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Eduardo Toniolli: "Este Gobierno pretende destruir cualquier atisbo de movilidad social ascendente"

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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Eduardo Toniolli afirma que el transporte está en una situación límite: “En el interior, el boleto llegará a los $1200, ya se nota una merma en el servicio en determinados horarios, los usuarios tienen que buscar una alternativa para movilizarse y se empieza a ver más motos con tres personas encima, algo muy peligroso en materia de seguridad vial”, relató. Además, el diputado nacional aseguró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) que el peronismo se tiene que "bancar el desierto de la representación" y evitar caer en una compulsión por buscar liderazgos: “Hay que convertir la crisis en una oportunidad para abrir las puertas en los ámbitos de conducción a las representaciones sociales organizadas a las que el peronismo en muchas oportunidades le dio la espalda".

Eduardo Toniolli es diputado nacional, secretario general del PJ de Santa Fe y dirigente del Movimiento Evita.

¿Qué cree que sucederá con los subsidios al transporte?

Desde que asumió, el Gobierno no mandó un solo peso en concepto de subsidios al interior del país vía fondo compensador. Lo único que sostuvo fueron los atributos sociales de la SUBE tanto en el interior como en el AMBA, y mantuvo los subsidios vía compensación al AMBA, que es donde está el grueso de las líneas interjurisdiccionales que están a cargo del Estado, es decir, las que empiezan en Capital Federal y terminan en el conurbano o viceversa. 

Esto ha sometido al transporte en el interior del país a una situación límite, lo advertimos cuando arrancó este proceso, y cuando fuimos a la Justicia en febrero para intentar evitar que esto se consolidara, dijimos que lo primero que iban a hacer los gobiernos locales en el caso del transporte urbana, y los gobiernos provinciales en el caso del transporte interurbano, era aumentar el boleto. En Rosario, Santa Fe o en Córdoba, el boleto cuesta $940, con vistas a irse a $1200 dentro de poco. También anunciamos que las empresas, para que les cierren los números, iban a sacar colectivos de la calles y de las rutas, algo que también sucedió. 

Estas dos cuestiones implican una caída importante de usuarios, algo que ya podemos observar con números en la mano. Hay una brutal caída de usuarios en el sistema de transporte urbano de la ciudad de Rosario. Esto es un problema para el usuario que tiene que buscar una alternativa para movilizarse y se empiezan a ver más motos con tres personas encima, algo muy peligroso en materia de seguridad vial. También es un problema para los sistemas de transporte que cada vez tienen menos usuarios y van derecho a la quiebra. 

Elizabeth Peger: También hay relevamientos en la ciudad de Buenos Aires que indican que cayó el uso del subte en un 24% interanual, además de un 6% en los colectivos. ¿Podemos esperar que se acreciente la situación en la Ciudad y la Provincia a partir de la decisión del Gobierno de quitar los subsidios? 

En el mundo hay dos tipos de países, los que subsidian su transporte público por los altos costos que implica el sostenimiento y la operación de los servicios, ya sea colectivos y trenes, y por otro lado los países que no tienen transporte público. No hay opciones intermedias. No hay un solo país en el mundo con transporte público donde el Estado no tenga un rol en el financiamiento del sistema. 

Por supuesto que hay otros países donde lo que reina es el transporte privado de pasajeros como las combis, los pequeños colectivos y los autos particulares haciendo un recorrido acordado con el usuario con costos altísimos y sin ningún tipo de seguridad. No hay país en el mundo con un sistema digno de transporte público que no tenga intervención del Estado. Si el Estado decide retirarse, lo que nos espera es un caos en la movilidad de los argentinos y será mucho más grave para los grandes conurbanos donde hay hasta millones de personas que van y vienen diariamente a la ciudad de Buenos Aires para trabajar o estudiar. La vida ha sido ordenada a través del tiempo de esa manera, imagínense lo que podría suceder si de un día para el otro quitan los subsidios. 

El día martes, Victoria Villarruel planteó la idea de reabrir causas vinculadas Montoneros y su accionar durante la última dictadura militar, mientras que Cristina Kirchner acusó a José Mayans por insinuar que la vicepresidenta podría ser peronista. ¿A quienes miran con cariño la figura de Villarruel en el peronismo?

