Vranicich, la única mujer de la terna para la fiscalía general de Santa Fe

Además de ser uno de los casos policiales argentinos más resonantes de la primera década de este siglo, la causa por la muerte de Natalia Fraticelli terminó con un fallo que se estudia aún hoy en las cátedras de derecho procesal penal: la Corte Suprema anuló el fallo de segunda instancia de la justicia de Santa Fe que confirmaba la condena contra el padre y la madre de la víctima, Carlos Fraticelli y Graciela Dieser, porque dos de los camaristas ya habían intervenido en otras instancias del proceso, poniendo en duda su capacidad de examinar el caso sin prejuzgamientos.

El caso Fraticelli fue la primera conexión de María Cecilia Vranicich con la línea de alta tensión mediática. La auditora general de gestión del Ministerio Público de la Acusación (MPA) participó de la defensa de Dieser, y logró que la madre de la víctima sea absuelta por el crimen. Ahora, tras un largo periplo por cargos ejecutivos siempre relacionados con la carrera judicial y a punto de terminar su mandato como auditora, es una de las candidatas a ocupar la fiscalía general de Santa Fe, única mujer en la terna compartida Javier Beltramone y Roberto Prieu Mántaras.

Abogada y discípula de Héctor Superti, un referente del derecho procesal penal que también fue ministro de Justicia de Hermes Binner y asesor de Antonio Bonfatti, quienes conocen de cerca la actividad de Vranicich la definen como “estudiosa, con contracción al trabajo, una persona de diálogo, lo que significa que interacciona con el resto de los actores institucionales pero tiene una gran independencia y autonomía”. De hecho, cuenta en su haber con varios trabajos doctrinarios y es docente de la cátedra de procesal penal en la Facultad de Derecho de la UNR.

Apuntada como la candidata que mejor le cae al socialismo, Vranicich edificó la etapa ejecutiva en su carrera durante las gestiones provinciales del partido de la rosa. Tras trabajar con él en su estudio jurídico, Superti la nombró directora provincial de Asistencia y Aontrol Post penitenciario, a cargo de gestionar la reinserción social de las personas privadas de libertad al salir de la cárcel, durante el gobierno de Binner. Desde allí también tuvo un rol en el tribunal evaluador de los primeros concursos para formar el MPA, en plena implementación del sistema acusatorio en Santa Fe.

Sin embargo, su aporte más importante fue como secretaria de Transformación de Sistemas Judiciales, cargo que ocupó durante la administración Bonfatti y desde donde comandó la implementación del nuevo Código Procesal Penal. Con Superti rondando como asesor, su papel fue clave para apuntalar un esquema de juzgamiento de los delitos en el que las fiscalías tomaron el control de las investigaciones. Por esa época, también presidió el Consejo de la Magistratura santafesino, interviniendo en los nombramientos tanto de fiscales como de defensores públicos.

En 2017, cuando era asesora de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, concursó para quedarse con la auditoría general de gestión del MPA, que en ese momento estaba vacante. Compartió la terna final con dos nombres importantes: Matías Drivet, hoy camarista penal en Rafaela, y María Eugenia Iribarren, la fiscal regional interina de Rosario que piloteó la tormenta causada por la caída de Patricio Serjal. Su nombramiento no tuvo votos en contra y contó solo con ocho abstenciones, del peronismo, el progresismo y la izquierda, producto de discrepancias con el concurso en general.

La Auditoría General de Gestión del MPA es un órgano interno cuya función es controlar el funcionamiento de las fiscalías e investigar las denuncias contra fiscales y personal de los organismos. Es decir que Vranicich intervino en cada uno de los conflictos que involucraron a fiscales de Santa Fe durante los últimos años. Desde el proceso que culminó con la destitución del fiscal regional rosarino Patricio Serjal hasta los coletazos de la causa por espionaje contra el exministro de Seguridad Marcelo Sain, en todos participó desde su rol de investigadora.

