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Ni la terrible amenaza narco a Messi despabiló al Presidente del “sueño de cambiar el mundo”

POLÍTICA 03/03/2023 Facundo Chaves*
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Ayer quedó confirmado que nadie le va a arrebatar a Alberto Fernández los sueños de cambiar el mundo. Ni siquiera una amenaza narco a Lionel Messi que recibió -balazos y carta mediante- en su Rosario natal. El tiroteo en el frente del supermercado de la familia Roccuzzo fue noticia global e invadió redes sociales, diarios y la TV del planeta. Pero el presidente decidió viajar a La Poma, Salta, a entregar 15 viviendas y, ya en Buenos Aires, inaugurar un festival feminista donde reiteró que sus convicciones oníricas no las va a entregar.

Fue el final de un día impactante. Al amanecer se conoció que durante la madrugada había sido baleado el frente del comercio de la familia de la esposa de Messi y provocó un shock inmediato en la política y en la sociedad. Rosario es una bella ciudad, castigada por la muerte cotidiana y el terror a ser víctima de un tiroteo imprevisible. Este jueves fue tendencia en las redes y la prensa de todo el mundo reprodujo la amenaza dejada por sicarios aún impunes: “Messi te estamos esperando. Javkin es narco no te va a cuidar”.

El frente del supermercado Único, en Lavalle al 2500, de Rosario, recibió 14 impactos de bala y reabrió una sensación de desamparo en la sociedad y las autoridades locales, que encabeza Pablo Javkin, el intendente mencionado de manera aviesa en esa intimidación, para recargar de confusión a un acto destinado exclusivamente a generar terror. Son días de un año que viene siendo récord en tiroteos y asesinatos.

Según lo contó él, Alberto Fernández habló con Javkin, con el santafesino jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y ya aterrizado en La Poma, se refirió por primera vez a lo que había pasado: “Estamos haciendo mucho pero evidentemente algo más habrá que hacer por los rosarinos y santafesinos, porque son argentinos. Todo es Argentina. La Argentina que padece la violencia en Rosario, la que pelea frente al FMI para seguir desarrollándose, la que está en La Poma y que necesita definitivamente del apoyo del Estado nacional para poder crecer”.

Faltaban pocas horas para que saliera el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, y lanzara una declaración que, sobre llovido, empapó todo de incertidumbre y desasosiego: “Los narcos han ganado”, afirmó el funcionario que está a cargo de las fuerzas federales, como Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria. Y que es el responsable de un despliegue de uniformados que son, por lo visto, gotas perdidas en un océano de inseguridad, violencia y miedo.

De todos modos, las palabras del funcionario no hicieron más que certificar la impotencia del Estado que las estadísticas corroboran en forma de sombrías planillas con números récord. En febrero de 2020, Alberto Fernández les prometía, en vano, que iba a darles a todos los rosarinos la seguridad que les venía faltando. “No voy a decepcionarlos”, dijo, delante de Omar Perotti, el gobernador de Santa Fe, del propio Jakvin, y Rossi.

Tres años después, Javkin ya no aplaude, Rossi es jefe de Gabinete y le dieron la misión de encarrilar el desastre, mientras Perotti -que está peleado sin retorno con el primer mandatario- le reprochó a Aníbal Fernández su polémica frase: “Se rechazaron las expresiones del ministro de Seguridad. Expresión poco feliz. Repudio total a esas expresiones sobre que ha ganado el narco”.

En medio de un jueves abrasador, con el mercurio en Buenos Aires perforando los 42 grados, y una crisis de seguridad fuera de control, Alberto Fernández inauguró con la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, y el ministro de Cultura, Tristán Bauer, el festival Nosotras Movemos el Mundo (NMEM), en el marco del Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Allí dio un largo discurso que concluyó de este modo: “Quiero que nos animemos a hacer un pacto. Déjenme compartir esta utopía mía con cada uno, cada una, cada une (sic) de ustedes. Antonio Cafiero decía Quien sueña solo, solo sueña. Pero quien sueña con otros transforma el mundo. Yo les pido por favor, no me dejen soñando solo. Sueñen conmigo. Vamos a cambiar el mundo de una vez por todas”.

De lo que no se habla

Más allá de las cuestiones políticas, de las decisiones y las declaraciones del presidente, los ministros, el gobernador y el intendente, Rosario mostró otra vez la peor cara de la impotencia del Estado presente. No sólo por no haber podido prevenir una nueva balacera, sino porque, a más de un día, siguen sin aparecer ni siquiera un sospechoso de este acto ordenado para generar terror.

