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Fede Bal, confesional: el viaje que lo alejó del foco mediático tras su escandalosa separación y la terapia que lo ayuda a modificar errores

ESPECTÁCULO 03/04/2023 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior

“Cuando uno se va de viaje se lleva también los problemas. No es que irse hace que dejes de pensar”.

Fede Bal habla con pausa, tranquilo, sin apuro por sacarse de encima ningún tema. No evita eludir preguntas y responde todo lo que se le consulta. Como lo hizo siempre. Está acostumbrado a trabajar en el medio y respeta a quien está del otro lado. Atiende a Teleshow desde su casa, a donde regresó hace menos de una semana después de haber viajado un mes por Europa haciendo lo que él considera “el mejor trabajo de su vida”: comenzó su segundo año al frente de Resto del Mundo, cuya temporada número 20 comienza este domingo a las 23 por El Trece.

Semanas atrás, cuando emprendió el primero de los muchos viajes que le quedan por hacer este año, el actor se fue de la Argentina en medio de un torbellino mediático y una fuerte crisis sentimental: su entonces novia, Sofía Aldrey, había descubierto mensajes con otras mujeres, algunas de ellas, famosas. Se separaron en medio de un escándalo, ella abandonó la casa del actor en Ingeniero Maschwitz y él decidió bajar el perfil mediático y abocarse a su actividad laboral.

“Yo soy el mismo de siempre, intento meter la cabeza en el trabajo y estar más tranquilo”, dice Fede y cuenta que comenzó terapia con un psicólogo al que ve de manera presencial cuando se encuentra en Buenos Aires y a través de videollamada cuando está en el exterior, para no perder la continuidad con el profesional. “Me hace muy bien”, remarca sobre las sesiones. “También estoy cerca de mis amigos, que siempre fueron mi cable a tierra”, agrega sobre el círculo de contención en el que incluye a su madre, Carmen Barbieri, que estuvo a su lado todo el tiempo, de manera incondicional.

“Necesitaba estar soltero y ocuparme más que nada de mí. Lo estoy haciendo después de mucho tiempo. La temporada fue un exitazo, me tuvo muy ocupado. Volví, hice una valija y me fui de viaje. Ahora estoy volviendo a la rutina porque dentro de cuatro, cinco semanas volvemos a viajar, no hay mucho tiempo para acomodarse. Por eso, aprovecho para ver a mi gente, estar con mi perro, vivir las situaciones de la diaria que había perdido. Hace mucho no estaba en casa”, continúa Fede y agrega que no tiene intenciones de formar una pareja en un futuro cercano. “Lo que necesito es esto: enfocarme en el trabajo porque me consume demasiado”.

Al respecto, indica que “hay que tener tiempo para el amor” y que él ahora está abocado a sus actividades laborales. “La vida se ocupará de mostrarme cuándo podría volver a estar en pareja. Por el momento, no lo siento y está mejor así. Tengo muchas cosas que trabajar para estar bien conmigo”, sostiene y vuelve a referirse a las sesiones de terapia, las cuales elige destacarlas como “charlas”: “Poder hablar con alguien de temas personales, y tener la seguridad y confianza con un psicólogo que me ayude a ver un poco algunas acciones y momentos del pasado para poder cambiar lo que me lastima a mí y a los demás. No sé cómo es ser buen novio. Estoy intentando aprender”. Fede y Sofía no volvieron a hablar luego de su separación, y el actor elige quedarse con lo lindo de su relación, los tres años que estuvieron juntos, y no con el desenlace: “Acá no hay más que una linda historia y un final bastante triste”.

Al conductor le cambia la voz cuando habla del trabajo, se lo nota entusiasmado por el debut de la nueva temporada de Resto del Mundo, en cuyo primer programa se verán sus aventuras por Praga, la capital de la República Checa, y la ciudad a la que describe como “una de las más lindas del mundo”. Destaca que de día se disfruta mucho de los museos y la vista de los castillos y los puentes, y expresa su sorpresa sobre la diferencia en la noche: “Nos volvimos locos porque cambia rotundamente”. Mostraron las distintas opciones que hay tanto para ir a comer como para ir a bailar. “Hay mucha libertad en cuanto a lo sexual, es una de esas ciudades en donde puede pasar de todo”, advierte.

