La interna del PRO de Santa Fe parece no tener fin. A pesar de que parecía amainar luego de que Gisela Scaglia fuera ungida presidenta -tras una lucha con Federico Angelini que se acercó al abismo-, un sector del partido se mantiene rebelde a la conducción de la vice y golpea las puertas de La Libertad Avanza.
El sector rebelde es el que responde al propio Angelini, al que se suman algunas figuras como Gabriel Chumpitaz. Aunque las críticas hacia la conducción de Scaglia fueron una constante de parte de esa tropa, la primera alerta de que algo más estaba pasando se dio cuando Chumpitaz y José Núñez -otro diputado que responde sin fisuras a Angelini- se ausentaron de la sesión por ficha limpia, en línea con los designios de Casa Rosada. En esa jugada tuvo intervención Patricia Bullrich, pero también, señalan algunos, Santiago Caputo.
La vicegobernadora, por su parte, no logra -ya sea por decisión o por imposibilidad- reencauzar el vínculo con quienes la acusan de “revanchista” y la critican por no obtener un mayor protagonismo para el PRO en Unidos para Cambiar Santa Fe. No es un problema menor: en el sector de Angelini reportan cinco diputados que, si fuesen encolumnados, podrían servirle al gobierno que Scaglia integra para pararse de otra manera en las negociaciones con Javier Milei. A la galvense solo le responde Germana Figueroa Casas. En la Casa Gris siguen el tema de cerca y con preocupación.
Las dos fotos que cristalizaron la discordia en el PRO
Hubo dos fotos que cristalizaron el clima de ruptura. La última fue el viernes, en la inauguración de la cárcel federal de Coronda de la que participó Patricia Bullrich, pero no Maximiliano Pullaro, espantado por la maniobra con los presos que autorizó la ministra. Allí, Bullrich aprovechó para parar a su lado a Chumpitaz, lo que reafirmó que algo estaba crujiendo subterráneamente en el PRO y, por consiguiente, en Unidos: al encuentro al que el gobernador y la vicegobernadora no fueron, Chumpitaz decidió ir, remarcando una vez más hacia dónde orienta sus lealtades.
La otra foto había sido el domingo anterior, cuando Angelini reunió a toda su tropa en Rosario. “La foto del tren fantasma”, la catalogó una scaglista paladar negro en la previa a la reunión de gabinete del día siguiente. De ese encuentro participaron Núñez, Chumpitaz, Alejandro Bongiovanni y Verónica Razzini, cuatro de los cinco diputados del espacio. El quinto es Luciano Laspina, cuyo desembarco en el Banco Nación es un rumor que resurge una y otra vez. El problema, dicen, es que pretende la presidencia o la vicepresidencia y el gobierno le ofreció tan sólo una dirección.
La interna de la interna
Lo que llamó la atención del encuentro del angelinismo en Rosario es la ausencia de Cristian Cunha, quien ejerció la presidencia del PRO en su nombre hasta la entronización de Scagliay es el funcionario más encumbrado -es secretario de Cooperación, con rango ministerial- de los halcones en el gobierno. Cunha adujo problemas personales para justificar su inasistencia, pero hay un detalle que autoriza a creer que hubo algo más: cuatro funcionarios de su entorno tampoco asistieron.
Según trascendió, si bien el problema personal aducido no era mentira, también es cierto que Cunha mantiene una disputa interna con Núñez por el trazado de los pasos a seguir. “Yo soy unidista”, es una frase que se le escuchó más de una vez al funcionario provincial, que considera que el futuro del PRO en Santa Fe está dentro de la coalición oficialista, por la que trabajó y gusta recordar que fue el encargado de convencer a Macri de autorizarla. ¿Cunha se animaría a separarse de su grupo y quedarse en el gobierno? “Es un gesto que vamos a valorar muy bien”, abren los brazos cerca de Pullaro.
Qué ponen en juego lo rebeldes de la conducción de Gisela Scaglia
Los movimientos se aceleran de cara a los cierres de listas, provincial y nacional, que se avecinan. El sector de Angelini pone en juego dos bancas de las cinco que posee en el Congreso, la de Chumpitaz y la de Laspina. La apuesta es que La Libertad Avanza abra su nómina y poder renovarlas allí. El acuerdo pretendido es aún más ambicioso: quieren formar parte también de la lista de candidatos a convencionales constituyentes y sumar candidaturas municipales en algunas localidades.
Para que prospere, la negociación debería hacerse vía Bullrich o directamente con la Casa Rosada, ya que en la tropa santafesina de LLA se muestran firmes en rechazar el acercamiento y aseguran tener todos sus postulantes ya cerrados. “Que vengan a trabajar con nosotros y en dos años vemos”, es la frase que utilizan cerca de Romina Diez para desestimar el acercamiento. La opción de una lista con Alejandro Fantino al frente, como soñaban en el PRO libertario -algo insuflados por sus charlas con Lule Menem-, se desinfló en el aire.
Hay una cuestión más que tanto Chumpitaz como Núñez deben tener en cuenta: los cuadros de su riñón que pudieron ubicar en los gobiernos de Unidos. A Chumpitaz le responden el presidente del directorio del Aeropuerto de Rosarioy el jefe de la Inspección General de Personas Jurídicas; a Núñez, el secretario de Producción de Rosario. ¿Perderán esos lugares? “Si no atacan directamente a la coalición, no”, dice un operador de Unidos. “Por ahora, es ganancia: es un pedido de lugar en las listas nuestras menos y un amigo más del otro lado”, suman -con pragmatismo- desde el gobierno.
Con información de Letra P