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De Quilmes a ser compañero de Lionel Messi en Inter Miami: la historia de Nicolás Stefanelli

DEPORTES Omar EDEN
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Ya en Hungría, en donde será parte del Fehérvár FC, Nicolás Stefanelli mantiene la emoción que le provocó haber sido compañero de Lionel Messi en el Inter Miami. El delantero de 29 años, que nació en Quilmes y que surgió futbolísticamente en Defensa y Justicia, nunca imaginó que su trayecto en el fútbol, el cual llegó a desviarse por Estocolmo, Chipre y Santiago de Chile, lo iba a cruzar en el camino del, probablemente, mejor jugador de toda la historia.

Al respecto, le cuenta a Bolavip con lujos de detalles cómo fue su experiencia al lado de un Leo que, por cierto, aterrizó en el elenco norteamericano a tan solo algunas semanas de haber alzado la Copa del Mundo en Qatar.

-¿Cómo van estos primeros días de mudanza desde Miami a Budapest?

–Llegamos el martes 30 de enero así que estamos buscando casa, porque encima estoy en un hotel del club, que queda como a 50 minutos en auto de Budapest. Estoy todo el día en la calle buscando en dónde acomodarnos. Yo y mi mujer ya tenemos cancha con esto de las mudanzas.

-¿Cómo se dio todo para que llegaras al Fehérvár FC?

-Es un club con historia, jugó una final de la Copa de Europa con el Real Madrid. Me gustó el proyecto porque me llamó el técnico que tuve en el AIK de Suecia, en uno de los mejores años de mi carrera, en donde nos entendimos bien. Tengo mucha confianza con él.

-¿Por qué decidiste irte del Inter Miami?

-Yo arranqué jugando. Después, con esto de la lesión, estuve dos meses parado. Hubo cambio de técnico y llegaron los monstruos estos. Y, bueno, uno volviendo de la lesión, ya el último tramo del torneo era difícil hacerse un lugar. Al ver que iba a ser el cuarto o quinto delantero, tomé la decisión de salir a jugar. Porque está todo bien, pero uno quiere jugar al fútbol. Sí, disfruté mucho de lo que fue Miami, el haber compartido con los mejores jugadores, pero sentía ese vacío de querer jugar.

-Vos llegaste con Phil Neville. Que te haya pedido otro entrenador, ¿tuvo que ver en tus pocos minutos con Gerardo Martino?

–Es que encima cuando vino yo estuve dos meses lesionado. Cuando me recuperé estaba todo duro por lo que es la rehabilitación de una lesión de tobillo. Pero con el Tata bien, la verdad. Con él y su cuerpo técnico, unos fenómenos de personas. Sabe mucho tácticamente, la verdad la mejor. Él y su cuerpo técnico siempre de frente, nunca un problema, por lo menos conmigo, se portaron muy bien.

-¿Cómo fue el momento de tu negociación con el Inter Miami?

–Yo estaba terminando la temporada en Suecia y me llega un ofrecimiento. Mi agente me dice que era de la MLS y después me contó que era del Inter Miami. Yo le decía que me gustaba la idea y que empiecen a hablar entre los clubes. Siempre quise ir a la MLS para tener la experiencia. Pero justo estaba por nacer mi segundo nene, entonces como que tenía la cabeza mitad y mitad. Hasta que bueno, en un momento yo pensé que se había caído la negociación y dije, bueno, ya está. Y de la nada llega la oferta y sale todo bien.

-¿Y qué te contaban del Inter Miami en ese entonces? Porque cuando llegaste en enero del 2023, el club no era para nada lo que empezó a ser desde junio con la incorporación de Leo…

-En ese entonces me contó cómo era el club. Pero lo que me llamó la atención fue que en la reunión, yo todavía sin dar el ok, sentía que me querían convencer con el proyecto. Entonces ahí me tiran “seguramente en junio va a venir Leo”. Y les digo, “¿qué Leo?”. “Messi”, me dicen. “Naaa… Mentira. Me están cargando”. “No, no, si estamos avanzado”. Y yo después me quedé y dije “éste me está diciendo esto para que yo firme de cabeza”. Pero quedó ahí. Bueno, pasó un mes, nació mi segundo nene y terminamos firmando. Así que agarramos todas las cosas de Suecia y nos fuimos para allá…

-¿Pero no te quedó en la cabeza eso de que pudieses ser compañero de Lionel Messi?

