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Cómo actuaba la banda de "La curandera", la jefa narco que vivía en Guadalupe

Vanesa Marcela "Mae" Saravia conducía además un templo umbanda. Vivía en Echagüe al 6200 desde donde manejaba un negocio millonario que traficaba droga para, al menos, 30 puntos de venta

SUCESO 06/12/2019 Ana COHEN
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Vanesa Marcela "Mae" Saravia, conocida en la ciudad de Santa Fe como "La curandera" y responsable de un templo umbanda, fue procesada junto a su pareja por la Justicia Federal como líderes de una organización narcocriminal que distribuía droga a alta escala en al menos 30 puntos de venta de la capital provincial y otras provincias del centro del país.

Además, el juez federal de Santa Fe Reinaldo Rubén Rodríguez, en el marco de la pesquisa que llevó adelante el fiscal Jorge Gustavo Onel, procesó a otras seis personas en el marco del secuestro de 147 kilos de cocaína tras una serie de allanamientos realizados el pasado 7 de noviembre en una casa ubicada en Echagüe al 6200 en barrio Guadalupe. Esa droga fue valuada por los pesquisas entre 75 y 150 millones de pesos en función de la pureza de la cocaína.

"La curandera", dijeron los investigadores, encabezaba una banda que ganó terreno a partir de la caída en desgracia de sus competidores en el mercado: Vicente Pignata (su mentor, quien aún está prófugo), el rosarino Luis Paz, la banda mixta comandada por Eduardo Oscar "Cabezón" Baigoría, Luis Ángel "Coco" Bergallo, Daniel "Tuerto" Mendoza y Sergio Norberto "Zurdo" Villarroel entre otros.

La marca de agua de la banda de "La curandera" era que tanto la droga como el dinero que recaudaban eran almacenados en vehículos que dejaban estacionados en cocheras, y además contaban con unos treinta autos con los que llevaban adelante la logística de distribución pero que estaban radicados en las localidades santafesinas de Rafaela y Frontera, Buenos Aires y Córdoba.

Otro sello característico de la banda de "La curandera" era su bajo índice de violencia, la que la alejaba del mapa de calor de la opinión pública. "La cocaína llegaba desde la provincia de Córdoba y era comercializada en la ciudad de Santa Fe", según indicó el portal www.fiscales.gob.ar.

Los inculpados

El juez Miño procesó a Saravia, de 34 años, y a su pareja, Martín Alejandro Albaristo, de 38, ambos a cargo de un templo umbanda santafesino muy concurrido, por los delitos de organizadores del comercio de estupefacientes con la modalidad de almacenamiento y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada.

El procesamiento alcanzó también al limpiavidrios Álvaro Juriol, de 27 años; Andrés Ángel "Tamboreiro" Aguiló, de 28; al sargento Germán Héctor Dogañieri, de 43; al cordobés Kevin Leonardo Arce, de 26; al rosarino Guillermo Omar Paz, de 55; y al remisero Leonardo Javier Rivero, de 22 años por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por la intervención de tres o más personas. Mientras que al último de los mencionados Rivero, el magistrado federal lo encontró responsable del mismo delito pero sin la participación de otras personas. Los ocho procesados quedaron bajo prisión preventiva y se les trabó embargos de entre uno y cinco millones de pesos a cada uno.

La caída de "La curandera" comenzó con una denuncia anónima del 12 de agosto ante la Unidad Investigativa Antinarcóticos Región Centro de la Policía de Investigaciones de Santa Fe. La misiva daba cuenta de que la mujer abastecía de cocaína a gran parte de la ciudad capital de la provincia y a localidades de los alrededores, e incluso a otras provincias.

En virtud de ello, el fiscal Onel solicitó la intervención de varias líneas telefónicas y encomendó a los pesquisas antinarcóticos la realización de tareas investigativas que culminaron el 7 de noviembre con el allanamiento de siete domicilios, la detención de las ocho personas ahora procesadas, y la incautación de más de 147 kilos de cocaína de buena pureza, armas, cinco vehículos de alta gama, 100 mil dólares en billetes y casi 400 mil pesos en lo que fue el decomiso más grande en la historia reciente de la provincia.

El capital proveniente del negocio fue invertido, según los pesquisas, en viviendas residenciales en la zona de barrio Guadalupe, donde justamente la conductora de la banda tenía su vivienda en Echagüe al 6200, el mismo lugar donde hace un mes fue apresada.

A Saravia se le adjudica haber llegado a ser una referente del negocio narco santafesino como un desprendimiento de la organización que quedó vacante con la caída de Vicente Pignata, considerado uno de los vendedores de drogas más importantes de Santa Fe, que amasó un impresionante patrimonio y se encuentra prófugo, aunque su esposa, Elizabet Yanina Campos, y su suegro, Ramón Darío Campos, fueron detenidos en octubre pasado y procesados por el lavado de activos provenientes del negocio que comandaba Pignata.

Fuente: Diariouno 

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