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Eduardo Amadeo: "Estoy de acuerdo con el veto"

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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En el marco de la segunda marcha universitaria y el veto del Presidente al financiamiento universitario, Eduardo Amadeo reafirmó su apoyo a la idea de arancelar la universidad y otorgar becas a quienes no puedan pagar. Además, dijo que las universidades deben ser autocríticas y cuestionar si no deben administrarse de mejor manera y dar una mejor educación, ya que "sólo 28 de 100 estudiantes logran graduarse". “En la universidad argentina la gratuidad absoluta favorece a los ricos y perjudica a los pobres”, expresó en La Previa de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Eduardo Amadeo es economista y fue diputado nacional por el PRO.

Alejandro Gomel: El Dibu Martínez se lució en la victoria del Aston Villa, ¿nos falta un Dibu en el Gobierno?

Después de los elogios, de conocerlo al Dibu y las ganas de ser mejor, nos falta un Dibu a todos los argentinos. Tiene un espíritu de competencia y de mejorar que me parece fantástico. La verdad es que es un tipo espectacular. 

AG: ¿Qué le queda de toda la jornada de ayer? Con una marcha que se multiplicó en todo el país, el Gobierno que está firme y de hecho salió publicado a medianoche el Boletín Oficial con el veto a la ley universitaria. ¿Qué reflexión le merece?

Toda la discusión parece girar alrededor de la plata. Entonces, ¿cuánta plata le vamos a dar a las universidades? Porque las universidades públicas son tan buenas, tan importantes, tan centrales para el desarrollo social de Argentina, que se lo merecen. Y las cifras no lo dicen. Las cifras dicen que las universidades argentinas están detrás de universidades parecidas a las universidades públicas de países como Chile, Uruguay y Brasil. Solamente 1 de cada 10 chicos pobres llegan a la universidad pública en Argentina, y los que, como yo, mandamos a nuestros hijos a las escuelas privadas, cuando los chicos fueron a la universidad pública no tuvieron que pagar. La universidad pública se niega a cobrar a los hijos de aquellos que podrían pagar.

Los niveles de graduación de la universidad pública argentina están entre los peores de América Latina. La duración promedio de las carreras en Argentina está muy lejos de los cuatro años que se gradúan los chicos en Brasil o en Chile. En Argentina los chicos tardan, en promedio, nueve años en graduarse.

AG: Pero la UBA sigue estando ahí en niveles fuertes.

Sí, yo vi esta mañana eso. Pero a mí, la verdad, no me importa. A ver, en Argentina cada 100 ingresantes se gradúan 28. En Chile cada 100 chicos que entran a la universidad se gradúan 71. En Brasil cada 100 chicos que entran a la universidad se gradúan 58.

Elizabeth Peger: ¿Usted cree que esto es un problema de la universidad o un problema que tenemos en el nivel de educación secundaria?, porque me parece que hay un arrastre. Recién usted mencionaba el tema de los chicos pobres que efectivamente ingresan a la universidad, es mínimo, es del 12%. Esto tiene que ver con una realidad y con problemas educativos que arrastran desde la escuela primaria y se profundizan seriamente en la escuela secundaria. De hecho, cuando llegan a la universidad, los que pueden llegar, en muchos casos abandonan, porque no tienen las facultades necesarias para poder rendir, sobre todo en las universidades públicas, donde por ahí la exigencia es un poco mayor.

Comparto absolutamente con usted. La universidad es el final de un sistema educativo destruido. Ahora, la universidad pública no hace nada para corregirlo. En Uruguay, si usted va a la universidad, se gradúa y tiene que pagar por 20 años una cuota, no muy importante, que se dedica a becas para ayudar a los pobres que entran a la universidad. En la universidad argentina la gratuidad absoluta favorece a los ricos y perjudica a los pobres.

EP: ¿Usted está planteando algún esquema por lo menos de arancelamiento?

Absolutamente. Está bien que la Constitución habla de la gratuidad de la educación universitaria, pero algo se puede inventar, porque no podemos tener un discurso progresista sobre la universidad y excluir a los pobres.

Insisto, usted tiene razón, pero hay que buscar mecanismos en todos los países que nos rodean. Hay mecanismos de seguimiento y apoyo a los más pobres para que puedan seguir. En Argentina no. La universidad no se dedica no solamente a ayudar a que los pobres puedan entrar, porque podría hacerse con becas.