Infobae consultó a cuatro especialistas que, desde distintas perspectivas, ofrecieron una mirada alarmante sobre lo que está ocurriendo en Santa Fe y los riesgos de que este fenómeno de violencia se expanda a otras provincias. Uno de los consultados, de los más destacados y reconocidos especialistas, con estudios en el exterior, alertó: “Acá no están los Zetas de México, ni es el cartel de Medellín de Colombia. Son lumpenes, personas que vienen de la marginalidad y que no guardan ningún código ni respetan ningún valor. Están dispuestos a hacer cualquier cosa. Pero lo que pasó hoy con la amenaza a Messi es distinto a todo”.

El mismo experto -que pidió reserva- agregó: “En Rosario se muestra con toda claridad que estamos frente a un Estado bobo que no puede garantizar certeza, celeridad y severidad si se violan las normas . Si cometen un delito saben que la Policía y la Justicia no los agarran y que no van a recibir un castigo rápido ni severo. Pero el narco sí lo asegura: si lo traicionás, el narco te encuentra, te agarra y te mata”.

Además, alertó que el gran problema de Santa Fe es que, a diferencia de lo que ocurren en otras provincias, la Policía perdió la capacidad de ejercer un control de la ilegalidad. “En el Conurbano no pasa porque la violencia es el último recurso, porque va en contra del negocio. Un muerto es prensa, estar en la televisión y los diarios. Pero en Rosario los que mandan son los narcos”, resaltó.

“Para resolver esto hacen falta dos cosas carísimas para la política: tiempo y plata. Los políticos en un año de elecciones lo que menos tienen es tiempo y recursos para dar soluciones”, consideró. Y sobre la corrupción de la Policía de Santa, puso como ejemplo lo ocurrido en Scotland Yard y en la Policía de Nueva York que tuvieron que ser reconstruidas desde los cimientos. “Tardaron años y necesitaron enormes presupuestos”.

Rosario: cómo y por qué

Néstor Roncaglia fue jefe de Drogas Peligrosas y luego la máxima autoridad de la Policía Federal. En un extenso diálogo con Infobae, advirtió que “el esfuerzo en solucionar el problema de Rosario es evidente que no alcanzó y es como un cáncer con metástasis. Ahora se necesita un shock de rayos y eso lo debe hacer el Estado de manera urgente”.

El comisario general retirado, que sobrevivió a un ataque a balazos en la puerta de su casa, explicó que el narcotráfico es un negocio millonario y violento, una pyme que produce mucho dinero, que luego puede convertirse en un gran empresa criminal que produce más dinero. Pero que ese inicio deriva en una problemática de múltiples dimensiones.

“Los narcos manejan el negocio con la lógica de la economía de mercado, la oferta y la demanda. Si no hay demanda, la oferta se debilita y no tiene sentido arriesgar, es simple”, describe Roncaglia, que prepara un plan de seguridad integral para Entre Ríos a instancias del candidato a gobernador Rogelio Frigerio.

“Es grave lo que pasa en Rosario, pero no es muy distinto a lo que pasa en otros territorios”, advirtió pero reconoció que lo ocurrido con el ataque a la familia de Messi impactó de una manera diferente. “En el gran Buenos Aires y en las grandes ciudades hay situaciones similares en los métodos de ventas de drogas. Pasa en zonas de San Martín”, dijo.

Para el ex jefe de la Policía Federal, la particularidad de Rosario es que se trata de una ciudad pujante económicamente, donde hay mucho dinero, tiene por ahora un crecimiento sostenido, que se ve acompañado de una situación geográfica, donde convergen rutas nacionales y provinciales, la Hidrovía y su conexión con el mundo a través de sus puertos.

Estas organizaciones narcocriminales, explica Roncaglia, “son pymes del delito que se instalan donde se sienten tranquilos, no perseguidos, donde sienten que pueden negociar con las autoridades, donde está la demanda, por eso, en sus estructuras tienen actores que hacen estos estudios de mercados y buscan conexiones. Generalmente se instalan donde detectan que las autoridades judiciales y policiales son débiles, corruptas, inoperantes, miedosas o están deprimidas, sin apoyo de la política y sin medios, en inferioridad de condiciones”.

El comisario general destacó que “lo último que necesitan los ciudadanos es escuchar y ver a políticos peleando entre sí, tirándose la pelota unos a otros; ese no es el camino, en mi humilde opinión”. “Al crimen organizado se lo combate organizadamente”, explicó y detalló que en el caso de Entre Ríos elaboran un “Sistema integral de Seguridad Pública que trascienda a un gobierno, que sea una cuestión de Estado”, y que entre sus bases incluye 70% de efectivos en las calle y 30% en funciones administrativas y de apoyo.