–No, porque aparte todo eso fue cuando estaba por arrancar la Copa del Mundo y Leo estaba en el PSG. Qué iba a saber yo que iba a caer ahí. Pero bueno, pasó. Además, antes que arranque el Mundial estaba para seguir en París o irse al Manchester City, Barcelona.

-O sea durante tus primeras semanas en el Inter Miami no te dijeron más nada de Leo…

–Es que nosotros como que no veíamos ningún indicio ni nada. Eran rumores y hasta pensaba que no iba a pasar. Como que no lo veíamos posible. Pasaron los primeros cinco meses, arrancamos medio mal y se seguía rumoreando de esto de dónde iba a jugar Messi. Y después se empezó a hacer cada vez más grande.

-¿Y cómo fue el momento preciso en el que te enteraste que Messi iba a jugar en el Inter Miami?

-No me olvido más de ese día. Estábamos concentrados para un partido por la Copa de Estados Unidos contra un equipo de Segunda. Yo estaba en la habitación y de repente vemos en la televisión una entrevista de Messi. Y dice “tomamos la decisión con mi familia que vamos a ir a Miami”. Yo estaba con Franco Negri, con mi compañero de habitación, nos miramos y… Te juro, no nos hablamos como por diez minutos. Como que no caíamos por la situación. Era como… Mentira qué va a venir… No, es mentira que dijo eso. Lo mirábamos de nuevo. Decíamos… “¡Dale, no puede ser!”.

-O sea no fue una comunicación interna del club ni nada. Literalmente te enteraste por la televisión como cualquier otro en el planeta.

–Por la tele nos enteramos. Incluso nadie confirmaba nada porque se ve que los papeles no estaban firmados y no querían decir nada. Y lo dijo él. Eran las 12 del mediodía en Miami. Nosotros teníamos que dormir la siesta porque jugábamos a las 19. No dormimos nada. Yo estaba sin poder pegar un ojo. Era increíble.

-Y el WhatsApp imagino que explotado…

–Me explotaba el teléfono, me explotaba… ¡Me explotaba! Lo dejé y lo agarré después del partido. Le mandé mensaje a mi mujer, le mandé mensaje a mis viejos, los llamé y hablamos de eso, que era una locura, y lo dejé. Lo agarré recién después del partido y no te puedo explicar la cantidad de mensajes. No, no, no. Increíble.

-Pero desde afuera parece extraño que nadie del club haya dicho nada o que mínimo cuando te cruzabas a David Beckham, por los rumores que se escuchaban, no le hayan consultada nada.

-No, no, porque los dueños casi nunca están en el día a día con los jugadores. O sea, capaz que nos cruzábamos en un día de partido, pero muy poco. Las veces que lo habíamos cruzado se tocaba apenas el tema, pero no se sabía. Yo le pregunté una vez y me respondió “sí, tuvimos conversaciones, la verdad, súper positivas”. Pero no es que él me lo confirmó algo. Realmente nunca lo dimensioné hasta el día que él lo dijo. Y después también me pasó, cuando él lo dijo, que dije algo va a pasar y este no va a venir. Porque él salía de vacaciones y después se sumaba, creo que un mes y medio después. Hasta el día que lo vi, como que no caí.

-¿Y cómo fue el primer cara a cara?

-A mí me pasa que en ese momento me lesiono y los lesionados tenían un programa que iban más temprano al club. Yo estaba en el vestuario solo tomando mate y… Claro, no se sabía cuándo iba a llegar. Entonces estaba en el vestuario, escucho la puerta y enseguida se sienten voces de nenes. Dije “acá llegó”. Llegó con los hijos, entraron, y a los cinco segundos entró él.

-¿Cómo se saludaron?

-Estuve un mes preguntándome “¿cómo lo saludo? ¿Le doy la mano? ¿Le doy un beso? ¿Le doy un abrazo? ¿Qué hago?” Así que nada. Ahí, bien, normal. Tuvimos una conversación y enseguida empezás a normalizar cosas que no tendrían que ser normales. Le dije “hola, leo, ¿cómo estás?”. Le pregunté cuándo había llegado. Después empezó a hacer exámenes y se entrenaba más temprano, porque no podía hacerlo todavía con nosotros porque no se estaban firmados los papeles.

-¿Llegó con su familia?

-Sí, y con las personas que lo ayudan.

-¿Ya te conocía?

-Sí, yo creo que sí. Ya conocía casi todo, más siendo argentino. Un 10 como persona. Mucho más grande de lo que es como jugador.

