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Gustavo Córdoba: "El 70% de la población cree que el Gobierno trabaja para los ricos"

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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Gustavo Córdoba analizó el impacto del discurso que brindó Javier Milei durante la presentación del Presupuesto 2025 y sostuvo que "a la gente dejó de interesarle la palabra del Presidente", ya que hubo "un apagado y desinterés casi total" durante su presentación. "El Gobierno recibió una dosis de opinión pública al revés de lo que esperaba", expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Gustavo Córdoba es consultor político y director de la Consultora Zuban Córdoba. Este fin de semana, la consultora presentó un trabajo donde, entre otras cosas, preguntaron si la gente cree en las principales frases del presidente y el resultado fue bastante contundente en cuanto a que la mayoría descree.

Alejandro Gomel: Casi como refrendando el trabajo que distribuían desde la consultora el domingo por la tarde, que demostraba que la gente en general ya no cree en las principales frases del Presidente, por la noche, la sociedad le dio la espalda, en cuanto al rating, al discurso del Presidente, lo que destaca si uno considera que es un personaje principalmente televisivo. 

Es imposible no pensar que el Gobierno intentó teatralizar este discurso, cuando lo organizó y lo pensó en términos de estrategia política, y terminó recibiendo un mensaje de parte de la sociedad argentina respecto del alcance y la popularidad de esta idea. Creo que ayer, el Gobierno recibió una dosis de opinión pública al revés de lo que esperaba.

Ellos habían tenido un episodio similar, también en el Congreso, con un rating cercano al, no sé si entre el 40% y el 50% del rating total, y lo que vimos ayer fue un rating negativo. Es decir, un apagado y un desinterés casi total, con la pérdida de diez puntos de rating de la televisión abierta, de manera abrupta, cuando empezó el mensaje del Presidente. Y la recuperación posterior, cuando terminó el mensaje.

El Gobierno trató de dar un mensaje, pero finalmente recibió un mensaje de parte de la sociedad. Y la interpretación que nosotros hacemos de eso es que hay límites. Siempre nos hemos preguntado, en estos meses, por dónde pasaban los límites que la sociedad le ponía o no al Gobierno en función de los resultados de la política económica. Creo que lo de anoche fue eso, una puesta de límites monumental. Lo que nosotros registramos en la encuesta es coherente con lo que pasó anoche.

Por ejemplo, nosotros tomamos el reportaje que Luis Majúl le hizo al presidente Milei días atrás. De ese reportaje, que duró una hora diez, sacamos, extrajimos cerca de doce textuales, y los sometimos a la opinión de la gente, en el sentido de saber de antemano que muchas veces la realidad o la relación entre la política y la verdad es muy reñida, que la política tiende siempre a utilizar la mentira como una parte estratégica del discurso político en la Argentina. Y consultamos si lo que plantea Milei, sus frases, son verdad o mentira, y nos dio la impresión dura de que la totalidad de sus frases eran catalogadas como mentiras en términos mayoritarios.

AG: Antes de meternos en las frases, me quedaba con esto que vos estabas diciendo en cuanto al tema televisivo. Teniendo en cuenta que Milei es un producto televisivo y que lo invitaban a la televisión porque subía el rating, y que construyó su carrera política en base a esto, es un dato importante que ayer haya habido un apagón televisivo...

Yo creo que tiene un fundamento. La reiteración de una liturgia de tipo electoral cuando la gente está pidiendo resultados concretos, me parece que tiene mucho que ver.

Obviamente, el Gobierno se siente mucho más cómodo en campaña electoral que gobernando. Más allá de que el presidente utilizó parte de la locución para hablar de que gestión era lo que estaban haciendo, yo creo que la percepción de la opinión pública, la idea misma de destruir el Estado, como el Presidente encarnó ese discurso o esa narrativa. No sé si hoy la gente está tan de acuerdo en eso.

Podemos coincidir en que hubo exceso de parte de la política argentina, sobre todo exceso de estatalidad, y que había que corregirlo, pero no destruir el Estado. Y creo que ahí está el punto central en el cual la gente esperaba resultados concretos a esta altura del mandato. Al menos, que la economía se hiciera sentir de manera positiva o favorable en el bolsillo, o al menos en la capacidad de compra, y eso no está sucediendo.

Fijate que, cuando nosotros le preguntamos a la gente cuál es el principal logro del Gobierno, el 40% dice nada o ninguno. Eso es sintomático de que lo único que tiene el Gobierno es el factor inflacionario, que ha dejado de ser el factor principal desde hace dos o tres meses.