Con Sain se cruzó públicamente en el marco de la investigación contra Débora Cotichini, jefa de inteligencia de la zona sur del Organismo de Investigaciones, acusada de realizar tareas de espionaje ilegal y filtrar esa información al exministro. El exministro la defendió, habló de una “maniobra política” en represalia por haber dirigido la unidad “más activa, eficiente y profunda contra las estructuras de poder que amparan o son socias de la criminalidad compleja”. Vranicich se defendió: dijo que la auditoría investigaba “con objetividad” y que la falta investigada era “intolerable”.

Otra denuncia de alto voltaje en la que intervino Vranicich fue en la que le hizo el ministro de la Corte Suprema de la provincia, Rafael Gutiérrez, al fiscal Matías Edery, que había declarado que la inclusión en la Junta Provincial de Seguridad del senador Armando Traferri, investigado justamente por Edery por nexos con el juego clandestino, era “una burla” y lo había definido como “gente de” Gutiérrez. El tema puede tener implicancias actuales: el juez de la Corte es señalado como el padrino de la candidatura de un rival de Vranicich, Roberto Prieu Mántaras.

Su rol dentro del MPA es destacado por quienes empujan su candidatura, que lo ven como una ventaja relativa con respecto a sus dos rivales de terna, el mencionado Prieu Mántaras y Javier Beltramone, ambos camaristas. “Ser auditora le ha permitido conocer las cinco unidades, el buen desempeño y el mal desempeño de los fiscales y las cosas que hay que corregir y mejorar”, explica una fuente legislativa que la ve con buenos ojos.

Los que pudieron acceder a su examen ante el jurado elogian su solidez. “Tiene una visión estratégica y entiende la lógica institucional del MPA”, apuntan en un sector de la oposición. “Hizo hincapié en las investigaciones por delitos complejos, en la atención a las víctimas y en funcionar coordinadamente con las cinco unidades, que no se manejen de manera aisladas”, detallan, en relación a las regionales de Santa Fe, Rosario, Venado Tuerto, Reconquista y Rafaela. “Es un perfil interesante”, reconocen en otro espacio no peronista.

En el caso de acceder al cargo de fiscal general de Santa Fe, Vranicich sería la primera mujer en desempeñarse en ese rol. Al compartir terna con dos hombres, ambos camaristas apuntados por algunos fallos sin perspectiva de género, su hipotético nombramiento es el único que podría romper ese techo de cristal en el órgano de los fiscales. Ya hay reclamos en ese sentido: diputadas provinciales de distintos bloques se pronunciaron pidiéndole al gobernador Perotti que envíe pliegos de mujeres no solo para la renovación de cargos del MPA, sino también del servicio público provincial de la defensa.

Además de quedar segunda en el orden de mérito de la terna por la fiscalía general, detrás de Prieu Mántaras y delante de Beltramone, Vranicich participó y obtuvo el primer lugar en los concursos por la fiscalía regional de Rosario y por la auditoría general de gestión, cargo que ya ocupa. Si el gobernador Omar Perotti cumple con el criterio de mandar los pliegos de los primeros de cada concurso, quedaría afuera de la rosca por la fiscalía general pero sería la mejor posicionada para Rosario.

En el gran arco opositor todos la elogian y descartan que si no logra quedarse con la fiscalía general, lo hará con la de Rosario. El socialismo la banca, el espacio del diputado radical Maximiliano Pullaro habla bien de ella y el sector de Julián Galdeano, si bien se inclina por otro candidato, la ve con buenos ojos. El problema se dará si Perotti envía el pliego de Prieu Mántaras para fiscal general, que no tendría acuerdo legislativo, y el de Vranicich para Rosario. En esa hipotética situación, enfrentará un dilema: asegurarse Rosario o quedar mano a mano con Beltramone por la general.

FUENTE: LETRAP.COM.AR