-¿Cómo era en el día a día?

-Natural. Lo teníamos en un grupo de WhatsApp. Y después, llegaron Busquets y Jordi Alba, que bueno, ahí ellos manejaban todo. Pero la verdad, un 10 como personas, un 10 cómo se manejaron con todo el plantel, ellos siendo nuevos y siendo lo que son como jugadores.

-Estaba a seis, siete meses de ser campeón del mundo. Como argentino, ¿no lo mataste a preguntas? ¿Le agradeciste?

-Sí, lo matamos preguntas… Me pasó una vez de estar tomando mate y hablando de cosas y pensar “esto es una locura”. Pero él ya debe saber lo que es para los argentinos. Hablamos de la Copa del Mundo, de la alegría que nos hizo vivir. Pero traté de dirigirme como un compañero. Lo tratás así, de esa manera. Sacás al argentino. Porque si no, le estarías pidiendo fotos todo el tiempo. Pero igual, sí, le preguntamos de todo.

-Se dijo hasta el cansancio que se lo notaba feliz. Desde adentro, ¿se veía eso mismo?

-Sí, yo creo que lo está disfrutando. Él y su familia. Creo que con sus gestos te das cuenta cómo está. Como que no puede guardarse las cosas. Creo que si ponés al Messi de Francia y al Messi de Miami, son dos caras totalmente distintas. Yo creo que sí, lo está disfrutando. Bueno, ahora llegó Lucho Suárez, que están todo el día juntos. Son como hermanos. Nada más lindo que eso.

-Estaba a seis, siete meses de ser campeón del mundo. Como argentino, ¿no lo mataste a preguntas? ¿Le agradeciste?

-Sí, lo matamos preguntas… Me pasó una vez de estar tomando mate y hablando de cosas y pensar “esto es una locura”. Pero él ya debe saber lo que es para los argentinos. Hablamos de la Copa del Mundo, de la alegría que nos hizo vivir. Pero traté de dirigirme como un compañero. Lo tratás así, de esa manera. Sacás al argentino. Porque si no, le estarías pidiendo fotos todo el tiempo. Pero igual, sí, le preguntamos de todo.

-Se dijo hasta el cansancio que se lo notaba feliz. Desde adentro, ¿se veía eso mismo?

-Sí, yo creo que lo está disfrutando. Él y su familia. Creo que con sus gestos te das cuenta cómo está. Como que no puede guardarse las cosas. Creo que si ponés al Messi de Francia y al Messi de Miami, son dos caras totalmente distintas. Yo creo que sí, lo está disfrutando. Bueno, ahora llegó Lucho Suárez, que están todo el día juntos. Son como hermanos. Nada más lindo que eso.

-Pasando a David Beckham. En el último tiempo llegaron varios argentinos al Inter Miami. ¿Le agarró simpatía al futbolista argentino?

-Yo creo que le gusta la forma de la mentalidad de la Argentina con el fútbol. Pero bueno, a mí lo loco que me pasó con él es que te diga hola, buen día, así en español, porque sabe bastante de español. Es muy culto, le gusta aprender y seguramente aprendió el español y la cultura argentina.

-¿Tu balance en el Inter Miami cuál es?

-Empecé jugando, el equipo en general anduvo bien y después cuando empezó a levantar me tocó la lesión. Pero la verdad uno lo toma como algo positivo, como otra experiencia más. Pude terminar los últimos partidos jugando, compartiendo cancha con Leo y eso es lo que no me voy a olvidar nunca.

-Por otro lado, ¿pensás en regresar a la Argentina? ¿De quién sos hincha?

-Creo que no lo sabe mucha gente. Me gusta Huracán, seguí a Huracán de chico por la familia de mi vieja. En esa locura siempre me acuerdo cuando estaba en Villa Dálmine, que Huracán jugaba con Defensor Sporting y desde Campana eran cuatro horas hasta Ccapital. Había una peña, me hice amigo de los pibes y me fui con ellos. Le dije al Huevo Rondina… “Huevo, mirá que me voy a ver al Globo, vuelvo mañana para entrenar”. Al otro día estaba muerto.

–¿Entonces te gustaría jugar en Huracán?

-No lo sé. De chico si me preguntaban sí me hubiera gustado, te decía que sí. Ahora también, pero bueno, uno sabe que está la familia primero, están los nenes, pero se verá. Me gusta estar en el presente. Estamos en Hungría y lo queremos disfrutar al máximo.

 

 

Fuente: bolavip

 

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