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Macri irá a Rosario antes de su gran anuncio electoral, Bullrich y Vidal se acercan y Rodríguez Larreta se decide en CABA

POLÍTICA 12/03/2023 Ricardo CARPENA
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¿Serán sus últimos movimientos de alto impacto antes de anunciar que finalmente no será candidato? Nadie lo sabe con exactitud, pero Mauricio Macri volverá de su viaje a Europa dentro de una semana y el lunes 20 tiene previsto viajar a Rosario para dar un fuerte mensaje sobre la inseguridad y la lucha contra los narcos, además de reunirse con los opositores santafesinos y presentar su último libro.

El regreso del ex presidente marcará el comienzo de la batalla final de Juntos por el Cambio: entre fines de marzo y mediados de abril despejará la gran incógnita sobre su futuro y a partir de entonces se podrá reordenar la interna del PRO y, a su vez, de toda la coalición opositora para encarar las PASO.

 
Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich confían en que Macri no será candidato. Les dio claras señales en ese sentido durante sus encuentros veraniegos en Cumelén. Y, a la vez, entendieron que el ex mandatario no expresará su favoritismo por ningún precandidato presidencial, aunque no será neutral: seguirá bajando línea acerca de lo que considera necesario hacer en el próximo gobierno.

En el exterior, el ex presidente no se desentendió de la interna. Sigue en contacto con los referentes del PRO y algunos de la UCR. Dicen que se rió con ganas cuando le comentaron que Gerardo Morales, el titular del radicalismo, dijo que él había estado detrás de la impactante foto de Bullrich en la Fiesta de la Vendimia con correligionarios rebeldes y un operador “antigrieta” como Emilio Monzó.

La misma sospecha tienen algunos operadores del larretismo, convencidos de que la imparcialidad de Macri no es cierta porque se dedicó a cimentar el terreno para el fortalecimiento de la candidatura de Bullrich. Casualidad o no, casi todos los que en las últimas semanas se reunieron con el fundador del PRO terminaron abrazados con la ex ministra de Seguridad: desde Gustavo Valdés y Rodrigo de Loredo hasta Ricardo López Murphy, pasando por Facundo Manes. Sólo falta Lionel Messi.

Cerca del ex jefe del Estado están eufóricos. Creen que, más allá de haber recuperado la centralidad política, Macri mejoró sensiblemente en las encuestas: “Está seguro de que puede ganar las PASO y las elecciones presidenciales, pero no cree que después pueda gobernar”, dice alguien de su entorno. Lo que quiere decir es que el ex presidente piensa que sus socios de JxC, tanto el radicalismo como la Coalición Cívica, no apoyarían su idea de aplicar medidas drásticas para las reformas que hacen falta.

Macri fue acumulando poder interno a partir de su predicamento entre todos los dirigentes opositores. Ni la más dialoguista de las “palomas” se resistió a ir a verlo o sacarse una foto con él. Hay un problema: el ex mandatario sabe que apenas anuncie que no será candidato comenzará a perder poder. Y esa disminución de su influencia será irreversible cuando haya un ganador en las PASO. ¿En qué tipo de líder se convertirá desde entonces? ¿Dejará hacer al triunfador o le marcará la cancha?

El escenario electoral del PRO aparece muy desordenado en distritos clave como la ciudad de Buenos Aires o la provincia de Buenos Aires. La definición de Macri ayudará a destrabar las internas. Algunos dirigentes imaginan que finalmente habrá un acuerdo entre los máximos referentes del partido a partir del cual, por ejemplo, Jorge Macri -apoyado por el ex presidente y por Bullrich- será el candidato único del PRO en CABA y Diego Santilli -respaldado por Larreta-, el postulante en terreno bonaerense.

Un entendimiento de ese tipo implicaría que Macri, Bullrich, Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal se sienten a negociar la paz y consensúen esquemas de poder y nombres de candidatos en aquellos dos distritos. ¿Por qué no lo hicieron hasta ahora y dejaron que siguiera creciendo una interna feroz? “Porque la sensación de Macri candidato contaminó todo y generó desconfianzas”, contestó un dirigente del PRO curtido en mil batallas electorales. Con o sin definición del ex mandatario, los presidenciables empiezan la sintonía fina en materia de alianzas y de postulaciones afines.