Elizabeth Peger: Hay como una mezcla de agotamiento, cansancio por las formas y expectativas mínimas de resultados en términos de medidas. Había como una expectativa de que ayer no iba a haber ningún anuncio en concreto para lo que espera la gente, más allá de los lineamientos centrales del plan económico que Milei contó, anoche, qué piensa hacer en materia económica, algo que no había hecho hasta ahora.

La sola idea de creer que el anuncio de más ajuste iba a ser algo popular es un error conceptual. Si vos le preguntás a la gente si el ajuste hecho por Milei está bien o es suficiente, la mayoría de la gente probablemente te va a decir que sí. Cuando vos planteás que falta todavía la otra mitad del ajuste, no sé si hay consenso social en este momento para aplicar algo en esa dirección, y creo que ahí está el error de lectura del Gobierno, que no ha trabajado de manera pedagógica.

Nosotros siempre hablamos desde el encuadre de la comunicación del Gobierno, y creo que lo único positivo que hace el Gobierno en términos de comunicación es, en términos de las redes sociales, por ejemplo, tratar de que no haya opiniones contrarias, o este ataque sistemático al periodismo. Me parece que el Gobierno, con el decreto de limitación al acceso a la información pública, comete un error gravísimo, porque, en términos simbólicos, mucha gente le creía a Milei cuando decían que eran liberales. El liberalismo es muy reñido con esto que han propuesto de impedir el acceso a la información pública, sino, ¿cómo nos hubiésemos enterado de lo que pasó con Alberto Fernández y Fabiola?

EP: Sí, y múltiples casos de corrupción que han salido a la luz justamente a partir de investigaciones periodísticas. Pero me parece que ahí hay demasiado esfuerzo del Gobierno en concentrarse en el discurso y en las redes, pero poco por afuera, ¿no? 

En las redes, el objetivo es desalojar las opiniones que van en contrario al Gobierno, entonces no hay ninguna novedad. Nosotros relevamos, también en la encuesta, la confianza y la credibilidad en las instituciones, y oh sorpresa, fíjate que en el top tres tenemos a la educación pública, la salud pública y la ciencia pública. Es decir, la universidad, la salud pública y el CONICET está entre más del 64%, llegando al 71,5% de confianza o credibilidad.

Esto también es sintomático, porque el Gobierno ha demonizado a estas tres instituciones. Las ha hecho parte del escarnio público, las ataca de manera permanente y hay una discursividad negativa en torno a esto, que ahora se entiende que la gente no quiere la eliminación de estos sectores de la actividad pública. Es decir, lo que la gente pretende eventualmente es que el Gobierno se ponga a gobernar, que deje la campaña electoral y que empiece a corregir algunos defectos.

EP: Es interesante lo que decís respecto de la universidad como valor, atendiendo a un anticipo de la decisión que va a tomar Milei respecto del veto al aumento del presupuesto universitario, y no sé si no puede convertirse en un elemento de unión de todos los sectores opositores y con más visibilidad a nivel de las calles que el tema jubilados...

Es como que estamos viendo en el horizonte una marcha quizá más grande, porque además ahora, desde ayer a la noche, muchos de los gobernadores se van a parar también en la vereda de enfrente. Entonces, el Gobierno quizás no toma dimensión del factor electoral, más allá de que faltan dos octubres todavía, y esa es la dimensión temporal exacta.

En la Argentina, que es uno de los pocos países que tiene elecciones intermedias legislativas a mitad de mandato, las elecciones sirven para evaluar el rumbo de un gobierno. Fíjate que muchos gobiernos, como por ejemplo el de Macri, que tenía una expectativa favorable en la economía, tuvo una elección muy interesante, la famosa ola amarilla que, no sé si vos recordarás, sacó 40,7% o 41%. Mientras que, por ejemplo, Alberto Fernández, en plena pandemia, con un marco recesivo económico importante, tuvo un voto castigo fenomenal. Hay que pensar en términos también de esto.

Creo que si el contexto económico no cambia, como no ha habido ninguna novedad hasta el día de hoy, es probable que lo que más le toque al Gobierno es un escenario de voto castigo que de voto premio. Más allá de que hoy enfrente no hay nada en términos de la oposición. Pero justamente, las elecciones intermedias también sirven para modelar la oposición, verificar qué líderes surgen de cada espacio y cuánto mide cada uno, porque esto también, para eso también sirven las elecciones.

