600) o de julio de 2022 (cuando se dispararon hasta los $340, cifra que, ajustado por inflación, hoy equivaldría a unos $470). De hecho, durante 2022 el CCL y el MEP subieron 65%, casi 30 puntos porcentuales menos que la inflación e incluso por debajo del oficial, que escaló 72,4% en los últimos 12 meses.

Otro de los factores que anticipa un salto de la brecha es la cantidad de pesos que emitió el Banco Central en los últimos meses para rescatar títulos del Tesoro, pagar intereses de pasivos y cubrir los programas Dólar Soja 1 y 2. Según cálculos de Facimex Valores, la conversión de los pesos disponibles en la economía (efectivo en poder de la gente y de los bancos + depósitos a la vista + plazos fijos) divididos los dólares de las reservas daría un tipo de cambio en torno a los $380.

Lo más lógico sería que la brecha vuelva a ampliarse en las próximas semanas. Resta esperar si el salto es moderado y queda por debajo de los $400, o si se activa un escenario de crisis y la cotización trepa aún más.

Cómo seguirán las tasas de interés

La semana pasada, el Banco Central publicó sus metas para 2023 e hizo eje en dos cuestiones: mantener la competitividad cambiaria y que el rendimiento de los activos en pesos sea real positivo. ¿Qué quiere decir? Que la devaluación del dólar oficial no puede correr atrás de la inflación y que la tasa de interés en pesos tiene que ser más alta que lo que sube el resto de los precios.

En su última reunión de Directorio, el BCRA decidió dejar firme la tasa de política monetaria en 75%, lo que equivale a una tasa nominal mensual de 6,25%. De esta forma, se garantiza que, por primera vez en el año, los depósitos a plazo fijo le hayan ganado durante dos meses consecutivos a la inflación.

La idea del Directorio que encabeza Miguel Pesce es mantener las tasas en ese nivel, al menos hasta que la inflación muestre una desaceleración consistente por debajo del 5%. Si bien es una maniobra que afecta su balance -los intereses que debe pagar por Leliq y Pases crecen por muy arriba de la inflación-, es una de las exigencias del FMI, y de las pocas estrategias con las que cuenta para frenar la huida del peso hacia el dólar (más brecha) o los bienes y servicios (más inflación).

Inflación y reservas del BCRA

A falta de dos semanas para que el INDEC dé a conocer la inflación de diciembre, el equipo económico se entusiasma con otro dato en torno al 5%. Sería un muy buen número para el Gobierno, sobre todo si se tiene en cuenta que diciembre es un mes en el que los precios suelen recalentarse. Ni hablar si llegara a empezar con 4.

Massa dejó en claro hace varios meses que el objetivo es que, en abril, el dato "empiece con 3" y estabilizar la economía en un nivel de inflación mensual menor al 4 por ciento en adelante. El modelo coincide con la meta del Presupuesto 2023, que fija una pauta para todo el año de 60% de inflación.

Sin embargo, las estimaciones del sector privado que releva el Banco Central para los próximos 12 meses hablan de una inflación de 100,7% para el promedio de todas las consultoras, y de 106,4% para el promedio de mejores 10 pronosticadores en el último año.

La gran diferencia con sus antecesores en el cargo es que hoy Massa cuenta con un esquema mucho más aceitado y centralizado de asignación de dólares para importadores: el SIRA.

La combinación de esta herramienta con un Central que, a fuerza de Dólar Soja 1 y 2 e ingreso de (pocos) dólares por financiamiento externo, pudo sumar reservas disponibles (se alcanzó la meta fijada por el FMI), le dan al ministro chances de acordar con las empresas precios a cambio de dólares para importar.

La extensión del programa Precios Justos a 2023 indica que esa seguirá siendo la estrategia de desinflación: acomodar acuerdos de precios con pautas inflacionarias más bajas e ir acomodando el resto de las variables que controla (tasa, dólar y emisión) en el mismo sentido. La clave para que este esquema funcione es que siga habiendo dólares disponibles, algo que la sequía y un año electoral podrán a prueba en los próximos meses.

La deuda y el problema de los pesos

La reestructuración de deuda con los privados y con el FMI evitó tener que afrontar pagos de gran volumen en dólares hasta 2025. Las dudas sobre un posible default hoy no son un problema para el Gobierno. Su verdadero desafío pasa por el mercado de pesos.

El acuerdo con el FMI habilita al Gobierno a que, en 2023, el Banco Central emita hasta 0,6 puntos del PBI para financiar de forma directa gastos del Tesoro. La única vía que le queda para conseguir los pesos restantes hasta el tope de 1,9 puntos de déficit primario habilitado como techo de gasto pasa por el mercado local.

Los bancos, las aseguradoras, las empresas y, fundamentalmente, los organismos públicos (Anses, PAMI, Banco Central y otros) son los grandes tenedores de deuda del Tesoro. El año que viene -un año electoral- deberán no sólo renovar toda su deuda, sino también adquirir títulos por los restantes 1,3 puntos del PBI que el Gobierno precisará.

Si bien el Fondo habilitó una puerta trasera de financiamiento del Banco Central, que es el rescate de títulos vía mercado secundario, la Secretaría de Finanzas anunció un canje de títulos voluntario para la semana que viene, para descomprimir las tensiones y evitar intervenciones de ese tipo.

En concreto, el equipo económico quiere despejar parte de los vencimientos de deuda por 4,3 billones de pesos del primer trimestre, de los cuales cerca del 60% está en manos del sector privado. Según confiaron fuentes oficiales a iProfesional, buscan una adhesión de "entre el 60 y el 65% de los vencimientos".

Para ello ofrecerán dos canastas de títulos: una con vencimientos a más corto plazo -segundo trimestre de 2023- pero con títulos a tasa fija; y otra con títulos duales -libre elección de cobro entre tasa de inflación o de devaluación- pero con vencimiento en la segunda mitad de 2023 e, incluso, en 2024.

El resultado de esta licitación puede marcar el termómetro de un mercado en el que descansa la estabilidad del programa económico para el año que viene.

* Para www.iprofesional.com

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