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Javier Milei va por todo

OPINIÓN Marcelo Falak*
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La determinación del temario de las sesiones extraordinarias del Congreso es potestad del Poder Ejecutivo. Que lo legal haga inobjetable la praxis oficial no significa que carezca de un sentido político: Javier Milei parece lanzarse a una estrategia de todo o nada en el año electoral… y tiene buenas chances de que la jugada le salga bien.

Los gestos del Gobierno sugieren que el temario hará a su interés más crudo. De concretarse las versiones que surgen de la Casa Rosada, no hay señales de disposición a negociar nada con los propios y, curiosamente, sí de pactar alguna cosa con los ajenos –el peronismo–, aunque siempre sirviendo a la idea del todo o nada.

Es así que la apertura de esa caja negra del ajuste que es el proyecto de Presupuesto 2025 no sería abierta, para disgusto de los gobernadores de lo que fue Juntos por el Cambio (JxC) –y algunos más–, que, contra toda evidencia, no dejan de confiar en la voluntad del Presidente de escucharlos para luego desengañarse y volver a creer.

Si las cosas se dieran así, Milei quedaría con las manos desatadas para gobernar haciendo un uso absolutamente discrecional del dinero público, dado que administraría el país en base a recursos tributarios previstos en el Presupuesto de 2022, que ya fue prorrogado este año, esto es con un camión con acoplado de recursos nominales no previstos producidos por la gigantesca inflación del bienio.

Tampoco, según dice La Nación, le daría el gusto a la pretensión de la angosta avenida del "oficialismo del cambio" de colar iniciativas propias como el juicio en ausencia –resistido por parte de los familiares de las víctimas de AMIA–, la aplicación de la reincidencia como agravante para las penas y la proscriptiva Ficha Limpia.

Sí, en cambio, entraría en extraordinarias el proyecto de ley "antimafias", que agravaría las condenas por narcotráfico y crimen organizado. El tema cobra especial actualidad tras la difusión de un video en el que un grupo de encapuchados fuertemente armados prometió el domingo regar muertos en Buenos Aires y en toda Santa Fe.

Patricia Bullrich, acusada por los enmascarados de haber negociado la paz con las bandas de Rosario y protegido a "su banda", prometió desarticular esa presunta célula. Amenazado junto a ella, Maximiliano Pullaro presentó una narrativa con diferencias de la nacional, básicamente al poner en duda la veracidad del video en cuestión.

A algunos suspicaces les llamó la atención que los mafiosos dijeran "vamos por todo" y que hasta pidieran políticas sociales para los jóvenes, casi como si alguien les hubiese guionado mal un discurso camporista.

Realidad o montaje, grave.

¿Javier Milei tiene la sartén por el mango?

Lo dijo el propio Milei y tiene razón: es toda una rareza que un gobierno encare un año electoral con la motosierra prendida sobre el escritorio del despacho presidencial. Lo que no dice es la otra mitad de esa verdad: que los recursos excedentes que deje el eventual Presupuesto 2022 prorrogado le permitirían distribuir premios y castigos tan pronto como en abril o mayo, cuando comience la campaña electoral.

El modo de lograrlo es indigesto, pero efectivo: "Le pusimos un candado al equilibrio fiscal y nos tragamos la llave", definió el jefe de Estado. Otra vez, la mitad de una verdad: el mercado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el segmento del Círculo Rojo que lo acompaña por convicción, miedo o pulsión tanática le reclaman que el ajuste se institucionalice, cosa que él por ahora no logra pese a su dominancia política.

¿Qué implicaría "institucionalizar el ajuste"? Hacerlo permanente y a prueba de futuros gobiernos, aceptado formalmente por el grueso del sistema político, tanto en lo partidario como en lo territorial, algo así como el compromiso fiscal que se dio Brasil en los albores del Plan Real de Fernando Henrique Cardoso y se mantiene hasta hoy.

Gobernar dos años sin Presupuesto no podría estar más lejos de eso.

Cuidado: Javier Milei con motosierra encendida

Lo del funcionamiento de la motosierra es tan cierto que este lunes se anunció el corte total de la cobertura de medicamentos del PAMI al 100%, con excepción de los jubilados que tramiten certificado de pobreza. La retahíla de golpes que el Gobierno le asesta a la clase media que alguna vez fue debe ser récord mundial.

Al menos según lo que indica la mayoría de las encuestas, nada de eso roza por ahora la ponderación social de la figura de Milei.

Es cierto que otros sondeos arrojan números opuestos, con mayoría de rechazos.

¿Dónde estará la verdad? Sin duda, dentro de las urnas.

Mientras se espera ese momento, los vaivenes de la popularidad del ultraderechista parecen compadecerse con los de la inflación: cuando ese índice baja, todo sacrificio parece valer la pena. Así, cabe preguntarse cómo será el cierre del año para el Presidente dado que los IPC de noviembre y diciembre parecen destinados a subir un poco e instalarse otra vez en torno al 3%, según proyecciones de consultoras privadas.

PASO sincronizado con CFK

El proyecto oficial para suprimir las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) es del gusto del peronismo, pero no así el resto de lo más relevante de la reforma electoral: la financiación enteramente privada y sin límites de las campañas electorales, destinada a convertir la tironeada democracia argentina en una plutocracia en toda la regla. Allí, todo lo indica, caducan los acuerdos tácitos o explícitos.

Lo de las PASO les conviene a los dos dueños de los polos de la política argentina actual: Milei y Cristina Fernández de Kirchner.