“La Policía tiene que tener una actitud de fortaleza y decisión frente a los delincuentes, sobre todo a los narcos. No les pueden temer, tienen que actuar sí o sí en defensa de quienes pagan sus sueldos, que es la sociedad”, consideró.

Para el ex jefe de la PFA, la crisis de seguridad que se registra en Rosario tiene como contexto una gran producción de drogas en Sudamérica -tanto de cocaína como de marihuana- y el incremento geométrico de los consumidores. “Esto viene de la mano de la banalización del consumo de las drogas y una total falta de prevención de la drogadicción. Encima, la ley de salud mental, que exige el consentimiento para internación de un enfermo que no maneja sus emociones y mucho menos su discernimiento y toma de decisiones”, señaló.

“Hay que cuidar a los adictos, que son verdaderos esclavos químicos de las drogas, sacarlos de esas cavernas donde se encuentran sumergidos y ayudarlos. Hay muchos factores por los cuales una persona termina consumiendo drogas, falta de contención, de amor de familia, de sentido de la vida, de futuro, de expectativas sobre el futuro, falta de tolerancia a la frustración, a la masificación”, agregó.

Pero separó la situación de los consumidores de los narcos, muchos de ellos delincuentes comunes, asaltantes y estafadores que hoy se dedican al narcotráfico “por la simple cuestión de que es más rentable, ganan más dinero y poseen dinero en efectivo, que es a la vez un gran elemento corruptor de la política, la Justicia y las fuerzas de seguridad”.

Roncaglia, de todos modos, advirtió que “hay una parte de la Justicia, algunos jueces y fiscales, que parecen espectadores de los acontecimientos que ocurren. Los policías sin el apoyo de la Justicia no pueden actuar”.

Militares sí o militares no

Alejandro Salomón es especialista en Inteligencia y Crimen Organizado (UBA) e integra desde la Fundación Alem del radicalismo los equipos técnicos que trabajan en la elaboración de los planes de seguridad para un futuro gobierno de Juntos por el Cambio. Como ex secretario de Seguridad de Mendoza y ex director de la Escuela Nacional de Inteligencia plantea una mirada singular: “A Rosario hay que ir con mucha Prefectura, Gendarmería, pero más con AFIP, UIF, más jueces y fiscales. Pero no con las Fuerzas Armadas, porque no sirve”, resume.

En diálogo con Infobae, cuestionó con dureza los dichos de Aníbal Fernández, debido a que el delito de narcotráfico es una temática eminentemente federal, más allá de que la desfederalización le abrió una brecha a las autoridades provinciales para que investiguen y detengan a las bandas que operan a escala minoristas.

Para Salomón, la madre del borrego está en esa cesión que hizo Nación para que las autoridades locales intervinieran en esta problemática. “Hay que ser sinceros. Los gobernadores pidieron desfederalizar porque secuestrar drogas les da exposición y los muestra como involucrados en dar seguridad”, explicó. Esta medida, de acuerdo con esa perspectiva, terminó siendo parte del problema y no el principio de la solución.

“Luchar contra los narcos no es sólo con la policía militarizada, aunque hay que tenerla y que sea toda la necesaria. Es con medidas múltiples, pero hay que dejar en claro que meter a las Fuerzas Armadas en esta tarea es una locura. Primero que los militares en actividad no quieren y segundo porque sobran ejemplos en México y Colombia que meterlos empeora todo”, afirmó.

Esa visión representa una fractura expuesta con la mirada de Patricia Bullrich, que plantea que la necesidad de saturar de efectivos para controlar el territorio obliga a incorporar en esas tareas a militares.

“Para dar seguridad y recuperar Rosario lo primero que hay que hacer es pacificar y eso se hace con Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria. Pero hay que cambiar leyes urgente para frenar el lavado de activos financieros ilegales y ser conscientes de que los “lavarropas” son los mismos y para todo: el narco, los negocios ilegales, y los coimeros, sean policías, políticos o jueces”.

En ese sentido, advirtió sobre la necesidad de modificar la legislación penal, debido a que, según , “la figura de la asociación ilícita no alcanza, porque es demasiado abarcativa. Hay que tipificar la organización criminal y vincularla delitos transnacionales, como puede ser la trata de personas, terrorismo y el tráfico de drogas”.