Bullrich, por ejemplo, tiene previsto elegir a su candidato a gobernador bonaerense de manera inminente. “Dentro de 15 días tiene que estar resuelto”, advierten algunos de su equipo. Otros hablan de un mes. Néstor Grindetti, uno de los postulantes de su espacio, le recomendó que no perdiera más tiempo así no dispersan los esfuerzos en la provincia. El intendente de Lanús, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel son los que están en carrera. ¿Sobre qué parámetros se tomará una decisión tan crucial? Se usarán los números de las encuestas y también otros criterios, como quién encaja políticamente mejor con el perfil de la candidata presidencial o quién le asegura más territorialidad.

Quienes rodean a la ex ministra de Seguridad creen que la definición bonaerense permitirá enfocarse mejor en la competencia con el larretista Santilli para las PASO: el hecho de que haya 3 precandidatos a gobernador impide trasladar a alguno la intención de voto que tiene Bullrich en la provincia.

Hay quienes no descartan que el elegido de Bullrich termine siendo Cristian Ritondo. El jefe del bloque de diputados del PRO es el que mejor mide en las encuestas después de Santilli. Hace 15 días, en el mayor de los sigilos, Bullrich se reunió con Vidal, la principal promotora de la candidatura a gobernador de Ritondo. No es el primer encuentro que tienen lejos de las cámaras. Desde ambos lados afirman que no se habló de la pelea bonaerense, pero sí que se consolidó un clima favorable hacia algún acuerdo político. La foto de las dos se concretará luego del casamiento de Vidal, el 25 de marzo.

Sería uno de los peores golpes para Rodríguez Larreta. Vidal sigue siendo su amiga, por más que la ex gobernadora ratificó su candidatura presidencial y se acomodó bajo el ala de Macri. A nadie se le escapó un dato sugestivo: el mismo día en que el jefe de Gobierno lanzó la postulación al cargo por el que sueña desde que era chico, Vidal posaba con Macri en su nuevo comando de campaña. “Horacio lo sabía, pero María Eugenia no podía mover la fecha para la foto por la agenda de Mauricio”, explica alguien que tiene trato con los dos. Aun así, fue interpretado como una señal de autonomía. Un eventual acuerdo Bullrich-Vidal, con Ritondo como candidato común, sería mucho más que una señal.

Vidal se apalanca en el apoyo de Macri, pero con un armado propio: por algo apadrinó el salto a la política de un periodista de prestigio como Mario Markic, a quien convenció de postularse para la gobernación de Santa Cruz. Markic, quien comenzará a recorrer la provincia, le confió a su entorno que no se meterá en la interna del PRO y que también está dispuesto a reunirse con Macri y Rodríguez Larreta. Lo mismo hará con los distintos referentes de la coalición opositora en Santa Cruz.

Bullrich se está afianzando en el imaginario de campaña como una candidata que sigue creciendo. Más allá de las encuestas, algunas de las cuales la favorecen a ella y otras a Rodríguez Larreta, lo que está demostrando la jefa del PRO es una capacidad de generar hechos políticos que resulta clave en este tramo de la campaña. Una demostración clara fue la impactante postal política en Mendoza, cuando la candidata presidencial posó con radicales como Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Facundo y Gastón Manes, Carolina Losada, Rodrigo de Loredo, Luis Naidenoff y Mariana Juri, a quienes se sumó Emilio Monzó, el diputado nacional de JxC y operador “antigrieta” que hasta hoy no se definía por nadie (aunque dos de sus dirigentes afines, Sebastián García de Luca y Nicolás Massot, están integrados desde hace meses al equipo bullrichista e incluso cobraron un mayor protagonismo).

Se sumó hace 48 horas el anuncio de un acuerdo entre Bullrich y López Murphy para trabajar juntos e integrar sus equipos. Hasta ahora, el diputado liberal no daba indicios de salirse del entendimiento que había alcanzado con Rodríguez Larreta para las elecciones legislativas de 20221, por el cual compitió en las PASO porteñas dentro de JxC y, tras una muy buena elección, accedió a su banca desde el cuarto lugar de la lista de diputados nacionales, dándole al larretismo la cuota liberal de la que carecía.

Allegados a Bullrich dejan entrever que los operadores larretistas intentaron frenar aquel acuerdo mediante la propuesta de alentar la formación de una “superfórmula” liberal, que pudiera quitarle votos a Javier Milei, con José Luis Espert como candidato presidencial, secundado por Roberto García Moritán, y con el propio López Murphy postulado para la Jefatura de Gobierno porteña. Sin embargo, el líder de Republicanos Unidos aceptó la oferta de su compañera de gabinete del gobierno de la Alianza. No está claro qué pasará con la competencia para suceder a Larreta: Bullrich no puede dejar de apoyar a Jorge Macri en la ciudad. ¿Y si López Murphy se bajara de la pelea porteña? El flamante acuerdo tiene un núcleo político en firme, pero aún existen incógnitas electorales sin resolver.