Sin primarias, el Presidente contaría con inmejorables condiciones para ofrecerle a Mauricio Macri y a la UCR opoficialista dos alternativas de suicidio político: a través de la rendición y entrega de nombres para las listas a sola satisfacción de Milei Hermanos o a través de una quijotada independiente que no parece tener clientela.

La exmandataria, por su parte, podría aprovechar al máximo desde la jefatura del Partido Justicialista el poder de la lapicera para dosificar la graduación del disenso en las listas legislativas. La presencia o ausencia relativa del kicillofismo naciente en ellas será una buena medida de qué planes tiene para la presidencial de 2027.

Así, el riesgo de una nueva fragmentación del peronismo está latente. Todo ganancia para Milei; ¿también para Cristina? Mostrar qué tiene cada sector podría servirle a ella como medida para discusiones futuras, aunque el límite estará dado por la necesidad imperiosa de no tensar al extremo de poner en peligro la madre de todas las batallas –que serán 24–: la de la provincia de Buenos Aires.

Karina Milei, Santiago Caputo y la lapicera

Nadie le va a discutir el uso de la lapicera al jefe de Estado o, mejor dicho, a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, dueña del flamante sello nacional de La Libertad Avanza (LLA). Eso no quita que haya también allí, donde parecen sobrar los recursos del poder, reyertas internas sordas e incluso impensadas.

El acto con el que el streamer y agitador Daniel Parisini, alias Gordo Dan, presentó a la agrupación Las Fuerzas del Cielo como el "brazo armado" de LLA y "guardia pretoriana" del "líder" causó ruido interno. El discurso violento y la escenografía fascista, verosímil physique du rol, no son los mejores mecanismos para ganar votos, pero, según los no tan jóvenes tuiteros, les sirvió para hacerse notar.

Una de las pocas cosas relevantes que dijo Parisini en ese evento fue que los tuiteros debían dar pelea para ser parte de las listas de la ultraderecha.

"Con las redes no alcanza. Hay que ocupar todos los espacios, hay que meterse en la política, tenemos que construir nuestros propios candidatos para llenar las listas, construir nuestros propios dirigentes, nuestros defensores (tanto) en la gestión como en la batalla cultural", dijo Dan esa tarde nauseabunda de San Miguel.

Si todo eso irritó a Karina M. y los suyos, puede advertirse allí un nodo de tensión con el vértice restante del "triángulo de hierro": el jefe de Gabinete blue Santiago Caputo, asesor sin firma ni –presume él– responsabilidades legales.

No fue menor que Caputo haya aparecido en Carajo, el canal de streaming del mencionado Dan, para simplemente comerse una "banana de Mandrilandia". Con ese gesto –verdaderamente inusual en un hombre casi sin rostro ni voz ante la sociedad, y que se desarrolló en penumbras–, Caputo no sólo bendijo a Parisini y su retórica homofóbica, que también cautiva al Presidente, sino que tendió su manto protector sobre una forma de comunicación de violencias, fake news y amedrentamientos que, con asombroso paralelo, funcionó en el Brasil de Jair Bolsonaro bajo el nombre de Oficina del Odio.

También hizo suyos, claro, los reclamos de lugares propios en las listas por venir.

El test de la Corte Suprema

Sin que medie –se supone– una inclusión del tratamiento de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en un eventual llamado a sesiones extraordinarias, pareciera que Milei se dispone a dar el paso de nombrarlos por decreto y en comisión.

Juan Rezzano trata en Letra Plos antecedentes históricos en los que se basa la media biblioteca que lee el Gobierno para argumentar que eso no es vandalismo institucional.

"Ya en diciembre de 2015", cuando Mauricio Macri intentó hacer lo propio hasta toparse con el rechazo abierto de la propia Corte Suprema y del grueso del Senado, "la práctica de los Mitre, los Avellaneda, los Juárez Celman, los Pellegrini y los Figueroa Alcorta era un dinosaurio muerto al que Milei intenta hacerle RCP en el fragor de la batalla que libra con el Congreso, una piedra –piedrita– en el zapato de su revolución liberal".

Con todo, hay otra biblioteca que considera su aplicación, en este tiempo y coyuntura, un abuso y un avance peligroso sobre la división de poderes. Como las escuelas jurídicas sirven básicamente para justificar lo que el poder político desea hacer, conviene atender consideraciones, justamente, políticas.

La falta del consenso necesario –los dos tercios de la cámara alta que prescribe la Constitución– en torno a esos nombres no es fruto de la mala onda. Sobre Lijo pesa un CV cuestionable y sobre García-Mansilla, un talante fuertemente conservador, a gusto de una minoría política y social. Así, nada le impediría a Milei proponer otros nombres de consenso a fin de normalizar, por vías institucionales, la composición de una Corte que quedará el mes que viene con sólo tres integrantes.

Urgencia no hay –el tribunal puede funcionar con esa composición y con el eventual complemento de conjueces– y, en todo caso, para eso están las sesiones extraordinarias. No convocarlas para ese fin y aprovecharse del receso para invocar precedentes decimonónicos, cuando las chances de traslado de los senadores no eran las actuales, sería un atajo para no consensuar nada. En otros términos, para hacer un uso autoritario del poder.

Sería, vale insistir, una demostración más de la vocación oficial por deslizarse desde su derechismo radical conocido hasta ahora hacia uno nuevo, extremo, temible y no democrático. De ir por todo.

* Para www.letrap.com.ar

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