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Luciano Castro: su problema con Suar por culpa del boxeo, por qué no tiene representante y el vergonzoso encuentro con Mike Tyson

ESPECTÁCULO G24NG24N
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"Siempre supe que quería ser actor, a los cinco años ya se lo decía constantemente a mi abuela", contó en PRONTO. Protagonista de grandes éxitos televisivos, en un momento la popularidad lo ponía tan mal que se prohibió entrar a lugares multitudinarios como boliches pese a "que me pagaban para que fuera y era mi mejor curro" y llegó a medicarse antes de encarar una rueda de prensa. "La exposición me afecta, la paso mejor con mis afectos".


Con 17 años fue al casting de Jugate conmigo para acompañar a un amigo “súper fachero”. Pero una productora lo vio con su pelo negro largo y lo convenció para audicionar. Reconoce que para Jugate lo eligieron por lindo ya que “no era capaz de decir seis palabras juntas”.

 Después de Jugate Conmigo, fue parte de Life College y Pan caliente. En ese momento decidió irse a España. "Tenía ganas de vivir una aventura y asi fue". Estuvo desde los veintiuno hasta los veinticuatro. "Disfrutaba mucho del anonimato. Podía estar en la calle tranquilo y caminar. Volví a reencontrarme con mis primos que hacía diez años que no nos veíamos. Trabajaba en el puerto e iba a buscar barcos a Mallorca, Menorca. Málaga e Ibiza. Me he pasado noches enteras en el Mediterráneo navegando contra el viento y no andaban los motores. Pensaba que me iba a morir ahi en el medio del mar".

 Es uno de los actores que no tiene representante. "Nadie va a hablar mejor de mí que yo mismo. No le debo nada a nadie de esta manera y creo que puedo sentarme, escuchar la propuesta y pedir lo que yo considere que vale mi trabajo. No necesito que alguien vaya a hablar por mí, es una locura tener que pagar por eso", justificaba en PRONTO. Rechazó una oferta millonaria para ser la imagen de una famosísima marca deportiva porque "ya no me banco ir a eventos".

 "Me gusta mucho la natación como ejercicio y adoro el agua. Mi padre y mi madre fueron guardavidas, así que no tengo registro de cuándo aprendí a nadar. Si puedo acordarme de mi padre subiéndome al cuello cuando iba a poner la bandera que indicaba el estado del mar y metiéndome quinientos metros mar adentro, llevando el salvavidas", contó sobre cómo comenzó a trabajar su cuerpo.

 Fue arquero juvenil de Argentinos Juniors. A los 15 llegó a una preselección argentina en la época de Mostaza Merlo, pero lo expulsaron en un partido y no volvió a las prácticas.

 En 1997, Pol-ka era la productora estrella. Sin presentación previa, Castro encaró a Adrián Suar y le dijo “yo necesito despegar y ubicarme en un lugar que solo me puede dar tu productora”. Suar le contestó que en ese momento no lo necesitaba pero le propuso: “Quiero que hagas RR.DT.” Le aseguró que en unos meses, el 2 de enero del año siguiente, comenzarían a grabar. Castro se fue muy triste pero el 1ro de enero lo llamaron para que pasara a buscar el guión y firmara el contrato.

 Junto a Gonzalo Heredia y Mariano Martínez protagonizó Valientes. "Los últimos meses fueron muy duros porque grabábamos quince horas diarias y a veces, hasta no podíamos comer o dormir. Fue duro pero cuando hacés una tira, sabés que es agotador y fastidioso"

 A los 29 años y en pleno éxito de "Los Roldán" comenzó una relación con Elizabeth Vernaci, que tenía 42. Fueron pareja durante cuatro años. Hace poco el actor la visitó en Generación Dorada, el programa que la locutora conduce en Olga y ella reconoció que "fue la relación que más me duró a mí en la vida". Castró recordó sus peleas: "Nuestras discusiones eran el famoso 'quién la tiene más grande', absurdo y ridículo. Nos conocíamos tanto que nuestras discusiones eran el arte de decir: 'esto que te voy a decir te saco de servicio'”.