Entonces, yo le diría al Gobierno que tome cartas en el asunto, que deje la campaña electoral, que gestione y trate de sacar cosas por consenso. Creo que el mensaje de la sociedad argentina, anoche, del desinterés fue por el estilo político que encarna este Gobierno que ya no seduce ni compromete a nadie.

AG: Hablabas de lo que hay enfrente, y revisando los números que presentaron ustedes ayer en cuanto a confianza, se observa que también hay desconfianza en los sindicatos, la Justicia, los partidos políticos y los medios de comunicación. Es decir, enfrente tampoco hay algo que la gente tenga como referencia...

Claramente. Quizás sea el principio en que la política empiece a reflexionar qué intereses tiene que defender. Porque gran parte de la crítica que se le hace a la política argentina es que defienden muy bien sus propios intereses y no los intereses de la gente. Creo que, en este punto, el error de lectura de parte de la política tradicional puede ser fatal y sumar un punto adicional de descrédito a la sociedad argentina, que vaya si ya tiene muchos puntos de descrédito en su haber.

Claudio Mardones: Este domingo, el oficialismo trató de mostrarse homogéneo. Parece que hubo una tregua, al menos dentro del bloque de La Libertad Avanza, después de lo que ha sido la pérdida de Lourdes Arrieta, a partir de un escándalo por la visita al penal de Ezeiza. Javier Milei y Victoria Villarruel se saludaron en la entrada con mucho afecto, también quizás tratando de encontrar una tregua a las grandes tiranteces que hay entre ambos. ¿Cuánto están impactando las diferencias internas y las peleas a cielo abierto? No son nuevas, pero se han incrementado muchísimo. La más resonante fue la que se registró entre Guillermo Francos, jefe de Gabinete, y el estratega Santiago Caputo. ¿Eso está impactando en las encuestas? ¿Se están empezando a parecer a la casta que decían que iban a combatir con estas diferencias?

Creo que lo que pierden es eficacia en la gestión de gobierno cuando se traslucen únicamente las diferencias internas. Además, déjame decirte algo, y en esto quiero ser muy estricto, los pseudo acontecimientos, es decir, fabricar acontecimientos que parezcan verdad, que la gente los tome como verdaderos, aunque no lo sean, es un componente esencial de la comunicación política. Ahora, el problema está cuando el 100% de tu comunicación se transforma en pseudo acontecimientos.

Es decir, hay un punto en donde la credibilidad se pierde y la eficacia de ese tipo de política comunicacional también decae. Lo estamos viendo en vivo y lo vimos anoche en el prime time. Es decir, hubo una deserción masiva porque a la gente dejó de interesarle la palabra del Presidente. Esto tiene que servir para que el esquema del poder hoy en el Gobierno tome nota y haga los cambios necesarios. Estas son las señales que deben ser tomadas tempranamente como alerta, porque los pseudo acontecimientos terminan siendo una adicción. Te terminás creyendo tu propia mentira a la larga, y esto es peligroso.

No digo que los gobiernos no la tengan que usar, porque, vuelvo a insistir, la relación entre la política y la verdad es una relación reñida. Muchas veces no se verifica una buena relación. Pero excederse en el uso de estas herramientas de pseudo acontecimientos… No es creíble ese saludo que se dieron al inicio. Se pelean 29 días y cuando están ante las cámaras simulan cordialidad. Hay un punto en el cual la gente ya deja de creer en este tipo de maniobras.

Es interesantísimo, porque puede ser un cambio central. Hasta aquí se estaba a favor o en contra, pero se lo buscaba y se lo veía al presidente. Ahora, si dejó de interesar su palabra, parece que ahí puede asomar un cambio en la relación que tiene Milei con la sociedad.

Sí, coincido y creo que ese fue el mensaje de anoche. A ver, proponeme algo más atractivo e interesante, dame elementos de recuperación económica, facilitame la vida y el día a día. 

En la encuesta nosotros también habíamos evaluado para quién trabaja el Gobierno, para los ricos, los pobres o la clase media. El 70% nos dijo que el Gobierno trabaja para los ricos y, sabiendo que son, como mucho, el 10% de la población argentina, es un dato muy tremendo como para dejarlo pasar. Es muy alto en términos de percepción. La mayoría de la población argentina hoy ve un Gobierno que no está trabajando para ellos. 

Con información de www.perfil.com

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