En el comando de campaña del alcalde porteño le quitan importancia al anuncio de su adversaria interna y advierten que no sólo “no le suma demasiado” en términos de electorado a Bullrich, en la misma frecuencia ideológica que López Murphy, sino que también le generará ruidos con Jorge Macri, el candidato a jefe de Gobierno de la ciudad que apadrinan el ex presidente y la titular del PRO.

Rodríguez Larreta reaccionó a su manera ante la fuerte iniciativa política de Bullrich. Anunció la eliminación del impuesto a las tarjetas de crédito, reforzó el endurecimiento de su discurso y procuró tener sus propias fotos con radicales: en sólo tres días posó con Morales, Valdés y Martín Lousteau, e incluso en Corrientes estuvo a punto de hacerlo con Carolina Losada, pero a último momento se canceló un acto en la ciudad Reconquista. En su mesa política manejan encuestas que le resultan favorables, e incluso señalan que la intención de voto mejora para el jefe de Gobierno cuando los sondeos se realizan de manera presencial. Aunque son mucho más caros, son a los que apostarán desde ahora. No está contemplado ningún cambio de estrategia electoral ni volantazo de campaña para compensar las fotos y los acuerdos que fue enhebrando su rival del PRO en una semana. “La decisión es que Horacio se diferencie lo máximo posible de Patricia”, admite uno de sus estrategas.

Es cierto que los mismos radicales que se mostraron con Bullrich en Mendoza se volvieron a ver las caras el miércoles pasado en la sucursal del Banco Corrientes, en CABA, y negaron un objetivo antilarretista: “No estamos en contra de nadie y menos de Horacio. Sí estamos en desacuerdo con un estilo de conducción inconsulto de Gerardo (Morales)”, coinciden a coro en la UCR rebelde.

Rodríguez Larreta estuvo reunido este sábado con Emmanuel Ferrario, el vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, en medio de versiones de que el joven diputado del PRO estaría a punto de bajarse de la candidatura a jefe de Gobierno. Ni hablaron del tema. La campaña del ferrarismo se mantiene. El alcalde porteño no se aparta de su estrategia de promover tres postulaciones en la ciudad. Sus otros candidatos se afianzan: Fernán Quirós ya recorre las calles acompañado por figuras de la Coalición Cívica como Elisa Carrió y Maximiliano Ferraro, mientras Soledad Acuña volvió muy activa de su licencia por maternidad y tampoco da muestras de querer apartarse de la disputa electoral.

En el larretismo entienden que no pasará mucho tiempo para que sólo quede en firme la candidatura de Quirós, el que mejor mide en las encuestas, como competidor de Jorge Macri. Sigue resultando imposible que el PRO vaya a las PASO contra Lousteau con el voto dividido y se arriesgue a perder. Es otro de los frentes internos que el regreso de Macri ayudaría a resolver. Todos esperan que Rodríguez Larreta negocie con el ex presidente para bajar sus 3 candidatos porteños a cambio de algo.

Donde parece complejo cualquier negociación es en Mendoza: el jefe de Gobierno decidió sacarle su apoyo al díscolo Omar De Marchi, que quiere competir por afuera con el radical Alfredo Cornejo por la gobernación, pero el diputado larretista se resiste y desafía a su jefe político. ¿Por qué Rodríguez Larreta no confirma a los cuatro vientos que no respalda a De Marchi? ¿Jugar en silencio no lo desgasta más? La pelea mendocina lo hizo anticipar su visita a la Fiesta de la Vendimia. Si no lo hubiera hecho, seguramente Bullrich no se habría quedado con la única foto sugestiva del fin de semana pasado.

La jefa del PRO no para: viajó a Miami para dar una charla en la Universidad de La Florida, reunirse con nicaragüenses expulsados de su país por el régimen de Daniel Ortega y hablar con 3 inversores norteamericanos que quieren conocerla. A su regreso, dejará la agenda política y volverá al contacto con la gente. Sólo hará un paréntesis la semana que viene: tiene previsto viajar a Córdoba, donde quizá coincida con Macri. ¿Será para anunciar el acuerdo entre Luis Juez y Rodrigo de Loredo? Es la foto que tampoco quiere perderse Rodríguez Larreta. La tierra cordobesa puede hacer el milagro de resolver una interna de JxC sin rupturas y de producir una foto que esta vez incluya a casi todos.

Fuente: Infobae

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