EP: Viendo la foto de ayer ( por el miércoles ), de esta marcha tan contundente, en la que el reclamo no es solamente el presupuesto, sino la defensa de la universidad pública y gratuita además, ¿cree que la sociedad argentina está lista para dar el debate de la discusión? Porque también estas discusiones me parece que requieren cierto consenso social...

Me parece buenísimo que se inicie la discusión. Otra de las diferencias que yo tengo con la marcha de ayer es que la única discusión es el financiamiento y la gratuidad, cuando hay muchísimas otras cuestiones dentro de la educación pública universitaria que deben ser discutidas. Y los que armaron y dirigieron la concentración de ayer, no aceptan esta conversación. No aceptan que la universidad pueda ser auditada, que las universidades rindan sus gastos y que sean controlados los intereses de las universidades.

Los dirigentes de la universidad pública argentina dicen que lo único que tienen que hacer es darles el dinero que están pidiendo. Ahora, a cambio de eso, ¿qué cambios van a hacer en la universidad pública argentina para mejorar los niveles de excelencia y de equidad?

EP: ¿La solución está en el arancelamiento?

No, no solamente. El arancelamiento es para que los ricos paguen a los pobres la universidad pública. Pero, por ejemplo, en la universidad argentina, la mitad de los estudiantes no aprueba más de una materia cuatrimestral por año. Entonces, ¿está bien que los argentinos paguemos la universidad pública para que los estudiantes no aprueben más de una materia cuatrimestral después de estar un año? ¿Qué hace la universidad para mejorar los niveles de aprobación y de graduación? 

Creo que el tema no es solamente el financiamiento, sino que la universidad acepte discutir con el resto de la sociedad cómo va a mejorar. Lo que vimos ayer es que son perfectos, hacen todo bien, son esenciales para la sociedad, con eso estoy absolutamente de acuerdo, que son esenciales, y que no tienen que mejorar nada mientras el resto de la sociedad está haciendo un esfuerzo enorme en todos los sentidos.

EP: No conocía su opinión y me ha impactado un poquito...

¿Pero no les parece que es razonable?

EP: No comparto la idea del arancelamiento, porque insisto en que el problema educativo en la Argentina no está en la universidad, sino que está en las escuelas secundarias...

Pero cuando yo digo arancelamiento no digo arancelamiento para todos, hablo de aquellas familias cuyos hijos fueron a escuelas privadas. Cuando van a la universidad pública, tienen que pagar lo mismo que pagaban cuando estaban en la escuela privada, y ese dinero debe usarse para hacer una beca para que los pobres puedan entrar a la universidad. A mí eso me parece muy razonable.

AG: Es una discusión interesante y hay que abrirla, pero lo primero que plantea la universidad es garantizar los sueldos docentes.

Sí, eso sin duda.

AG: ¿Es una cuestión más política del Gobierno no dar el brazo a torcer? Porque los números dan, no es un presupuesto que se va. ¿Es un tema más político que presupuestario? ¿Cómo lo ve?

Hay un tema político importante, pero insisto.

A ver, otra cosa para discutir: ¿Argentina tiene que tener la cantidad de universidades que tiene? Ayer había un artículo de algunos diarios donde decía que si usted toma el ferrocarril San Martín en cada una de las estaciones, o los primeros 20 kilómetros, hay una universidad diferente por estación. Está la de Tres de Febrero, la de San Martín, etc. El gobierno kirchnerista ha abierto universidades por todos lados sin evaluar la calidad y la necesidad.

Mi punto, y perdón que estoy muy incentivado para conversar sobre esto, es que necesitamos plata, pero necesitamos también mirar para adentro y ver si no tenemos que administrar mejor.

EP: ¿Usted está de acuerdo entonces con el veto decidido por el presidente?

Sí, estoy de acuerdo, porque además necesitamos mantener la equidad y la estabilidad fiscal. El peor enemigo de los pobres y los argentinos es la inflación y el desorden fiscal. Si nosotros entramos de vuelta en una situación de desorden fiscal, vamos a retomar de vuelta la inflación, que es por lejos el peor enemigo de los pobres.

Entonces, mi argumento es que necesitamos equilibrio fiscal y la universidad tiene que sentarse, mirar para adentro, dejar de decir que es intocable y conversar de qué manera mejora. 

AG: Cerramos como empezamos, ¿Dibu Martínez o Fillol? ¿O Gatti o Amadeo Carrizo?

Cuando doy mi apellido en algún lado digo Amadeo como Carrizo, porque soy hincha de River. 

Con información de www.perfil.com

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