 Con Natalia Oreiro protagonizó Amando O. En pareja con Vernaci se decía que la locutora estaba celosa por las escenas jugadas y que en la radio hizo comentarios que a Oreiro no le cayeron bien. Como respuesta, la actriz le mandó un vestido de Las Oreiro que le quedó chico. "Me parece raro porque Elizabeth no se engancha con esas cosas. No sé qué responder, no estoy al tanto de ese enfrentamiento. Elizabeth nunca hizo eso con Natalia ni con nadie", respondía el actor a la consulta de PRONTO.

 Mientras grababa Valientes todavía trabajaba de sparring lo que le provocó problemas con Adrián Suar. En PRONTO contó que "Lo que colmó el vaso es que tenía todo un lado de la cara golpeado; entonces durante una semana grabé de perfil y tapándome con el pelo. Adrián vio las escenas, se dio cuenta y preguntó qué pasaba hasta que le contaron. Entonces un día me llamó a su oficina, se sentó en la punta de mesa, me mostró mi contrato y me dijo: "No boxeás más". Ahí dejé de boxear".

 "Sabri no levanta la voz nunca, aunque a veces preferiría que la levantara porque te dice las cosas bajito pero que te llegan como una puñalada. Me para en seco. Es la única en el mundo que puede hacer eso. Me mira y dice 'gordo, basta', y se terminó todo", contaba en PRONTO sobre su relación con Sabrina Rojas.

 Con Sabrina Rojas es papá de Fausto y Esperanza. Cuando tenía 25 años, fruto de otra relación, tuvo a Mateo, su primogénito. "En lugar de estar peleándonos con medio mundo para no nos saquen fotos con los chicos, lo mejor es mostrarlos en nuestras redes. Si una revista publica la carita de mis hijos y yo no quiero, les tengo que hacer juicio y no voy a ganar más que el valor de una caja de alfajores. No tiene sentido", explicaba en PRONTO

 Reacio a hablar de sus amores. En la época de Valientes vivió una romance con Julieta Díaz. También vivió un affaire con Pata Villanueva. “Fue muy generosa conmigo. Me abrió la puerta de su casa y me pasó muchos contactos para que yo pueda empezar a moverme en el mundo del teatro”, admitió el actor. Luego de su separación de Sabrina Rojas estuvo en pareja con Flor Vigna.

 "Siempre fui con mi viejo al Luna Park y escuché hablar de boxeadores. Yo no quería boxear pero me metieron en un gimnasio a los catorce años y me empezaron a pegar. Recién a los dieciocho me di cuenta que estaba metido en el boxeo como loco y que lo amaba como a todo ese mundo. En el ring no era un estilista era un peleador. Hice seis peleas amaterur, perdí cuatro y gané dos. Al final terminé trabajando de sparring y así estoy ahora: me cuesta caminar, tengo un brazo roto y un hombro se me sale de lugar", explicó en PRONTO

 Cuando Evander Holyfield se animó a la pista del Bailando, Castro quiso conocerlo. “Fue un papelón. Me acuerdo que le pedí a un amigo que me avise cuando esté ensayando solo. Cuando me dijo que era el momento me puse muy nervioso. Entré como si fuera Tinelli, eludiendo la seguridad de Ideas del Sur y la de él. Le llevé los guantes con los que debuté como amateur para que me los firme, pero como no hablo nada de inglés parecía el very difficult de Tevez”. A Mike Tyson: “Fui a verlo en su stand up a Punta del Este, pero cuando estaba en el aeropuerto mi mujer me dijo "Gordo, no te excites ni hagas papelones, pero lo tenés sentado atrás tuyo". Así, con mi inglés patético, le pedí si le podía besar la mano y hacernos una foto. Fue terrible, porque cuando me acerqué salieron patovas de todos lados, por suerte su manager es mexicano y le pude explicar la admiración que sentía hacia él”.

 "Uno cree muchas veces que no hay que darle cabida a la prensa. Se cree que eso te hace más místico, pero en verdad te hace más pelotudo. Sandro era místico, nadie sabía nada de su vida y era súper amable y respetuoso. Lo pongo a él como ejemplo porque para mí es un número uno. Ahora cambié mi mirada y si bien no me rifo a los periodistas, trato de tener una relación cordial. Si estoy en un evento está claro que es porque me pagan. Voy a laburar".

 "Me encantaría tener un piso de quinietos metros en Barra de Tijuca y pasármela surfeando, pero sé que nunca va a pasar eso".

Fuente: Pronto

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