De acuerdo con Salomón, es imposible un cambio si no se produce una reforma profunda en la Policía de Santa Fe, que le quite todos los mecanismos de autocontrol y, en caso de decidir una purga, que se delegue en el Comité de Crisis que establece la Ley de Seguridad Interior para conducir con fuerzas federales a esos uniformados.

Tanto como planteó Pullaro, la clave a su juicio es una investigación profunda sobre el Servicio Penitenciario Federal y provincial, para determinar circuitos delictivos, connivencia, corrupción o pasividad. Es que la mayoría de los delitos están organizados desde las cárceles, donde están alojados los narcos.

Para Salomón, sin inteligencia y contrainteligencia, con una estructura nueva y sana, es imposible cambiar las instituciones de seguridad de Santa Fe que están afectadas en su integridad y que son un engranaje para la crisis que se vive en esa provincia y que ya irradia a otros puntos del país.

Dimensión política de la amenaza narco

El consultor Daniel Ivoskus explicó en diálogo con Infobae que la estridente amenaza contra la familia de Messi explicitó en Argentina algo que viene in crescendo: la problemática de la narcocriminalidad, que antes estaba asociada a Colombia, México y otros países de Centroamérica, se impuso en la agenda cotidiana de la sociedad, no sólo en Rosario. “Esto que se veía en Netflix y era ficción ya no es más. Ya es una realidad”, argumentó.

Se trata de la normalización acá de un fenómeno que atraviesa a toda América Latina y que tiene en Nayib Bukele, el polémico presidente de El Salvador, una expresión que se recorta con nitidez en una geografía política que, hasta ahora, no encontró soluciones dentro del viejo paraguas democrático que frenen la que amenaza contra la vida, la libertad y la propiedad de los ciudadanos.

Bukele reivindica la sanción de leyes que arrasaron con los paradigmas establecidos -y que en Argentina están impresos en la misma Constitución- que sostienen que las cárceles son espacios de rehabilitación y no de castigo o tormento. En esta nueva arquitectura penal que asoma (y contagia) desde el territorio salvadoreño, las cárceles son centros de castigo y de confinamiento y lugares donde cada preso está sometido, además de a la supresión de la libertad, a obligaciones compulsivas. La última y controversial es ir a los cementerios a destruir lápidas que contengan símbolos, nombres o evocaciones a las maras, esas bandas multirubro. Incluso de sus propias familias.

El presidente salvadoreño -que es investigado en Estados Unidos y en foros multilaterales por delitos económicos y violaciones a los derechos humanos- está dispuesto a construir y exponer cómo un ejemplo una cárcel que encierra a más de 40.000 presos, en simultáneo a la creación plebiscitaria de un Congreso y un Poder Judicial a su medida y a la limitación de la libertad de expresión. Con ese combo, asentado en los “éxitos” de su lucha contra el delito, la imagen está disparada a un 95%, la más alta de América Latina, según la última encuesta de CID-Gallup.

Pero Ivoskus puso otro ejemplo inquietante: Ecuador. Allí, semanas atrás, los candidatos que responden a Rafael Correa -el ex presidente prófugo de la Justicia por varias condenas de corrupción- le ganaron a la derecha que gobernó Guayaquil por tres décadas. La violencia callejera asociada al narco fue el factor que inclinó al electorado a quitarse de encima a políticos tradicionales que no terminaron de garantizar lo mínimo: que no te roben, que no te lastimen y que no te maten.

“La seguridad, o la falta de ella, afecta a la política y eso hoy se ve de manera evidente en toda América Latina. Acá, en Argentina, esto que pasó con Messi y los asesinatos y amenazas narco no son ya problemáticas de Rosario o del Conurbano bonaerense, como puede ser San Martín, son temas que afectan a todos”, explicó en diálogo a Infobae el consultor, que realizó estudios y brindó asesoramiento político en diversos países de la región.

El otro ejemplo que trajo Ivoskus sobre los resultados de la acción de bandas criminales con terminales en el negocio del narcotráfico fue Acapulco: “Hace 20 años, era uno de los destinos más exclusivos de México. Por los crímenes y balaceras terminó generándose un deterioro en los niveles de vida y la actividad económica se redujo sustancialmente”.

No sólo es un desafío Rosario en términos de seguridad ciudadana y de garantizar derechos básicos a la población como la propiedad, la libertad y la vida, sino también una amenaza para la estabilidad económica y el crecimiento. Un desafío al instinto de vivir mejor y recibir lo mínimo que se requiere de un Estado: que garantice el imperio de la ley y no el crimen ni la violencia.

* Para www.infobae.com

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