El peronismo se tiene que bancar el desierto de la representación y evitar caer en una compulsión por buscar liderazgos para intentar aplacar la crisis que está atravesando. Hay que bancarse la crisis, convertirla en una oportunidad para abrir las puertas en los ámbitos de conducción a las representaciones sociales organizadas a las que el peronismo en muchas oportunidades le dio la espalda y pensó que podía construir un proyecto político de desarrollo nacional sin incorporar a quienes tienen que ser, no sólo sus beneficiarios, sino también sus principales protagonistas, es decir, los trabajadores, los sectores populares, etc. Hay que dejar esa compulsión por ir rápidamente a buscar la síntesis, la figura, alguien que resuelva todos los problemas. 

En esa compulsión, aparecen planteos bizarros, por ser benévolos, buscando el calorcito de una figura que está en el poder como Victoria Villarruel, y otras figuras que son más cercanas al peronismo, pero tampoco resuelven la conducción del conjunto. Hoy, no hay nadie que tenga la capacidad de conducir al conjunto al peronismo, del movimiento nacional y las fuerzas aliadas. Hay que bancarse eso y reconstruirse de abajo para arriba. 

Si se mantuvo unido el bloque de diputados nacionales de Unión por la Patria cuando nadie daba dos pesos no fue por un liderazgo, fue porque en las primeras reuniones las tuvimos con la CGT, la CTA, la UTEP, las organizaciones sociales y el mundo de la cultura, es decir, con un enorme entramado laboral, productivo, cultural y de la educación y la salud, que se referencian en el peronismo y que nos exigen unidad y cohesión frente a este momento de agresión de un régimen profundamente antinacional, antifederal y antiobrero.  Parafraseando a un dirigente sindical de no muy grata trayectoria: "Hay que dejar de decir boludeces por dos años y enfocar la cabeza en el pueblo".

¿Existe la posibilidad de abrirse a alianzas circunstanciales con sectores del centro?

En defensa de los intereses de nuestro pueblo y como cordón sanitario frente a este proyecto profundamente regresivo, antinacional, reprimarizante de nuestra estructura económica y extranjerizante de nuestros recursos estratégicos, el peronismo tiene que hacer todos los esfuerzos para construir la unidad más amplia posible. Ese es el ejercicio que intentamos hacer en el Congreso de la Nación.  El tiempo dirá si eso se traslada a alianzas políticas mucho más estables y que tengan un rebote en el plano electoral. 

El año que viene hay un proceso electoral legislativo que no es nacional, sino por jurisdicciones. Creo que hay que hacer el mayor esfuerzo posible por construir mayorías sociales y políticas para poner un freno a esta locura que nos quiere llevar el gobierno de Javier Milei que intenta subvertir todos los acuerdos previos, criterios y todas las cosas buenas que alguna vez hicieron grande a la Argentina, en otras cosas, la movilidad social ascendente. Este Gobierno pretende destruir cualquier atisbo de movilidad social ascendente y la defensa no le compete sólo al peronismo, el radicalismo y otras fuerzas políticas también tienen una larga trayectoria como movimientos populares. 

Tiene que haber un amplio acuerdo transversal, profundo y federal para defender todo lo que alguna vez hizo grande a la Argentina y a sus trabajadores.

¿Qué lugar debería ocupar Cristina Fernández de Kirchner?

Lo que marcaba antes no era que no había líderes claros, sino que no había un sólo liderazgo que contenga al conjunto del peronismo. Liderazgos hay muchos, uno es el de la ex presidenta, y seguramente represente a un número mayor de dirigentes políticos, sectores y representaciones territoriales. No es el único liderazgo, y cada uno tiene que ocupar un lugar determinado pero no puede sintetizar al resto ni negarlo.

Las figuras importantes del peronismo tienen que ser figuras de acompañamiento. Nadie se jubila en política y tampoco es bueno que lo hagan, pero hay que componer una estructura donde todos tengan un lugar de acuerdo al peso que tengan  y no tengo dudas de que Cristina tiene un peso enorme dentro del peronismo. Hay muchos otros liderazgos y muchos emergentes. 

Lo importante es que los espacios de conducción del peronismo sean cada vez más parecidos a lo que el peronismo quiere expresar. Los trabajadores, los sectores excluidos que se organizan en los movimientos sociales, los jóvenes deben integrar la estructura del peronismo. Nadie puede hacerlo por ellos. Si el peronismo se parece en su estructura de conducción a quienes quiere expresar, va a encontrar la salida de forma más rápida y puntos de acuerdo programáticos. Si el peronismo se convierte en una fuerza en la que quienes conducen son solamente políticos profesionales que se hablan a sí mismo y que suben fotos de políticos hablando con políticos, le va a ir mal.

Con información de www.perfil.com

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