Maximiliano Pullaro se pasó la semana con el cuerpo y la cabeza en Buenos Aires. Actor protagónico de la negociación fina del texto de la ley ómnibus, el gobernador de Santa Fe peleó a destajo por sus intereses y cerró el viernes dándole un espaldarazo al gobierno nacional y al presidente Javier Milei al ser uno de los primeros mandatarios en bancar el retiro del capítulo fiscal del megaproyecto. Con la decisión de la Casa Rosada, el radical obtiene un colchón para imponer condiciones en su territorio. La mesa paritaria, teatro de operaciones del “ajuste” que desplegará el jefe de la Casa Gris.
Sobre la noche del viernes, después del discurso del ministro Toto Caputo, Pullaro salió a bancar. “Nos va a permitir trabajar juntos en equilibrar las cuentas de la Nación y de las provincias y que este ajuste que tiene que venir a la Argentina no los paguen ni la producción ni los que menos tienen”, soltó el gobernador en declaraciones al canal público de Santa Fe. Jugador, el gobernador no sólo celebró el retiro del capítulo fiscal: también bendijo el ajuste.
Antes, durante el día, había estado más de una vez en contacto con el ministro de Interior, Guillermo Francos, habitual puente político de la Casa Rosada con el gobernador. Pullaro le presentó un paquete de medidas para sustituir el aumento de retenciones y el ajuste de las jubilaciones. Francos luego recibió en su propio despacho a Caputo, donde se terminó de delinear el retiro de las medidas fiscales.
Pullaro, como viene contando Letra P, está ingresando en un escenario de conflicto con los sindicatos docentes, públicos y privados. Acordado con sus pares de la Región Centro, el mandatario santafesino no concederá más de lo que tiene en caja y no repetirá los aumentos por cláusula gatillo que regía hasta 2023. La ecuación se centrará en los recursos disponibles y no en el índice de inflación, en no gastar lo que el Estado –el santafesino en este caso– no tiene.
De esta manera, Pullaro encuentra un cobijo, un halo protector que rige para él y todas las provincias del país. La Nación es quien impone las condiciones y dicta el escenario. Al menos por los próximos meses, en Santa Fe no se pagará más de la cuenta. En el segundo semestre, cuando se estima que la cosecha de granos bata récords y la economía se enderece, puede que sea otra la historia, pero no por el momento.
El arte de primerear
“Ponemos nuestros equipos a disposición para encontrar los puntos intermedios y de esa manera que Argentina pueda salir adelante como todos esperamos”, cerró Pullaro este viernes, desde Cosquín, donde fue a acompañar a la delegación santafesina que participó del festival folclórico. Escoltado por la socialista Clara García y la vicegobernadora PRO, Gisela Scaglia, salió a primerear.
No es la primera vez que lo hace. Pullaro tiene la particularidad de ganar visibilidad nacional de manera sencilla, hasta natural. La problemática del narcotráfico lo aqueja hasta en términos personales y familiares, pero sabe –él y su equipo– estar en el centro.
En el sinuoso periplo de Milei por lograr la aprobación de la ley ómnibus, Pullaro ganó el centro de escena más de una vez. Para meter la cuchara en el inciso biocombustibles, para eliminar retenciones y ahora para apurarse en festejar la decisión de Caputo.
En este caso particular, no sólo se vale de herramientas para medirse con los gremios, sino que también sienta precedentes en la mesa de gobernadores de Juntos por el Cambio, un espacio que con no pocas dificultades trata de mantenerse homogéneo. Así como conduce fronteras adentro de la provincia, también pugna por comandar en temas de la agenda nacional que lo involucran.
Con informacion de Letra P.