Catalina Gutiérrez, una joven estudiante de arquitectura de 21 años, fue asesinada en las últimas horas del miércoles en la zona sur de la ciudad de Córdoba. Luego de que la Policía descubriera el cadáver en la parte trasera del vehículo de ella, y que se detectara que alguien había intentado quemar el rodado, quedó detenido un joven de la misma edad, identificado como Néstor Daniel Soto Aguilar, quien también estudia Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba.
Ahora, el fiscal de feria José Mana aguarda los resultados de la autopisa para determinar la causa fehaciente de la muerte. A prima facie, se sospecha que Catalina fue golpeada y, presumiblemente, también estrangulada.
De acuerdo a la investigación de la división Homicidios de la Policía, Catalina había quedado en juntarse durante la noche del miércoles junto a un grupo de amigos de la facultad, entre los que se encontraba su novio, en el shopping Patio Olmos, con la idea de jugar al bowling.
Para ello, le pidió prestado el auto a su madre, un Renault Clio. La joven vivía en una urbanización de la zona sur de la ciudad, próxima a la avenida Circunvalación. Cerca de allí, en calle Podestá Costa de barrio Jardín, vive el ahora principal sospechoso. Este joven le pidió que lo pasara a buscar para llegar juntos al Patio Olmos. Pero nunca llegaron.
Extrañados porque Catalina no aparecía y tampoco atendía las llamadas que le estaban haciendo, los amigos que la esperaban en el shopping le avisaron a su madre. Así, la familia de ella comenzó a llamarla, pero tampoco tuvo éxito. Ante esto, ya al filo de la medianoche, rastrearon la ubicación de su celular y se dieron cuenta que la señal marcaba la calle Pedro Echagüe al 3900, de barrio Ampliación Kennedy.
Se trata de un punto intermedio de la ruta que lleva de la casa de Catalina hasta el domicilio de Soto.
Alertada por la familia, la Policía llegó hasta allí y encontró el Clio con las puertas cerradas. En el asiento trasero, acostada, estaba Catalina, ya sin vida. Alguien había intentado prender fuego desde adentro del vehículo, pero las llamas se habían apagado por la falta de oxígeno.
Minutos después, los policías llegaron hasta el domicilio de Soto, ya que se suponía que era el último amigo que podía haberla visto, ya que habían quedado en que ella lo iba a ir a buscar a él para ir al Patio Olmos. Como testigo, fue trasladado a una unidad judicial cercana, donde el joven rompió el llanto y habría confesado el asesinato, según apuntaron altas fuentes judiciales y policiales. En caso de que esto sea cierto, la confesión no tendría validez legal, ya que no se hizo ante un abogado defensor.
Sin embargo, el fiscal Mana sostiene que hay firmes elementos para sostener que Soto habría sido el auto del homicidio. Fue imputado y detenido en el acto.
Fuente: Cadena 3