También recorrieron Berlín, Ámsterdam, París y muchas ciudades de los alrededores como Karlovy Vary, Gouda, entre otras. “Buscamos mostrarle al público argentino lo que es viajar conmigo, intentando salir de lo común, de los típicos museos y capitales. Encontrarnos con argentinos que viven en el mundo y que nos cuenten su visión, qué hacen, qué comen; o agarrar el auto e ir hasta un pueblo desconocido en donde la gente va al parque a comer queso de su granja y su pan casero. Es increíble, es combinar el placer de viajar con el de trabajar”, destaca y adelanta que habrá una sorpresa para el público que sigue el programa desde hace 20 años: sortearán un viaje para que lo acompañen a Fede a algún destino.

Dentro de un mes, Fede volverá a hacer las valijas para seguir viajando y mostrando las distintas atracciones que ofrece cada ciudad del mundo. Pero esta vez, se irá con más equipaje ya que cuando termine las grabaciones del programa se quedará un tiempo más visitando a amigos que viven en España: aprovecharán que para ese momento hará calor para recorrer las playas de Barcelona, Ibiza y Mallorca.

“No puedo quejarme porque es el mejor trabajo del mundo, pero el laburo es realmente agotador. No son las típicas vacaciones que uno se puede imaginar. Nos levantamos a las seis o siete de la mañana para desayunar y a las ocho ya estamos grabando en la calle, son largas jornadas porque también mostramos las actividades nocturnas”, cuenta quien colecciona stickers de cada lugar que visita y los va pegando en una valija.

Por caso, su plan original era quedarse ahora en España, pero decidió cambiar por el clima. “Además, hace mucho que no estaba en mi casa, en un lugar fijo y en paz”, agrega.

Después del accidente que Fede sufrió en Brasil el año pasado, en el que cayó de un parapente y tuvo una fractura expuesta en su brazo y lesiones múltiples, confiesa que le quedaron algunas sensaciones encontradas sobre alturas. “Pero lo voy a tener que superar porque en este programa hacemos locuras”, se dijo a sí mismo y se desafió al subir a un columpio desde la terraza de un edificio que daba a un precipicio: “No lo disfruté demasiado -se sincera- porque me quedó un poco ese miedo a las alturas, pero de a poco lo voy a ir pasando. No quiero que me quede marcado”.

Además, sostiene que su personalidad “es estar al límite”, pero que el accidente le hizo tomar ciertos recaudos: “Estoy más grande, no quiero hacer boludeces y terminar internado un mes. Hay que cuidarse también”.

Por su parte, recuerda que a sus 33 años aprendió a andar en bicicleta durante su viaje por Europa. “Mis viejos siempre intentaron enseñarme cuando era chico, pero nunca pude, no tuve esa capacidad, nací sin esa habilidad. Tal vez es lo más fácil, pero no tengo equilibrio”, asegura quien encontró en Ámsterdam una bicicleta con dos ruedas adelante y se animó a subirse. “Me agarró un amor eterno, fue una locura”, remarca sobre aquella experiencia.

Mientras lo espera un año con muchos viajes por delante, Fede Bal ya tiene proyectos laborales para la segunda mitad del año y el verano siguiente: en septiembre estará algunas semanas en la calle Corrientes con Kinky Boots -espectáculo que arrasó en el verano pasado en Villa Carlos Paz- y luego llevará la obra a Mar del Plata a la temporada teatral 2024.

También hubo algunas charlas informales para hacer una comedia junto a Julio Chavez, pero se trata de un proyecto “muy verde” -según las palabras del actor- que todavía no está confirmado por ambas partes ya que tienen que lograr coincidir sus agendas con sus respectivas actividades laborales. “Ojalá se de”, se muestra entusiasmado el conductor y adelanta que el proyecto “viene de una película europea que todavía no se hizo en teatro”.

FUENTE: INFOBAE.COM

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